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La Autoimpuesta Ceguera de la Izquierda Internacional con el Chavismo

Karol Cariola, Camila Vallejo y Jorge Murúa en el coloquio durante el acto político y cultural en la Federación Alemana de Sindicatos (DGB)

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Los argumentos más trillados de los simpatizantes de la izquierda para restarle valor a los actos de represión que han sucedido recientemente en Venezuela son: Primero que durante los 40 años de la cuarta república si hubo real represión (argumentado locamente por supuesto y no hay ninguna duda de que la hubo) y segundo, ahora más a un nivel internacional, que los actos de intervención y violación de los derechos humanos perpetrados y protegidos en todas partes del mundo por los gobiernos de los Estados Unidos le desautorizan moralmente para siquiera emitir una opinión al respecto. No me voy a detener a discutir la primera porque sería otra completa discusión y hoy en dia ante la historia reciente me parece mas relevante revisar el silencio en la práctica de los partidarios de la izquierda en otras latitudes para con las protestas en Venezuela.

Yo de ninguna forma pongo en duda que muchos de los gobiernos de los Estados han realizado miles de atropellos y abusos contra el mundo que son absolutamente condenables y que es imperativo exponerlos y examinarlos en detalle: Guantánamo debe ser cerrada, la intervención en el Irán del Sha, así como los más recientes atropellos y violaciones de los derechos humanos en Irak y Afganistán deben ser denunciados. Esto incluye las auto confesadas intervenciones de la CIA en Venezuela en el 2002 y en el experimento socialista del Chile de Allende.

Sin embargo, pretender que bajo esa excusa es válida establecer una visión maniqueísta (ellos los gringos son los malos y nosotros los buenos) que le da el derecho a la autoproclamada izquierda progresista a cerrar los ojos, jugar a los ciegos, y permanecer mudos ante los atropellos de las libertades ciudadanas, las violaciones de los derechos humanos y los ejercicios de totalitarismo de los gobiernos que se proclaman de izquierda  como el de Venezuela, es por lo menos igualmente despreciable, pero por sobre todo moralmente reprochable.

Siempre he condenado la solidaridad automática que tradicionalmente le ha brindado el gobierno de los Estados Unidos a Israel cuando actúan contra los Palestinos, pero creo que también lo es el silencio de la izquierda democrática internacional ante los últimos acontecimientos en Venezuela. Brasil quien continuamente es citado como el ejemplo de una izquierda  democrática en el subcontinente, antepone sus intereses ideológicos, por no decir económicos, y ha enmudecido ante las evidencias de represión y tortura. La dirigente ex -estudiante de izquierda de Chile “Camila Vallejo” le brindó solidaridad automática al gobierno de Maduro, sin antes preguntarse si las protestas encabezadas por los estudiantes de nuestro país caribeño no tendrían algún paralelismo con las que ella misma encabezó el país del cono sur. Eduardo Galeano, insigne revolucionario progresista, está demasiado ocupado celebrando el renacer de sus “Venas Abiertas de América Latina”, para darse cuenta que las víctimas se han vestido recientemente de victimarios. Ni siquiera vale la pena mencionar los gobiernos de Nicaragua, Bolivia y Argentina que han ensayado ya sus propios ejercicios de totalitarismo. Así como el Uruguay de Pepe Mujica que está demasiado ocupado mirando de lejos el mundo, para querer entrometerse en los asuntos de sus aliados.

Existen algunas voces aisladas de la izquierda que han levantado su preocupación por los sucesos de Venezuela: Daniel Cohn-Bendit líder del mayo francés y un verdadero icono de la izquierda revolucionaria en Europa, denuncia exactamente lo mismo que les describo “una revuelta popular está pasando inadvertida”, Heinz Dieterich ha alzado modestamente una posición crítica ante un movimiento que el mismo contribuyó a enaltecer en el pasado, También tímidamente se ven algunas voces aisladas en otras latitudes, pero en general la izquierda ha decidido ignorarlas y mirar hacia otro lado. Democracy now (decano de la izquierda y la prensa independiente en los Estados Unidos) ni siquiera se ha dignado en investigar si realmente hay alguna legitimidad en la raíz de las protestas y el resto de los medios internacionales auto nombrados progresistas destacan por su silencio.

No tengo duda que la información que llega al mundo de las protestas en Venezuela es absolutamente manipulada en muchos casos. Miles de Fotografías y videos circulan en las redes sociales cuyas imágenes no se corresponden ni al contexto histórico, ni a la realidad actual. Pero igualmente se multiplican imágenes y testimonios verificables que por decir lo menos, llegan a oídos sordos del universo de la izquierda global que ha decido su respaldo automático al legado chavista. Me pregunto si es que no basta con que solo uno de esos casos, que estoy seguro son muchos más que uno, sea cierto para que se levante la voz de la izquierda progresista y defensora de los derechos humanos demandando una investigación imparcial?

La manipulación mediática por otra parte ha probado ser igualmente efectiva para el lado del gobierno autoproclamado de izquierda en Venezuela, que no ha dudado en acudir a la desinformación como arma de guerra. Así como circulan miles de tweets con imágenes manipuladas pro-protestantes (sic), denunciando actos de represión en la red, lo hacen igualmente las que son a favor del gobierno. Incluso peor, el gobierno de Maduro no ha dudado en desinformar “oficialmente” con sus propias imágenes fabricadas y en utilizar el control absoluto de los medios en vender su versión sesgada de los hechos. Dos casos son notables el del presidente de la asamblea denunciando en el canal de TV estatal a una de las víctimas de la represión, Alejandro Márquez, como terrorista con imágenes fabricadas y sacadas de contexto donde le mostraba vestido de paramilitar, cuando en realidad correspondían a la práctica de este individuo de una disciplina deportiva llamada Airsoft, o la del analista político progubernamental Walter Martínez afirmando la llegada de portaaviones rusos y chinos al caribe para defender al gobierno de Maduro. Ni que decir que nunca presentaron sus disculpas cuando fueron desmentidos, ni dieron el derecho a réplica establecido en la constitución de Venezuela. Eso significaría renunciar a la ventaja mediática de la que usa y abusa el gobierno en el país.

Por otro lado me pregunto a quién favorecen estas imágenes descontextualizadas de protestas  que realmente fueron en Barcelona, Egipto, o Chile o de otras protestas en otros años,  presentadas irresponsablemente como ¨la represión del gobierno venezolano¨. Ciertamente no a la oposición y no dudo que haya mucho opositor neurótico que creyendo que se la está comiendo, termina favoreciendo el discurso gubernamental, pero el resultado a todas luces favorece más a Maduro y me cuesta creer que todo esto es por ingenuidad,  ignorancia, o simplemente absoluta maldad de la llamada derecha opositora.

La ventaja mediática de la derecha en Venezuela es otro de los argumentos repetidos hasta el cansancio por el gobierno de Venezuela, lo cual es para los militantes de la izquierda internacional por lo menos un argumento atractivo. Todos ellos recuerdan el papel canalla de la mal llamada “Prensa Libre”  en el Chile de Allende para provocar el golpe de estado y el más antiguo pero icónico papel de la prensa norteamericana para justificar la guerra hispano americana. Lo que no tiene presente, o no quiere recordar, el militante de la izquierda revolucionaria que respalda automáticamente el gobierno Chavista es que la censura, auto censura e intimidación sistemática aplicada por el gobierno de Venezuela durante los últimos 15 años ha resultado en la inexistencia de emisoras de TV de oposición. El gobierno de Maduro utiliza hoy la misma censura que denunció en el 2002, pero con una absoluta mayor capacidad de ejecución como resultado de su superioridad mediática absoluta.

Globovisión, el último bastión de la derecha fascista como suelen llamarlo los partidarios del gobierno, sucumbió luego de una compra poco transparente y luego de las imposiciones y presiones económicas del gobierno y el de un grupo económico favorecido por el mismo. Entonces quien cree ud que tiene la capacidad de desinformación realmente? Quien detenta absolutamente el poder económico y político en el país con control absoluto de la TV en un país donde tradicionalmente no se lee: El gobierno o el tuitero trasnochado de la oposición?

No voy a extenderme mucho más, y confieso que mi verdadera intención al escribir esta nota es expresar mi decepción y el desasosiego que me invade cuando escucho o leo a algún militante o simpatizante de la izquierda justificando los atropellos que en nombre de ella se están cometiendo en mi país. Yo me confieso un simpatizante eterno de la izquierda progresista, la que cree en la defensa de los derechos humanos a ultranza y reivindica los derechos de los desposeídos ante quienes detentan el poder económico o el político, pero no puedo entender a quienes denuncian la alienación extranjera solo para dejarse amarrar por un cliché romántico y trasnochado. Yo creo en la izquierda liberadora que denuncia la opresión de donde quiera que venga y que no hace concesiones a la realidad basadas en la ideología.

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