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Conversaciones con mi amigo Oficialista: ¿Acaso no es la nuestra la verdadera lucha de clases?

 

Entonces digo yo, amigo Oficialista, ¿acaso no somos la Oposición hasta más revolucionarios que usted? ¿Qué cree usted que salimos a la calle a defender? Nosotros no damos la cara para “ofender por ofender”. Nosotros estamos cayéndonos a coñazos por nuestros medios de comunicación que han sido censurados; por nuestros estudiantes que han sido apresados; por nuestro derecho a la buena alimentación que ha sido cercenado; por nuestro derecho a la dignidad, porque es indigno tener que arrastrarnos (porque para mí, hacer cola es arrastrarse) para poder comprar lo que nuestro dinero nos permite, dinero que dicho sea hemos ganado a fuerza de trabajo (porque no se creerá usted eso de que el 49.07% de los electores venezolanos que en los comicios pasados votaron por la Oposición es burguesa y de alta cuna, aquí cada quien se suda lo suyo trabajando) y, por supuesto, también peleamos por nuestro derecho a consumir libremente los productos que nos salgan del forro, porque resulta injusto que se nos juzgue por el hecho de que simbólicamente alguno de esos productos vayan en contra de la ideología de los dirigentes de este país; peleamos también por nuestro derecho a cambiar de representantes cada cierto tiempo, pues como bien diría el libertador de este país, Simón Bolívar, “nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandar”; y hasta damos la cara para defender derechos tan básicos como el derecho a la vida, porque resulta que 118 muertes por cada 100.000 habitantes es el tercer ratio de homicidios más alto del mundo; y también a la verdadera educación, porque resulta que la que tenemos es tan pésima que la gente se deja clavar el guevito ese de “guerra económica” sin saber que todo lo que aquí pasa obedece a simples leyes de libre mercado. Es como decir que exista una ley de gravedad y si algo no la cumple es una guerra por parte del aire en contra de la gravedad.

Así que dígame, amigo Oficialista ¿cuál es entonces su lucha de clase? Porque lo que veo es que usted hace rato que bajó la guardia en contra de los que están en el poder; porque que yo sepa, los medios que defendemos también son los suyos; la comida por la que luchamos es también la que usted come; los que quieren un cambio son sus vecinos; los muertos de estos días y los 24.000 muertos del año 2013 son sus vecinos; son sus vecinos también los estudiantes apresados y los no apresados que sufren las condiciones de precariedad de las escuelas y universidades; las balas perdidas transitan el aire que usted respira; los malandros amenazan su seguridad en las calles que también le pertenecen y la escases lo afecta a usted también… y sea cual sea el bando que esté en el poder no hay nada de erróneo en pedir estas mejoras para TODO el pueblo y para AHORA MISMO, de eso se trata la lucha de clases, ¿no?

Más aún, enfocándonos en el concepto ese de ‘clases’, ¿cree que esos que está en el poder son tan miserables como lo es usted ahora? le recuerdo que son ellos los que tienen el control político y económico sobre la primera reserva probada de petróleo del mundo y el quinto país exportador de petróleo. Recursos hay, ¿no cree?

A menos que sea que usted tiene una habitación reservada en el palacio de Miraflores en donde todas estas desgracias no le tocan, y entonces le toca a enfrentarse a nosotros en pro de que no le quiten la comodidad en la que vive, ahí si se lo entiendo. De resto, sinceramente necesito que me explique por qué considera que la nuestra no es LA VERDADERA LUCHA DE CLASES, usted que aboga por desbancar a las cúpulas de aristócratas favorecidos y antinacionalistas, pienso, solo pienso, que está enfrentándose contra el bando incorrecto en esta batalla.

Espero con ansias su explicación, a ver si es que los cuatro dedos que tengo de frente me están impidiendo ver y comprender la realidad en la que usted vive.

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