Las principales plazas de las ciudades están siendo tomadas por opositores al régimen de Maduro. Las protestas masivas han comenzado. Inicialmente llevadas a cabo por estudiantes universitarios. A las protestas se unen los Chavistas descontentos. Ahora si, señores, ahora si. Llegó la hora. Le siguen la mayoría de las iglesias Católicas. Los curas hacen sonar las campanas, los carros las sirenas, y los vecinos las cacerolas. Los manifestantes pintan las paredes: “Es una devaluación, no digan mentiras.” Para evitar provocaciones, y represión, los manifestantes acampan en las plazas en el día, y en la noche se retiran a sus casas. Si ya no pueden tomar las plazas, se concentran en otras partes, es una estrategia de carambola. Una operación de desgaste contra las fuerzas de seguridad del estado.
Internet es el eje de las protestas, los ciberactivistas organizan, alientan, y ayudan a tomar las calles. La revuelta aumenta cada día. Es la hora del motín. Lo tan soñado como la espontaneidad y la ausencia clara de liderazgo se hace realidad. Capriles sigue reuniéndote con Maduro, a nadie le interesa.
Maduro prohíbe la Internet, bloquea facebook y twitter. La gente no se rinde, y salen a relucir los viejos multígrafos o mimeógrafos. Los panfletos se reparten como arroz. Tecnologías antiguas como el fax aparecen en apoyo.
El gobierno de Maduro decide cortar completamente el acceso a Internet. Los informáticos abandonan las computadoras y salen a las calles. Decenas de miles de personas protestan en la calles. A Walter Mercado de Dussier le va a dar un infarto.
Pitazos, cacerolazos, cornetazos, prender y apagar luces de casas y vehículos.
Los buhoneros hacen su agosto vendiendo mascaras de Guy Fawkes, todos se disfrazan de V de Venganza.
Y esto no sería posible sin una contra-propaganda política eficaz.
La gente se amotina en los supermercados. Con el grito de: “No a la escasez.”
Nadie lo creería, los venezolanos que parecían anestesiados se alzaron gracias a la energía de la galleta Revoltosa. Nadie lo vió venir. Fué como una sorpresa.
Al fin el poeblo ha despertado. Los Chavistas que en verdad son Copeyanos airados, se quitan la camisa roja, y se colocan las nuevas franelas que dicen: “Reacciona ya.”
No falta los que piden un golpe de estado contra Maduro, que los militares se pronuncien. Es el espíritu de Pere Jimene que ronda una y otra vez. En Venezolana de Televisión echan candela de la rabia. Saben que el fin está cerca, las fotografías de Chávez son sacadas del canal del Estado y puestas en una caja fuerte.
Ahora los amotinados Venezolanos cierran las calles para protestar contra la falta de alimentos. Y todo gracias a quien? A la Galleta Revoltosa. Eso nadie lo esperaba. Fue la chispa que prendió la pólvora.