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No, hijos no, gracias, pero no, gracias

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No, hijos no, gracias, pero no, gracias

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Veía a la mujer con la niña desde la sombra de un árbol en el jardín botánico, me había sentado allí buscando silencio y soledad. La madre con su hija caminaban como a unos veinte metros de mí, antes de pasar sólo se escuchaba el viento y los cantos de los pájaros, pero esos agradables sonidos fueron rotos por los berridos de la niña, la mujer le decía algo en voz baja, pero la niña gritaba a todo pulmón, quién sabe porqué, la mujer se veía evidentemente cansada, se hizo de nuevo el silencio cuando la niña y la madre se alejaron de nuevo.

Ya somos más de siete mil millones de personas en el mundo, y contando. Cada vez nos amuñuñamos más en las ciudades, como peatones no cabemos ya en las avenidas en medio de los carros y las motos, cada vez es más necesario rodar más lejos para no conseguir gente, son una plaga, somos una plaga.

El sobrinito berrea promedio cada diez minutos, no exagero, su madre culpa a la abuela, la abuela culpa a la madre, de modo que se pelotean la responsabilidad, de nadie es la culpa. Yo estoy sólo una media hora de visita y ya tengo los nervios de punta, le digo a mi novia con la mirada que mejor nos vamos, y ella me responde con la mirada que sí, mejor nos vamos.

Muchas veces no soy tan optimista con el futuro del mundo. Quizá sea más sensible que antes, o quizá sea tal y como lo veo, pero el mundo lo siento cada vez más violento, cada vez más contaminado, cada vez más problemático. Siento que este mundo está cada vez menos acogedor.

Subo a la Culata con una amiga con su hijo de seis años, para salir un rato de la ciudad, disfrutar algo del frío, del silencio, de la naturaleza, pero su hijo, que para ella es Índigo, para mí es hiperquinético malcriado, no dejó de moverse, hablar, montarse encima, buscar problemas, desde que nos encontramos hasta que nos despedimos. Sí, el niño es inteligente, muy avispado, su madre lo ama, pero es insoportable. Creo que es una de las razones fundamentales de porqué ella no encuentra pareja.

Afortunadamente mi novia está de acuerdo conmigo en ese tema. Mejor no que no tengamos hijos. Traer al mundo, tal y como está, y tal y como se está poniendo, no lo vemos como un acto de amor, es una crueldad. Creemos que si queremos concentrarnos en nosotros mismos, en realizar los proyectos personales y de pareja, de profundizar en nosotros mismos, con un hijo sería imposible. Si queremos internarnos por meses en un ashram, por ejemplo, lo podríamos hacer sin problemas, con un hijo no se puede.

Todo parece indicar que mi madre no será abuela por mi parte, y mi cuñada no sabrá lo que es un sobrino.

Con un perro y un gato basta y sobra.

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Mido un metro setenta y cinco. Tengo una docena de libros. En mi cuarto hay un altarcito con un Buda. Me gusta el color azul. A veces me despierto alunado. Prefiero los gatos a los perros, porque no existen gatos policías. Soy de acuario, pelo negro. No colecciono nada, guardo la ropa ordenada. Me aburro en las fiestas y soy de pocos amigos. Tengo los ojos color café tostao. Dicen que soy bueno, aunque no sea bautizado, y aún no me llevan las brujas. Nací a las siete y media de la mañana. No creo en ovnis ni en zombies (pero de que vuelan, vuelan). Uso prendas talla "m". Prefiero quedarme en silencio. Duermo del lado derecho y con franela si hace frío. De la vida yo me río, porque no saldré vivo de ella. No uso saco ni corbata, ni me gusta el protocolo. Estoy en buena compañía, pero sé cuidarme solo. No me complico mucho, no me estanco, el que quiera celeste, que mezcle azul y blanco. No tengo adicciones, mas que de leer y estar solo. Antes creía que no tenía miedos, hasta que vi la muerte a milímetros. No me creo ningún macho y soy abstemio, aunque si hay una buena compañía y un vinito se me olvida esto último. Prefiero más a los animales que a la gente. No tengo abolengo y dudo mucho que tendré herencia. Tengo una rodilla que a veces me fastidia. Tengo cosquillas, no las diré hasta que las descubras. No traiciono a mis principios, que son cinco. Me gusta ser muy sincero, por eso no hablo mucho. (Inspirado en una canción del Cuarteto de Nos)

15 Comentarios

  1. «¿Voy al supermercado? Gente. ¿Salgo a la calle? Gente. ¿Voy por la carretera? Gente. ¿Llego al aeropuerto? Gente. ¿Tomo el avión? Gente. ¿Me subo al Metro? Gente. Gente y más gente y más gente, por millones, por billones, por trillones, en las calles, en las autopistas, en los consultorios, en los hospitales, en los bancos, en las putas oficinas de Hacienda, arriba, abajo, atrás, adelante, y más y más y más, andando, circulando, respirando, contaminando, comiéndose a mis hermanos los pollos, a mis hermanas las vacas, a mis hermanos los corderos, a mis hermanos los cerdos, por sus fauces de carnívoros y wojtylescamente excretándolos por sus carnívoros siesos». La puta de Babilonia de Fernando Vallejo

  2. Mi mejor amiga acaba de tener un bebé, y es la primera vez en mi vida que me emociona ver a un niño, es algo que no puedo describir… pero cuando pienso en el futuro que le tocará vivir, me siento muy mal y es cuando me doy cuenta que no puedo tener hijos.

    No solo es por la gigantesca responsabilidad que conlleva, sino que también es el hecho de traer una nueva vida a un mundo con un futuro demasiado incierto.

  3. «pero esos agradables sonidos fueron rotos por los berridos de la niña»

    El extraño caso de Carlos LB Buttons.

    Damas y caballeros:

    Estamos acá porque hace miles de años, el primer grupo humano no tuvo ese miedo que ustedes le tienen al futuro o a su ambiente. Y mira que el ambiente de ellos era duro. Lo de nosotros es una mantequilla en comparación.

    Les aseguro que además de esos primeros humanos, hubo miles, quizá cientos de miles de homínidos culillúos. De esos solamente queda el registro fósil, porque no tuvieron descendencia. Biológicamente, pues, fueron un fracaso.

    Ahora, si ustedes ya no se consideran entes biológicos, animales, sino puro espíritu… good for you!

  4. @Troll de quinta: Igual seré un fósil, haya tenido descendencia o no, igual que tú lo serás. Y me importa un pito que mis genes no se propaguen, que sea un fracaso biológico, y si se acaba la especie humana, mejor para la Tierra.

  5. «Subo a la Culata con una amiga con su hijo de seis años, para salir un rato de la ciudad, disfrutar algo del frío, del silencio, de la naturaleza, pero su hijo, que para ella es Índigo, para mí es hiperquinético malcriado, no dejó de moverse, hablar, montarse encima, buscar problemas, desde que nos encontramos hasta que nos despedimos. Sí, el niño es inteligente, muy avispado, su madre lo ama, pero es insoportable. Creo que es una de las razones fundamentales de porqué ella no encuentra pareja.»

    Es decir, que te arrechaste porque el niño se comportaba como un niño.

    Más o menos igual de estúpido que arrecharse porque el sol aparece por el este todas las mañanas.

    Bravo!

    «Con un perro y un gato basta y sobra.»

    ¡?!

    Respeto la decisión de la gente de no tener familia. Lo que me parece inmaduro en extremo son los motivos de la mayoría. Parecieran querer instalarse en una adolescencia perpetua en la que nadie les perturbe su estilo de vida.

    Tienen derecho a vivir así y, por supuesto, tengo todo el derecho también a mofarme de ustedes y su mezquindad.

  6. «Igual seré un fósil, haya tenido descendencia o no, igual que tú lo serás. Y me importa un pito que mis genes no se propaguen, que sea un fracaso biológico, y si se acaba la especie humana, mejor para la Tierra.»

    Es que ya lo eres, chaval. Te quedaste petrificado en la adolescencia.

    Los «antihumanidad» como tú me resultan francamente repulsivos. Soy humano, sería muy imbécil de mi parte desear la extinción de mi especie.

  7. @Troll de quinta: @Troll de quinta: ¡Bravo por el ejemplo de humanidad que han sido tus congéneres! Con algunas excepciones, los humanos no han sido humanos. Si te sientes orgulloso de la humanidad que te rodea, bien, yo no.

    Y te admiro por tu absoluta ecuanimidad, que no te molesta un niño molesto. Hasta los sabios se alejaban de quienes le hacían ruido, estás por encima de esos sabios, entonces.

  8. Alguien debería tener piedad con la memoria de lo que alguna vez fue Panfletonegro y desapaerecerlo del mundo. Ponerlo a dormir. Sacarlo de su miseria. Desenchufarlo.

  9. Carlos LB: Me parece intransigente, falta de humanidad e incluso bastante malcriada tu actitud, poco empática, falta de comprensión.

    Mucha elevación, mucha espiritualidad, y llamas «berridos» al llanto de una niña (por la razón que sea, coño, es una niña, supongo que alguna vez fuiste niño también). Mucha espiritualidad y mucha búsqueda y toda esa paja, pero apenas un niño no se comporta como TÚ quieres y ya es un malcriado e incluso lo diagnosticas de «hiperquinético», no sé si con algún criterio profesional, clínico.

    Vives hablando de paz, del mensaje del Buda, de la compasión y de todas esas cosas. Puras palabras, puros ceros-y-unos en la nube… pero eres esencialmente incapaz de ponerte en el lugar de los otros.

    Ojo, no soy yo el primero que lo nota y te lo dice. Pana, para ti debería ser un campanazo de alerta. Si fueras un poco más humilde, menos lleno y pagado de ti mismo, quizá escucharías, reflexionarías. No espero que lo hagas, sin embargo.

    Demasiado centrado en ti mismo, demasiado ego. Lo dices en alguna parte: «Creemos que si queremos concentrarnos en nosotros mismos, en realizar los proyectos personales y de pareja, de profundizar en nosotros mismos, con un hijo sería imposible.»

  10. Eso sucede cuando el yogurt vencido se confunde con el yoga. Si el Budista no puede tolerar, ni soportar el llanto de una niña, algo está muy mal en ese Budista.

    Y no lo digo yo, lo dice el libro del Budista irritable.

  11. Coincido con las criticas. ¿Donde quedo la doctrina de la no-dualidad? El budismo no es una excusa para el egocentrismo. Tener hijos es el mayor acto de desprendimiento y de compasión.

  12. Ya lo dijo el Señor «Bienaventurados los vientres que no concibieron y los pechos que no amamantaron»

  13. Cuando el Buda, antes de ser Buda, cuando sólo era Sidharta Gautama, el príncipe de Kósala, venía rumiando la idea desde hace un tiempo de irse y abandonar todo: el reinado que le estaba destinado, las comodidades del palacio, por ser hijo del rey, a su esposa y a su hijo muy pequeño; hasta que una noche, sin despedirse de nadie, con tan sólo acercarse en silencio ante su hijo y su esposa dormidos, abandonó el palacio, para siempre. Para no entrar en detalles, seis años después, completamente solo, bajo la sombra de un árbol, se convirtió en Buda, en Iluminado. Muchos dirán: «Oh, pero qué egoísta el Buda, haber abandonado a su pobre esposa y a su pobre hijo, y a su familia… qué desconsiderado…», pero seguramente de no haberlo hecho, jamás se hubiera iluminado, jamás se hubiera liberado de todos los condicionamientos, de todos las emociones negativas que atan y que generan insatisfacción.

    El Buda decía que, si uno quería seguir un camino espiritual, liberarse de la insatisfacción, de dukkha, había que «matar» a la familia. Es decir, desprenderse de la familia, ya que ésta es más pesada que dos grilletes atados a los tobillos, y la familia es madre, padre, hermanos, esposa e hijos. Sí, los hijos son también una atadura, son un grillete para el camino espiritual, para quienes deseen seguirlo.

    En cierta ocasión unos monjes que estaban en la comunidad que dirigía el Buda, estaban siendo escandalosos, y el Buda les pidió que por favor se alejaran: Es decir, el mismísimo Buda, el Tathágata, el Samma Sammbuddha, el Iluminado, el Buda de todos los Budas, la compasión hecha persona, le pidió a unos monjes que se alejaran porque estaba siendo molestos.

    Soy amante de los animales en general, y desde luego amantes de los perros. Prefiero las razas grandes, pero no me gustan mucho las razas pequeñas, suelen ser inquietos y escandalosos. Con esto no quiero decir que desprecio a los perros pequeños, sino que simplemente no quisiera tener uno de raza pequeña. Pero si contara las veces que he salvado animales, no sólo perros y gatos, sino hasta murciélagos, me daría para varios días.

    Confieso que no soy muy dado a los niños, son lindos, pero mejor que los tenga otro, yo no. Como con el ejemplo de los perros pequeños, no quiero decir que los desprecio, sino que simplemente no quiero tenerlos.

    El ejemplo de la niña no es que porque me haya molestado a mí, que fue por unos pocos minutos, sino que evidentemente molestaba a la madre, que estaba evidentemente molesta con la niña, a pesar de todo el amor maternal que se pregona por ahí, en ese momento la madre no estaba con mucho amor, por su cara, sus gestos y por lo que le decía a la niña.

    No hay que ser médico para observar que este niño del que hablo es hiperquinético: se mueve y habla constantemente, le cuesta concentrase en algo, es impulsivo y en ocasiones agresivo.

    Lo que me parece muy interesante es que el deseo de no tener hijos es personal, no estoy haciendo una campaña en contra de los niños, ni pidiendo que dejen de tener hijos. Soy yo quien lo decide, y ya. Pero resulta que Troll de quinta & Cia me obligan a que tenga hijos, porque debo perpetuar mis genes, debo perpetuar la humanidad, sino seré un fósil olvidado, y por esa idea romántica que el tener hijos «es el mayor acto de desprendimiento y de compasión».

    Soy practicante de la Ahimsa, de la no-violencia, de no hacer daño a ningún ser viviente. ¿A qué ser viviente le hago daño decidiendo internarme en un ashram, en caso que lo haga, y que decida no tener hijos?

    Por cierto, qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia, ¿qué tiene que ver el concepto de no-dualidad con la compasión?

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