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Visiones sobre otra Venezuela

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ADVERTENCIA: Espero dejar bien en claro que este post asume que los principales problemas del pueblo venezolano (excepto el problema de haber aceptado el bullying como costumbre social bajo el disfraz del «chalequeo») son políticos, y que en teoría, una sucesión de buenos gobiernos podría resolvernos. En este tema vamos a hablar de qué haríamos nosotros si fuéramos presidentes y quisiéramos construir un mejor país. Si el tema se desvía hacia el debate cultural, borraré este post entero, anulando el debate. Todo aquel que vaya a participar debe dejar prejuicios culturalistas sobre el venezolano. Y para los que tengan dichos prejuicios, efectivamente hay un camino, en Maiquetía…

Me gustaría discutir con todos ustedes que modelo de Estado tienen en mente para Venezuela tras la restauración de la democracia. Yo tengo en mente una República federal presidencialista (el nombre del país será República Federal de Venezuela, con una bandera de 10 estrellas representando a las 10 provincias de la antigua capitanía general de Venezuela), con un Congreso bicameral, donde la Cámara de Diputados posea el mayor poder y sea electa por el actual sistema electoral mixto compensatorio (evitando el horror del sistema electoral actual que no representa realmente la voluntad popular), y el Senado, que solo tendría autoridad sobre temas territoriales de la Federación (entre los que se incluye cambios en los impuestos federales, transferencia de competencias, o declarar la guerra y hacer la paz) y tan solo con mayoría de dos tercios, podría vetar algunas decisiones de la Cámara Baja, y sería electo por voto uninominal. La Cámara de Diputados representará a los ciudadanos, y el Senado, a los Estados de la Federación.

La elección del Presidente será por un período de 4 años -siendo éste el mismo tiempo de duración de todo cargo de elección popular, aunque habría ajustes en el calendario electoral actual para evitar que las fechas de elecciones regionales, legislativas y presidenciales no coincidan-, pudiendo optar a una sola reelección consecutiva. Los diputados y senadores federales podrán optar a tres reelecciones consecutivas, y los diputados regionales y concejales, a dos. La elección será a doble vuelta, siendo la segunda vuelta innecesaria si el vencedor consigue más del 50% de los votos.

Se mantiene el actual sistema de referendos, uno de los pocos legados positivos del chavismo -aunque ya Caldera II hubiera avanzado en gran medida en dicho aspecto con su Ley del Sufragio de 1997-.

Se vuelve a los tres poderes clásicos. El Poder Judicial, tradicional talón de Aquiles de la República, pasaría a ser electo solamente por votación entre los principales gremios de abogados del país, garantizando así su independencia. El CNE sería designado por dicho Poder Judicial independiente.

Tendremos un Estado social de Derecho, donde se garantizarán los derechos sociales de las personas, pero sin caer en el clientelismo. Se buscará salvaguardar la igualdad de oportunidades (educación, salud y pensiones gratuitas) y los derechos del trabajador. Se privatizará toda empresa estatal que no sea estratégica. Se eliminarán montones de trámites innecesarios, buscando mantener solo la regulación necesaria para evitar que la avaricia haga saltar todo por los aires. Es hora de dejar de ser uno de los países del mundo donde es más díficil hacer negocios. Se ayudará mediante créditos a los pequeños empresarios.

Se promoverá la agricultura de dos formas: las colonias fronterizas de campesinos-soldados establecidos en pequeños pueblos cada cual con una parcela respetable (denominados themas en honor a un sistema similar implementado en el Imperio bizantino durante la Edad Media) que de paso servirán de vigilantes de la frontera, y la entrega de terrenos a personas pobres que sean lo suficientemente grandes como para que la reforma agraria sea un éxito. No obstante, se buscará expropiar no más tierras, aprovechando todas las tierras ya de por sí expropiadas por el chavismo.

Se promoverá también el turismo como base esencial de la economía de la Venezuela post-petrolera. Por eso es clave la reconstrucción de los actuales pasajes turísticos del país y construcción de nuevos monumentos que sirvan de atracción cultural.

Los Estados podrán recaudar varios impuestos (aunque el ISLR sigue bajo control del Estado central), pero tendrán que destinar un 10% de lo recaudado anualmente a un fondo de solidaridad interestatal. El tema petrolero se solucionará destinando el excedente de ganancias por sobre el precio del barril determinado anualmente en los presupuestos de la Nación a un fondo de ahorro que deberá ser destinado únicamente a gasto social -más que todo, educación, salud y pensiones-, algo así como el antiguo FIEM de Caldera II.

Los partidos tendrán subvenciones del Estado (aunque se pretende disminuir la cantidad de subvenciones a la cultura, con el fin de eliminarlas a mediano plazo) con el fin de disminuir el control económico sobre ellos. La estructura partidaria deberá ser democrática, siendo sus líderes, ya sean regionales o nacionales, electos por mínimo todos los militantes del partido de turno. Las primarias para candidatos presidenciales, legislativos y regionales -excluyéndose solo los concejales y tal vez los diputados federales- serán con participación de todo aquel que se proclame simpatizante de dicho partido, al estilo de las primarias hechas por el Partido Socialista de Francia en 2012.

Se hará un profundo esfuerzo por proteger a la familia como núcleo básico de la sociedad. Se darán ayudas a la maternidad en los casos de madres de clase D o E, con el fin de evitar abandonos de hijos o abortos ilegales. Sí, obviamente pretendo prohibir el aborto y aumentar su pena a la del homicidio voluntario.

Sobre la seguridad, se pretende establecer un sistema basado en el mérito en las policías locales -adiós a la Policía Nacional Bolivariana-, castigando con dureza la corrupción. Las penas de cárcel sobre corrupción serán solo inferiores en gravedad a las de homicidio e iguales al secuestro y robo. Cada Estado tendrá su Contralor local y su Defensor del Pueblo. Dicha policía eficaz sancionará con presteza los delitos cometidos por los venezolanos, empezando por las clásicas violaciones de las reglas de convivencia como tirar la basura a la calle, poner música a todo volumen en la madrugada, comerse la luz, etcétera. Se aumentarán las multas por dichas violaciones, y se tendrá un registro de todos los ciudadanos y de sus violaciones de dichas reglas, pudiendo tener condenas de cárcel por una cantidad elevada de reincidencias.

Se establecerá un sistema de condenas más duro y menos garantista (parafraseando a Gonzalo Barrios, no somos suecos para tener penas máximas de 30 años). Vuelve la cadena perpetua, y se pondrá a los presos a trabajar en obras públicas a cambio de ciertos privilegios -como mejores comidas, mejor ropa o algún lujo como lo puede ser disponer de una TV en la celda-. Se establecerán programas de reinserción social, basados más que todo en recompensar con mejores entornos sociales a los presos que vayan mostrando indicios de mejoría moral (las cárceles tendrían distintos sectores, donde se agrupará por la gravedad de sus crímenes a los delincuentes) y en el deporte -por más cliché que suene-.

La República Federal será aconfesional, pero en respeto a la voluntad mayoritaria del pueblo venezolano, se verá durante dos años de la secundaria, edad en la que empiezan a razonar por sí mismos los jóvenes, la materia de Religión Cristiana -un compendio de los puntos en común entre catolicismo y protestantismo-, aunque ésta podrá ser sustituida por Ética en caso que el joven no desee una educación religiosa. La materia de Religión será confiada a laicos -en el sentido católico de la palabra-.

Se dará un importante impulso a la educación pública y se buscará mejorar su calidad, dejando en los estados federales su gestión, y siguiendo el control de ella en manos del Estado central. Se aumentará el presupuesto en educación y salud, buscando pagar mejores salarios a los profesores y médicos, para que así trabajar para el Estado sea algo atractivo para nuestros mejores talentos. La cantera de dichos talentos, la universidad pública, disfrutará de un amplio aumento presupuestario y de una mayor promoción de los profesores que se dedican a la investigación. Será expulsado todo estudiante que sobrepase un plazo razonable en terminar su carrera, para evitar el fenómeno de los estudiantes eternos. La universidad pública, al menos en el pregrado, seguirá siendo gratuita.

Como ya dije, todo esto lo paga el petróleo -que seguirá allí al menos por dos o tres décadas más-.

Se optará por un régimen escolar basado en la disciplina, donde el maestro es una autoridad que debe ser respetada, y no un primus inter pares. La educación egalitaria debe ser tratada como la peste que es.

En protección de la familia, se prohíbe el matrimonio gay y la adopción de gays por parte de homosexuales, aunque se establecerá una unión civil con la mayoría de derechos de los matrimonios, excepto el nombre y los hijos, pues esa es una potestad que Dios -o si se prefiere, la naturaleza- no les ha dado-. Se prohibirán también los matrimonios, para ser justos, de los casos en que dos personas sean estériles y no haya manera alguna de recurrir a métodos artificiales como la fecundación in vitro. El matrimonio moderno es una institución protectora de los niños, en la época de la liberación femenina.

Para tratar de educar a la población ya adulta, se mantendrán programas sociales como la Misión Ribas, además de promover el acceso a la universidad pública por parte de adultos. Además del otorgamiento de subsidios a todo canal privado (se dedicará VTV a la cultura y al conocimiento de nuestra Historia, desde un punto de vista objetivo por supuesto) que transmita programas culturales en horarios con un mínimo establecido de audiencia.

Por último, pero no menos importante, se decreta la evacuación de los cerros de Caracas por un año entero, pese a su coste social y político, con el fin de reubicar a dichos habitantes en ciudades más pequeñas. Se prohibirá la construcción de viviendas en los cerros por cuestiones de seguridad, y si son necesarios campos minados para ello -evacuando previamente a los que se hayan establecido en los cerros para evitar muertes, colocando avisos del peligro que supone construir allí-, que así sea. Se procederá a un amplio plan de reordenación urbana donde se buscará, eso sí, en colaboración con la iniciativa privada -siendo lo preferible que ésta tomara el timón-, convertir los barrios en viviendas dignas.

Los dejo a ustedes para que expongan sus ideas. Ya yo expuse las mías.

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