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Pedro Carreño no es Serio

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Todo lo que sube tiene que bajar.
Es simple ley de vida.
Al diputado Pedro yo lo invitaría no sólo a leer el Manual de Carreño, sino varios clásicos de la literatura universal, como «El Gatopardo», para que entienda que nada es infinito, que la tierra no es plana, que el mundo gira y que la gente no olvida.
Su arrogancia es muy grande, tanto como la de muchos de sus colegas de partido, quienes se creen que son invencibles y omnímodos.
Pero yo en mi corta existencia, he visto a muchos políticos así, que creen que son emperadores y al día siguiente caen por ley gravedad o por otras razones. Sin ir demasiado lejos, ahí está el ejemplo de Nolia y Silva, los cuales también pensaban que eran figuras inamovibles.
Creo que si a Pedro Carreño le quedara un poquito de decencia, le pediría perdón al país por su espectáculo dantesco del día de ayer.
Un bochorno internacional, un irrespeto a los derechos humanos, una forma de justificar actitudes vehementes y violentas contra minorías sociales.
Pedro Carreño se comportó como un bully homofóbico, similar a los fachos rusos que someten al escarnio a sus pobres víctimas ante la vista gorda de las autoridades.
¿El delito? Ser diferente e intentar gozar de su sexualidad en la intimidad. Por tanto, la acusación recuerda las cacerías de brujas emprendidas en Cuba para supuestamente corregir a «los desviados», a los «marielitos».
Como evidencia, mostraron fotos personales. Tengo una pregunta: ¿existe alguna diferencia con las fotos de Mario Silva en su casa? Él también salía con pelucas y con hombres, compartiendo un espacio privado.
De modo que esta doble moral, este doble discurso se cae de maduro.
En una nación seria, la arenga de Carreño habría desembocado en el allanamiento de su inmunidad parlamentaria, en un voto de censura por parte de la Asamblea.
Lástimosamente el señor goza de total impunidad.
Veremos si es tan macho, tan guapetón de barrio, tan malandro cuando se acabe la revolución.
Pedro Carreño, tu eres el que tienes que ser serio.

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