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En el futuro, cada persona imprimirá su propio dinero.

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Son las 10:05 de la mañana. Clarisa, mi amiga, me dice: “Sería fino que uno pudiera imprimir su propio dinero.” De inmediato mi mente se va al pasado. En mi niñez, y durante mi adolescencia fui un coleccionista de monedas, mis preferidas: la lira Italiana, el dólar Estadounidense, el yen, el peso de Ecuador, el peso Colombiano, y la moneda cuadrada de las Antillas neerlandesas. Y el dólar de Canadá, es que siempre hay un toñeco.

Pase mi niñez, y mi pubertad adorando y alabando monedas y billetes de otros países, hoy que soy adulto, ya no tengo ese amor, ese sentimiento hacia las monedas, ni por las de otros países, ni por la moneda venezolana, de adulto, ahora si las veo como una necesidad, como una manipulación. Y sigo viajando en el pasado, en los años 80, recuerdo la noticia de unas personas que fueron arrestadas por falsificar dinero. Me da risa que el dinero tenga derecho de autor, me da risa que se pueda piratear un libro, y que no se pueda no “falsificar” dinero, si no copiar dinero. Mi cerebro debe ser en este momento como el DeLorean DMC-12 ese de la película back to the future, ando viajando por el pasado, y recuerdo a un amigo diciendo: Marico, ¿viste la película: el hombre que copiaba? ¡Es una película de Brasil, el chamo trabaja en una fotocopiadora y pone la mano sobre la fotocopiadora y así fotocopia la plata el muy maldito, jajaja!

Si, le dije, y te acuerdas cuando viste la película esa donde había como un apocalipsis, y la gente tenía que hacer, e imprimir su propio dinero. Luego nos vamos a desvariar en dulces ilusiones, imaginamos un mundo donde cada persona imprimía su propio dinero, por supuesto en mi culto a la personalidad, mis billetes llevarán mi rostro, y cada vez que toco el tema, la gente ya tiene sus fantasías monetarias: Billetes con la cara de Hello Kittie, con la cara de Sid Vicious, con la cara de Oscar De León, Ricky ricón, Trino Mora, Domingo Maza Zavala, Adam Smith zombi, Jackie Chan, y Raúl Cimas. También unos billetes personales con la cara del hombre invisible, el billete oral, billetes de aluminio para los indigentes, y billetes de papel sanitario para los anti-sistemas.

Aquí en Barquisimeto hay una organización que pretende eliminar la guerra, la pobreza, y las cañerías que van a dar al mar. La organización pretende crear una civilización pacífica, aunque se desconoce si tienen alguna forma para defenderse de los violentos, o si acaso piensan que los violentos se convertirán en pacíficos así tan fácil, como un milagro. Que alguien sueñe con eliminar las guerras es tierno, pero que alguien diga que va a eliminar la pobreza me suena a sofisma de disco rayado. Declarar los recursos de la tierra como patrimonio común de todos los habitantes de la misma, ya fue un sueño, no veo éxito en esa proclama comunitaria por parte de unas personas sin poder estatal, se verán forzados a seguir soñando con aldeas utópicas.

De verdad son ideas muy bonitas, el problema es que la vida real no es como Los Sims, la vida real es más complicada. Si predicas que no hay que trabajar para sobrevivir, necesitas un buen orador que llegue a las masas, escribiendo libritos, y dando conferencias elitistas, te aseguro un rotundo fracaso, por decir lo menos. ¿Quieres eliminar el sistema monetario? Mmmmm, ok, échale bolas, pero, ¿lo estás haciendo bien? ¿Estas seguro que vas a tener éxito, o me vas a salir con ese engaño de: Hoy no pudimos, mañana si. Es como el deja Vú de los Chavistas: Hoy fue regular, en el futuro todo será mejor.

Por eso no basta con tener una buena idea, hay que saber cómo hacerla triunfar. Hay que tener una mente bien obsoleta para creer que se va a dar un sistema predicado por ellos, tan solo con vender libritos en la calle, y dictando conferencias sectarias. Jajajaja, al menos los evangélicos (que por cierto me caen mal por su fanatismo) agarran más gente que los anarquistas. Para que las masas conozcan, acepten y digieran a Bakunin y a Kropotkin: “Tienen que volvé a nacé.”

Si está bien, son ideas muy bonitas, no me cansare de decirlo. Tampoco me cansare de decir que las ideas bonitas o feas triunfan según la propaganda. La gente va a escuelas donde le mandan a dibujar al comandante Chávez, ¿pueden enseñarle en las escuelas un juicio crítico hacia Chávez? No, eso no se sueña, hay que echarle bolas para que gente crítica llegue al gobierno, gente no fanática, y pueda acomodar la educación. No sé cómo sería la educación con Capriles, pero estoy casi seguro que no fastidiarían tanto como los chavistas.

Si tienes la posibilidad de comprarte un carro, te lo compras y ya. Qué coño vas a pensar de ecología, esa vaina tiene que arrojar la peste por el tubo de escape, voy a esperar que un anarquista ecológico come flor se digne a masificar los carros ecológicos, si está bien pues. Cuando bajo la palanca de la poceta pienso en el mar, mientras canto la canción de La Sirenita: «Bajo del mar.» Pero qué coño, tengo que cagar, y no voy a retroceder a una letrina. Qué asco.

Además si no te desligas de la tecnología, explícame como vas a eliminar al Estado y al capitalismo. No me digas mentiritas que yo sé bien la verdad, que tu mi amor me estas engañando.

Yo puedo montarme en una avioneta a lanzar octavillas, salir por CNN, Al Jazeera, Telesur, y periódico Ultimas Noticias, a decir que mi sistema es mejor que el asqueroso capitalismo, pero, se les olvida lo principal, y no se los voy a decir ya que ustedes son tan intelectuales, gente de razón, jejeje. Dueños de la verdad absoluta.

Prefiero verlos así fracasados, soñando con una aldea anarquista a nivel “global.” Jejeje.

En los años 90, un Marxista y un anarquista robaron mi corazón, me quede despechado, y jure que ningún otro predicador de utopías me rompería mi corazón otra vez.

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