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Cuando reinventarse no es una opción

En estos días leí un artículo en Der Spiegel acerca del milagro Estonio. No te pierdas esta perla con la que el Ministro de economía despacha al estado de bienestar:

Of course, he says, it’s important to help a society’s losers, the ones who are left behind. It would be wonderful, he adds, to have a fantastic healthcare system and offer social guarantees for every emergency. «But you have to have the money. We don’t have it. Our average monthly income is €800. So we have to reflect on what’s important for a society’s development. It’s the top performers, the successful ones. Ideas! Companies! Products! If all you do is administer, nothing comes of it. The state must clear the way for those who want to achieve something. That’s the function of the state.»

Traducción: si, está muy bien ayudar a todos, pero somos un país pequeño y no podemos. Nuestro trabajo como estado es quitarnos del medio y dejar que las estrellas brillen, a ver si nos salvamos.

Vale la pena leer el resto, las entrevistas a europeos que se han ido a Estonia y a Sten Tamkivi, de Skype, uno de los motores del milagro.

La principal razón de porqué Estonia pudo hacer esto es porque no tenía nada que perder. Partieron con el país en cero luego del colapso soviético. Reinventarse no fue un lujo sino una necesidad.

Hoy aparece esta nota en Wired acerca de un plan para enseñarle programación web a los niños de primaria en Estonia. Por supuesto que pueden hacerlo y además tiene todo el sentido del mundo: muchos conceptos de programación web son lo suficientemente elementales como para que un niño de primaria los manje. Además, saber programar es tan importante como saber escribir (y más importante que saber matemáticas más allá de las operaciones básicas).

El artículo también menciona a Lauren Ipsum, el libro infantil creado por Yta y su esposo, un cuento en el que los personajes manejan conceptos de programación.

Esto es sólo una curiosidad. Nada de esto se relaciona con América Latina. Después de todo, parece que somos países más ricos que Estonia. Para seguir en el camino del éxito, sólo tenemos que reciclar tácticas y políticas probadas durante siglo XX. También tenemos que seguir protegiendo a los desposeídos, porque nos sobra la plata. En en caso específico de Venezuela, ahora que tenemos analfabetismo cero y la pobreza ha disminuido en 50%, no tenemos necesidad de reinventarnos ni de alejarnos de ideas preconcebidas de cómo se debe llevar un país… ¿o si?

 

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