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¡DEBATAMOS ACERCA DE LA CHICHA VENEZOLANA CON PAPELÓN CON LIMÓN! Por Alfonso Carril.

O no, mejor hablemos de los “mojones mentales”, lo cual es un tema del cual también sabemos mucho y tenemos mucha historia y muchas historias con ellos, primero definamos lo que es según nuestra idiosincrasia esto de “los mojones mentales”, que no es cosa fácil de admitir dicho sea de paso, pero sigue siendo una de nuestras realidades intangibles, una de esas cosas que yo llamaría un secreto publico o una verdad oculta, pues en ocasiones es uno de esos aspecto del cual todos sabemos pero nadie habla o de la cual todos sabemos pero tratamos de obviar; los mojones mentales podrían ser objeto de estudio de la psicología, ya que pueden ser una especie de deseo intenso que la psiquis trata de hacer realidad aunque sea de manera imaginaria, y que consiste en hacerles creer a los demás cosas de nosotros que no somos o que no poseemos.

Es “casi natural” que tratemos de mostrarnos bien, bellos, saludables, económicamente solventes, académicamente completos, laboralmente competentes y bien establecidos, sentimentalmente contentos, sexualmente definidos y capaces, psicológicamente aptos, en fin, exitosos en todos los aspectos de nuestra vida ante el resto de los mortales, pero, la realidad, es que en muchos casos, no es así, es allí donde entran “los mojones mentales”.

Cuando hablamos de nosotros mismos o la visión que damos a los demás, sobre todo de los que menos conocemos y los que menos nos conocen, es decir la mayoría, es que todo con nosotros está bien, que estamos excelentes y que somos algo próximo a la perfección, estamos bien, de hecho el saludo protocolar que más conocemos es el famoso y convencional ¿Cómo está? ¡Bien gracias! ¿Y usted? ¡Bien gracias!, se instaura de modo exitoso aquello de “El show debe seguir”, a todos nos gusta ser bellos o aparentarlo y más que los demás nos perciban de esa manera, “Viste a fulanito, que atractivo es” “Que bella es fulanita”, eso nos encanta o nos encantaría poder oírlo refiriéndose a nosotros, la salud, es una de las cosas que supuestamente más se valora, por aquello de “Mientras allá salud” “Sin salud no hay nada” “Tienes salud que es lo más importante”, claro a todos nos gusta estar saludables, pues más allá de poder desenvolvernos por nosotros mismos y no tener que cumplir un tratamiento médico o tener que visitar a un doctor o peor aún tener que estar internados en un centro de salud, significa que estamos y somos capaces, fértiles, productivos, aptos, y eso tiene un valor implícito per se.

Económicamente solventes, que tenemos para mantenernos, ahorrar, comprar, comer afuera, viajar al exterior, invertir, cubrir gastos, pagar las tarjetas de crédito en sus montos totales, solventarle los baches económicos a los demás y hasta mantener a alguien más, Ah y obvio vivir en una zona de clase media alta y por supuesto gritar todo eso tomando whisky en el Lounge de algún hotel five stars! Tener formación académica completa, con estudios de Post grado y Maestría y/o Phd en universidades reconocidas en Venezuela y en el exterior, eso es esencial e indispensable para contribuir a nuestros “mojones mentales” o sino buscar de que manera podemos magnificar lo que hayamos estudiado y aprendido. Trabajar en una empresa reconocida, multinacional, con una nomina de al menos mil empleados, a cargo de algún personal, con reuniones y varias llamadas de trabajo al día, papeles que firmar, decisiones que tomar, gente a quien dirigir, supervisar o mandar, mano diestra del jefe y con un sueldo indecible, todos estamos como queremos estar a nivel sentimental, esto es, que si tenemos pareja estamos felices en pareja y si estamos solos es porque solos queremos estar “mejor solo que mal acompañado” dicen muchos, estamos bien con nuestra soledad y así siendo “libres” tenemos más rango de acción en cuestiones del “corazón”.

Somos heterosexuales públicamente hablando, ante la vista de cualquiera y de paso nos estremece cualquier otro posible tipo de relación sexual que no se adapte a la heterosexualidad, otra cosa es una aberración, un escándalo, algo totalmente denigrante, repulsivo y censurable, inaceptable en conclusión, pero por un lado más privado “si pudiéramos ver por un huequito” otras cosas pasan, eso es como otro secreto publico per se, a parte, somos sexualmente capaces, hacemos todo lo “normal” y las satisfacemos a todas, y claro está, tenemos los mejores atributos y proporciones en cuanto a nuestros aparatos sexuales. Y en el aspecto psicológico somos aptos para enfrentar cualquier eventualidad de la vida, nos creemos y hacemos creer que todo lo sabemos y que todo lo podemos resolver.

Los médicos son una especie de paradigma en cuestiones de seres humanos exitosos en una mayor y más completa escala, o eso nos hacen creer, pues los médicos cumplen con todos estos requisitos del éxito en teoría, no hace falta explicar demasiado que nos lleva a decir esto, pero cuando vemos a un médico vemos casi de forma inmediata un individuo impecable, sabiondo, impoluto y prácticamente inmaculado, que sabe mucho y que nos puede ayudar a recuperar una de las cosas más importantes de la vida, como lo es la salud, no es para menos entonces, que veamos en la persona de los médicos un semi Dios, aunque la verdad y la realidad nos lleve a enterarnos de que no es así.

Es cuando podemos decir, que todos tenemos nuestros “mojones mentales”, que todos independientemente de la posición en este mundo, siempre tendremos un rostro impecable para una mayoría y un rostro real y humano para nosotros mismos y nuestros más allegados, y eso pasa a nivel de la población mundial, pero el concepto de “mojón mental” es venezolano, y es una actitud y una forma de mostrarnos que era más acentuada en años más pasados, cuando la “sifrinería” y el “mostrar lo que se poseía” era parte del status quo de los venezolanos, donde los que tenían y eran mostraban y decían quienes eran, ahora son otros tiempos, donde seguimos teniendo nuestros “mojones mentales” pero en ciertos círculos y con mucha discreción, pues son tiempos de inseguridad y mostrar demasiado y ser mucho conlleva a asumir un riesgo que no es de comiquita al mejor estilo de “Los autos locos” pues el Pierre Nodoyuna de nuestra realidad es un malandro muy real y despiadado con un propósito distinto al de ganar una competencia de autos.

Pero bueno, en fin, como dirían por ahí “de sueños también se vive” y nosotros de “mojones mentales” o con “mojones mentales” también vivimos, sin ellos nos reduciríamos quizá a muy poco, o contrariamente a eso, sin ellos, devendría y quedaría al descubierto lo que realmente somos, pero en su mayoría, tememos terriblemente a quedar al descubierto.

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