panfletonegro

La marcha en respaldo a Capriles, y la franela del maniquí.

WTF? Caigo en paracaídas en la urbanización El Paraíso,  estoy en la Avenida O’ Higgins, llevo puesta una franela de color vinotinto, un pantalón gris, y unos zapatos Adidas azul oscuro, encima de la franela vinotinto una chaqueta negra me salva del frío. En la avenida O’higgins un hombre camina por la acera, lleva dos perros Golden Retriever, lo llamo por su nombre: Luis, lo saludo, le digo que soy el mensajedelabotella, virus, Dieter Perdomo. El, muestra alegría, me regresa el saludo. Tiene optimismo, tiene fe, piensa y opina que la marcha va a crecer mucho mas, apenas comienza el día. El hombre de los dos perros Cobradores Dorados, me invita a tomar café, nos vamos a caminar por algunas calles de la urbanización El Paraíso. Llegamos a una panadería. Cuando estoy recibiendo el café, el hombre llega con el dedo pulgar bañado en sangre, uno de sus perros lo ha mordido. Salimos de la panadería y nos vamos por toda la avenida O’Higgins, cerca de la pasarela una tarima recibe el espíritu de Samir Bazzi y Leonardo Villalobos que se desviven en una destellante arenga, algunos opositores que vienen del interior del país solo intentan despertar y conseguir un desayuno decente.

Yo estoy preocupado, mosca, pilas, ante una inminente «bailoterapia» que no se ni que es, ni quien la dirigirá, tal vez sea Maria Corina Machado quien salga forrada en licras a pegar saltos, sea lo que sea estoy seguro de que sentiré pena ajena. A las 10: 45 AM, arranca la marcha. Dos Adecos se agarran a coñazos por motivos que desconozco, de inmediato la coñaza y los empujones van creciendo, hasta que la cosa se calma y no pasan de ahí, la mayoría los separa y todo sigue el ritmo original. De un camión ridículo desciende Ramos Allup, su piel es tan blanca, tan fresca, y lozana que me pierdo en un comercial de Nivea.

No hemos abandonado la avenida O’Higgins cuando ya un grupo de Adecos se pelean como Chimpancés por unas franelas blancas estampadas con el logo de Acción Democrática. Al salir de la avenida O’Higgins escucho a los caminantes decir que hay mucha gente, mas adelante otros dicen que falta gente, hay poca asistencia. Los primeros Chavistas que nos encontramos estaban en la construcción de un edificio. Un Adeco entra a la construcción y con el edificio de fondo se toma una foto con un Chavista, la mayoría de los Chavistas sonríe y dicen chistes, la minoría de los albañiles Chavistas se quedan serios y con cara de cañón. El Adeco les dice a los albañiles Chavistas: -Asi es que debe ser Venezuela, todos juntos sin peleas.- Claro, así es, responden los albañiles Chavistas, todos reímos y aplaudimos. Yo creo que este fue el mejor momento y la escena mas insuperable de la marcha.

De aquí en adelante, todos, todos, pero todos los Chavistas que salen a a ver la marcha se ven muy pobres, gritan cosas a favor de Chavez pero se ven muy pobresitos, andan mal vestidos, y mal peinados, salen de casas viejas, casas feas, tal vez sean casas invadidas. Por ninguna parte puedo ver a los Chavistas neo-burgueses, deben de estar en el Sambil o disfrutando por ahí del sabroso capitalismo y del delicioso consumismo.

Si alguna vez me he bañado con jabón militar, me considero un civil, y me gusta la palabra civilización. Voy detrás de los Adecos y no puedo abandonar mi posición, me muero de la sed, no puedo pero me convierto en un chimpancé y empiezo a robar botellas plásticas que contienen agua. Entre las consignas «se ve se siente, Capriles presidente,» y » esta es la ruta, para sacar a Chavez el hijo de puta» prefiero quedarme callado. No llevo ni un reloj de pulsera, ni celular, ni mucho menos pregunto la hora, deben ser las doce del mediodía, aproximadamente, soy un hombre del siglo 19, cerca del final, agarro una curvita con subida, le meto la mocha (yo tambien imito a Chavez en la jerga repugnante) y le meto la mocha, llego hasta una plaza, al frente debería estar el CNE, Consejo Nacional Electoral, un espejismo de personas como si fueran un Dripping ondeante me avisa que algo anda mal. En ese momento el candidato opositor Henrique Capriles Radonski sube a la tarima y el muy maniquí lleva puesta una franela de la Vinotinto, me imagino a Cesar Farias entrando a un partido de fútbol con una franela de la MUD. Coño pero hay que ver que tipo de cosas tiene que calarse uno de los políticos.

Entre Omar Vizquel y Luis Sojo me dan un batazo en el parietal derecho, y mis ojos salen de Home run. Cuando reacciono estoy en la carpa de los bomberos, como 15 bomberos me atormentan preguntandome la misma vaina. Al menos Dios existe y me atiende una mujer bombero o bombera, como se diga, su rostro me gustó mucho, me trato bien, y me dijo papi ven que te voy a tomar la tensión, luego me dio una botella con agua, y al decirme que ya me podía levantar y caminar, no tuve tiempo de despedirme de ella, pero si conseguí tiempo para bucearle el trasero. Una vez superado el desmayo, ya Capriles ha dejado de hablar aforsimos troceados, no me he perdido de nada.

Mientras voy saliendo de Caracas me imagino que no fui a la marcha en respaldo a Capriles. Yo fui a Caracas a jugar ajedrez con xluis, Adriana Perez Bonilla, John Manuel Silva, Daniel Pratt, Noelia Depaoli, Mirco Ferre, Sergio Monsalve, Frank, Chorizo, y el Warholio. Xluis me toma una fotografía mientras sostengo a los dos perros Golden Retriever, llevo puesta una chaqueta negra, y una franela blanca con el logo de Acción Democrática. Me despido de Xluis, Luis Luna, Luis Bartoli, o el hombre de los dos perros Golden Retriever. Mas adelante veo a Jhonny Ficarella, mi cerebro me dice que Jhonny Ficarella es un periodista de Globovisión. Pero, ¿Quien es Dieter Perdomo? ¿Quien es Luis, el hombre de los dos perros Golden Retriever? Dieter Perdomo es un ser humano, y el hombre de los dos perros Golden Retriever, alias Luis, xluis, Luis Luna, Luis Bartoli, tambien es un ser humano, ¿Y Jhonny Ficarella? Tambien es un ser humano. ¿Y que es panfletonegro.com? Es un sitio anárquico y participativo, de literatura, crítica y política. Emitido desde Caracas, Venezuela, desde 1999. Ah, okey, fino mi pana…

 

Salir de la versión móvil