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Retrato con Toros

Esta imagen ha sido compartida unas veinte veces desde que mis contactos la postearon vía facebook a través del perfil «mi mascota feliz». Debo acotar que estoy totalmente en contra de la tauromaquia, no me parece arte, ni deporte, ni entretenido y mucho menos una actividad para disfrutar en familia. Afortunadamente esta actividad se esta restringiendo producto de las presiones de ciertos grupos sociales que no están de acuerdo con esta práctica, uno puede pensar que fue una victoria civil, pero lo mas probable es que la actividad como negocio este mermando y es mas fácil utilizar esa mengua para erradicar el «deporte» a favor de unos puntos en las encuestas que tomar la postura anti-taurina a favor de los animales.

Países como España,  y Colombia están regulando su práctica, porque se toma como una medida «progresista» no aupar la crueldad como entretenimiento. Por eso resulta tan chocante ver la imagen de un candidato a las primarias (con la esperanza de ser candidato presidencial) disfrutando de algo que medio mundo occidental condena como «anticuado» y «salvaje». Sin embargo, no me quiero detener en esto. hace poco menos de ocho horas, publique esta imagen en mi muro de facebook , dando como resultado una discusión de unos 40 comentarios que iban desde las posturas mas conservadoras como aquellas donde el análisis sobre el  candidato salían a relucir como producto de una posición política ya reafirmada.

Los comentarios de facebook son reveladores con respecto a las posturas que muchos sostienen sobre los derechos de los animales. Creo que el comentario que abrió el debate fue el siguiente:

«Realmente no veo cuál es el problema de que vaya a ver una corrida de toro, que aunque no estoy de acuerdo con esos eventos, constituyen parte del acervo cultural, entonces no se podría votar por ninguna persona porque los candidatos que sean santeros o estén cercanos a esa religión tampoco podrían ser buenos presidentes bajo esta óptica debido a que allí se hacen sacrificios animales,» (E.V)

un segundo comentario fue en respuesta:

«Brother, deja la mala intensidad! Lo que se mata para comer es totalmente diferente a las corridas de toros, en las que no necesariamente se mata. Se tortura, se veja y no como parte de la cadena alimenticia por la supervivencia del ser humano, por el contrario, por «diversión». Me hablas de acervo cultural? Cuántas tradiciones culturales en distintas regiones, no son perfectamente condenables? Muchísimas!!! Así que te exhorto nuevamente a dejar la mala intensidad. PD: Leopoldo López, en contexto, dentro o fuera de las corridas de toro, es un pendejo. Sólo un pendejo votaría por él. :-)» (B.V)

y un tercero:

«un león cuando tiene hambre, mata a su presa de una forma muy cruel, pero debe hacerlo para vivir, y a diferencia del ser humano, él no mata por diversión. Se entiende que la carne forma parte de nuestra dieta, pero cuando hay gente que tiene tan poco respeto a la naturaleza y a la vida como para ir a un lugar para disfrutar de ver sufrir a un animal por pura diversión eso es terrible, es mi opinión, y si vamos al extremo del relativismo cultural ¿debemos entonces aceptar la guerras, los genocidios por ser parte de la cultura? la cultura es un invento humano, no es natural, eso significa que si algo está mal existe la posibilidad de cambiarlo para mejor.» (A.Y)

Y así hasta llegar los 42 comentarios al cierre de este artículo. Personalmente, lo que menos importa es si a Leopoldo Lopez le gusta o no las corridas de toros, también le puede gustar la carne en vara y eso no lo haría una mala persona. La contradicción estriba en dos extremos que se rozan: «el progreso» y «la barbarie». No hace falta leer  Doña Barbara para entender estas dos nociones. Por un lado tenemos uno de los espectáculos mas antiguos que tiene Europa (y A.L)  y por el otro a un candidato que (entre otras cosas) promete sacar al «país de abajo». Una persona que se precie de pro no va a corrida de toros, porque se entiende que es una práctica condenada por la mayoría de las personas de esta generación, incluso, de la generación del mismo candidato.

El sujeto del primer comentario habla de «los sacrificios animales en la santería» para nadie es un secreto que el actual presidente de la república práctica la santería como religión. Pero no hay foto (por lo menos en la esfera pública) que afirme el rumor de que se sacrifiquen animales en nombre del presidente y si las hubiere, dudo muchísimo que el oficiante del ritual sonría ante la cámara mientras el animal es sacrificado. Lo que se le inculpa a Lopez no es que vaya a las corridas (la nieta de Hemingway fue a una corrida y no pudo parar de llorar) sino que las disfrute y que se haya dejado fotografíar  por un «admirador» mientras un toro se desangra a la distancia. El placer ante el dolor ajeno, es proscrito.

Además, no se puede pretender ganar simpatías siendo partícipe de algo con tan pocos simpatizantes. Probablemente el pecado de Lopez fue ser demasiado ingenuo a la hora de prestar su rostro ante la cámara de cualquier extraño sin prever las consecuencias en un electorado tan sugestionable con la visualidad como es el electorado venezolano. Por otro lado, hay opiniones tales como: «no pasa nada si le gustan las corridas» y esa es una postura válida. Pero vivimos en una de las naciones mas indolentes ante la violencia, con una naturalización ante la misma capaz de hacernos contar el numero de muertes anuales en «miles» con normalidad, como quien cuenta el numero de monedas en un frasco. Y con ese panorama, ser adepto a un espectáculo violento no puede ser sino contraproducente.

¿Se puede decir que no es ético para un candidato que promete paz entre los ciudadanos, ser fanático de la tauromaquia? No me atrevería a ir muy lejos por ese camino. Sin embargo, esa foto fue desafortunada. Porque si  Lopez no era el gran favorito, sin duda ahora estará entre los últimos lugares.

 

 

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