panfletonegro

MTV Awards 2010: El Miedo a la Generación 2.0


Chelsea Handler salvó la noche. Si no fuera por ella, los «MTV Awards 2010» habrían pasado tranquilamente a la historia como otro show redundante,predecible y replicante, donde de nuevo se consagraría a lo mejor y lo peor del talento mainstream,bajo la pantalla de la inclusión a través de las redes sociales, desde la plataforma tecnológica y cibernética del teatro Nokia de Los Ángeles. Pero no se hagan mayores ilusiones. El entorno corporativo sólo se valió de Twitter por interés y para reafirmar el poder de convocatoria de sus estrellas venidas a menos.Hasta ahí llegó la interacción con el público,en un falso y demagógico ejercicio de participación democrática.

En realidad, como en el Oscar, los premios de ayer evidenciaron el profundo miedo del sistema de medios tradicionales ante la brutal migración hacia youtube y Facebook. Por ello, la intención de brindar un espectáculo acorde a las necesidades de la audiencia contemporánea y posmoderna,conectada al evento por telefonía celular. Sin embargo, el esfuerzo resultó en vano y se quedó pequeño,pues la integración de los diferentes y los alternativos nunca tuvo lugar,dentro y fuera de la tarima.

Apenas hubo espacio para reducir al soberano a su condición de costumbre: al de siervo de la gleba de la élite y de la rancia aristocracia de materialistas histéricos,egocéntricos,escaladores,boliburgueses y ricos bobos advenedizos de la industria,porque los verdaderos dueños del sartén y del negocio ni siquiera dan la cara.

Los auténticos mecenas, los financistas y los inversionistas de la charada son una pila de viejos codiciosos y ávaros de la VIACOM y del monopolio de la música, refugiados en sus oficinas y mansiones mientras dura el tedioso y largo repertorio de nemiedades. Sacan cuentas, ríen y brindan, como los villanos favoritos del cuento, como los señores «Scrooge» de las sombras,quienes utilizan a sus fichas y a sus artistas como peones de un tablero de ajedrez global.

Así, los títeres de los consentidos de la revista «Forbes»,concentraron el protagonismo alrededor de sus numeritos de laboratorio,digitados y prefabricados por el establishment.De tal modo, era de esperarse el triunfo y la consagración de la figura seudoglam del pop cotufero,Lady Gaga, icono fashion del american dream e imagen del estado actual de la cultura sonora, condenada a ofrecer mucho ruido y pocas nueces para venderle al respetable su buena dosis de gato por liebre. Anoche Lady Gaga demostró, con sus lágrimas de cocodrilo y sus alocuciones vacías de reina de belleza, la floja consistencia de su material. Al final,es pura forma carente de contenido.Una rubia tonta y plástica disfrazada de niña mala,cuyo discurso ombliguista y pomposamente escandaloso la sitúa al lado de sus precedentes estéticos, de Britney a Christina Aguilera,aunque con un mentado cambio de look. Poco o nada tiene por ofrecer, más allá de un ritmo clónico,procesado,formateado y empacado al vacío, con ecos de «Ace of Base» y un «acid house» filtrado por audio tune.Ahora ella roba y plagia la fórmula agotada, de » Rocky Horror Picture Show» en adelante, para enchufársela a un masa amorfa de jovencitos lobotomizados por Wikipedia, Ipod y Black Berry, incapaces de recordar algo al margen de su contexto inmediato.

En efecto,Lady Gaga cosecha éxitos y logra el milagro económico de hacerse salvajemente millonaria en un tiempo de crisis, a costa de la ignorancia del consumidor común, hundido de manera arrogante en su burbuja de sensaciones efímeras,mandando mensajitos de texto cada dos segundos, para mitigar su ansiedad con banalidad compulsiva. En consecuencia, parece cumplirse el terrible presagio de Fukuyama. Los teleniños de la MTV celebran la muerte de la historia y le rinden pleitesía a la extinción de la memoria por vía de su parodia descarada,hueca y descarnada.

Por eso, la única persona lúcida en la velada, no la tuvo difícil para desnudarlos a todos en su cruel impostura. La sarcástica Chelsea Handler deconstruyó la mitología ridícula de Lady Gaga, de los «one-hit wonders» y «wannabes» del momento, entre los jacuzzis balurdos de Jersey Shore, las declaraciones inútiles de Kesha,las pollinas de Justin Bieber y la pavosidad solemne de los raperos chorongas de hoy.

Imposible calarse por un segundo el melodrama de Eminem(Not Afraid), la soberbia de geniecillo electrónico y creativo de Kanye West, la sobreactuada perfomance tipo «American Idol» de Drake o la fantasía tecno de Usher al calor de un juego de rayos laser propio de un trailer de «Tron»,inspirado en el Michael Jackson de «Scream». En conjunto, reprodujeron el estándar de un concierto de divos en un casino kistch de Las Vegas. Carne de cañón para nostálgicos y optimistas,aferrados a un paradigma técnicamente clausurado y acabado. Políticamente muerto y domesticado. Nadie protesta, nadie disiente,nadie reclama, nadie se sale del guión,so pena de ser desechado,discriminado y castigado con el olvido. La dictadura de la hegemonía comunicacional, de la uniformidad de las mentalidades, se decreta por cadena.

Entonces, la maldición de MTV radica en moverse por inercia, para seguir respondiéndole a sus acreedores, cuando lo lógico sería reconocer el fracaso,el fiasco y el fraude. Lastimosamente, la honestidad brilla por su ausencia y no es un atributo de la aludida empresa de transmisión de mensajes condicionados por la publicidad.
De hecho, deberían comenzar por quitarse la careta y repartirle los premios a los personajes de sus «realitys»,en lugar de coronar a los desplazados baluartes del género del video clip. De cualquier modo, la rueda de la fortuna continua desarrollando su ciclo, al punto de perder la brújula y la credibilidad,para congraciarse con los incondicionales de Rihanna,Taylor Swiff y Florence and The Machine,cantando baladas cursis y románticas del gusto de Celine Dion.

¿Lo mejor? Si acaso el toque de Linkin Park, por la persistencia de su trabajo combinado al son de los gritos de furia de su vocalista,posteriormente ahogados por el río tranquilo del nudo y el desenlace de la película en cuestión.Un largometraje con happy ending. Un remake y una secuela de un libreto escrito en 1990 y antes.

A diferencia de Emimen,yo sí tengo miedo. Tengo miedo por el no futuro de la MTV y por el daño infligido a su rebaño de corderos.
Tengo miedo del silencio y de la autocensura para acallar los crímenes de la guerra y de la bolsa.Tengo miedo de una casta de triunfadores alienados,alineados e inconscientes de las injusticias de su era. Tengo miedo de la enorme capacidad de encubrimiento de la MTV. Hitler y Stalin pagarían por contar con el respaldo de una policía del pensamiento así de aceitada. No lo duden. La MTV es una de las Gestapos y de las Stasis del second life.
Un órgano de propaganda y filtración de la resistencia, al estilo Chino. Un Ministerio para la Seguridad del Estado. Réquiem de la contracultura, parque temático del lavado cerebral y punta acerada del trendy en su afán de conquista de la internet 2.0.
La ofensiva colonial es obvia en la tradición de «Avatar».
Por aquí abogamos y apostamos por refutarla,rechazarla e impugnarla.
PD: la tolerancia cero a la pobreza,a la austeridad y a la diversidad étnica,se acrecentó.Prohibieron a los ancianos,a lo veteranos,a los extranjeros(menos a los latinos anglosajones y bellos) y a los amateurs en boga.De cuidado.
El colmo del fascismo cool.

Salir de la versión móvil