AL PREMIADO LECHUGAVERDE CON CARIÑO.

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DolarverdeValero
No creo en la justicia del «régimen» pero menos en la moralina de muchos indignados antirégimen como este Profesor lechugaverde.

¿Será de la misma familia caradura, quizás, de otros prorégimen, egresados universitarios, hoy en las altas esferas diplomáticas oficialistas, en USA, en Europa o en el más allá? Muy universitarios son la mayoría, y también poetas y ensayistas, como esos muchos que hoy forman parte del tren rojorojito cultural y no cultural aquí en Venecuba. Todos sabemos cuántos universitarios anti o prorégimen se han beneficiado de los premios del régimen.

No es que crea en la justicia prorégimen, ¡ni tantico así! Desconfió mucho de tanta honestidad intelectual literaria o política institucionalizada, como la que muestra este pésimo ensayista. Y más cuando por el medio hay tanta lechugaverde involucrada.

¡Ni que “juéramos toitos” conejos políticos oportunistas como él!

Algunos le hemos enviado aclaratorias al Profesor indignado y estafado sin que nos hayan otorgado premio alguno por decirle tantas verdades en tan pocas líneas; y eso que, como él, estamos necesitados de tal suma estafada, pero no para arreglar el techito de nuestro rancho, sino “pa’ comé”. Por qué no nos otorgarán un premio a nosotros por haberle mostrado con tanta ponderación y sin que nos hayamos encontrado una botija 6,30, en pocas líneas y en un género literario tan cuestionado como lo es el ensayo, lo que él quiere ocultar:

Que es un burdo lochero tarifado universitario.

Si estuviese vivo aquel Juan Nuño tan nuestro y tan hispano, maestro del periodismo ácido de opinión, quizás diría leyendo la entrada sobre la supuesta estafa lechuga verde y sus comentarios:

-No me jodas, a otro perro literario-escolar con tanto hueso corroído ensayístico anti o prorégimen.

Y lo dicho por Nuño se lo aprobaría, estoy seguro, su amigo Alejandro Rossi, ese mexicano-venezolano que fue maestro del cuento y del ensayo corto y, de pasapalo, un excelente Profesor de Filosofía de la UNAM, no como Lechugaverde.

Muy probablemente Alejandro Rossi le hubiera agregado otro ensayo, esta vez muy irónico, a su auténticamente premiado “Manual del Distraído”. Sólo para hacerle mofa a la supuesta moral del premiado venecubano y a sus ínfulas literarias.

-Sobre tanta impostura académica de sujetos como este Profesor lechugaverde tendríamos que reflexionar mucho, nos hubiera dicho Rossi.

A todos nosotros, ensayistas indignados contra Lechugaverde, con mucho respeto nos diría además, ese genio literario-filosófico llamado Jean-Paul Sartre:

-Si les dan un premio y se consideran estafados -muy ética-situacionalmente-, no reclamen su tajada de papeles verdes –realmente nada de nada-, sino que hagan como hice yo cuando me dieron el Premio Nobel: devuélvanlo al régimen respectivo con un discurso antirégimen. No lloren tanto por lo que pudieran haber comprado con los petrodólares no recibidos.

Y quizás hasta Voltaire, viendo nuestra justa indignación, habría opinado en «Le Monde Diplomatique»:

-Allí en “Cubazuela” ya no son “cojíos” a lazo literario-poético-universitario como cree Lechugaverde.

Te recuerdo Profe lechugaverde que así como a ti, este régimen ha estafado a otros igualmente. A uno que tengo muy cerca la estafa le birló electrónicamente, a través del Banvenez, Bs.F. 300.000, oo de sus Petro-Orinocos, de su trabajo de toda una vida; no un piche premio como el tuyo. Y de eso ya han pasado dos años. Entonces esos trescientos mil bolos algo valían al cambio lechugaverde o Dólartoday. ¡Y robado ese Profesor se quedó!

Déjate de tanta búsqueda de aprobación y reconócelo de una vez tarifado lechuga verde:

Tu prosa defensiva está mediocremente organizada: retórica y lógicamente, y como ensayo pésimamente escrita.

Sobre este tema has escrito como un estudiante de Comunicación Social de la Misión Sucre, o uno de esos estudiantes de Letras que se graduaron de barriga y luego se enchufaron políticamente en una universidad con una “suidad” por dentro.

Hasta te pareces a esa tal Joany Sánchez, la bloguera cubana antirégimen.

Bueno es un decir:  esa sí que se merece sus premios.  No es ni por asomo tan llorona como tú, y escribe un mundo mejor que tú.

 

2 Comentarios

  1. “Todos sabemos cuántos universitarios anti o prorégimen se han beneficiado de los premios del régimen.” Muy bien dicho, y para muestra basta una boina rojarojita, al revés y al derecho, es decir, muy ulandina: Un anciano barbudo de gorra roja al revés, otrora muy antirégimen, ya de viejo se fue colorado y con la barba recortada, dejando una fortuna de premios por detrás. Incluido un “cuasi-Ferrari” y muchos discípulos. Quizás Lechugaverde fue uno de ellos. Estaba ahíto de premios literarios preVRepública. En vida no protestaba, era extremadamente fino y bien enchufado; no era como Lechugaverde, era un sabio griego decían. Más bien un sofista “culebraciega”, otros retrucaban detrás de su éxito y fama de años. “Puraenvidia”. Cuando no le daban los premios en metálico, en su caso merecidos por lo bien que escribía, actuaba como ese otro ancianito pilas que está con diosopositor y con el mismísimo diablorojorojito, ese del milagro orquestal. El ulandino esperaba pacientemente, hasta que ¡zas! daba un salto blanco o verdelechuga. Y así se fue, aclamado como un intelectual del régimen siendo que toda su vida había sido antirégimen. Esos ulandinos se las saben todas, saben adaptarse para sobrevivir muy universitariamente. ¿No es así Lechugaverde?

  2. Ahora sí que te equivocaste Ismadiaz. Esas aclaratorias que tú le has enviado al Profesor lechugaverde claro que le llegaron, tanto que ahora hasta intenta razonar mejor. Relee su último post. De que te ha leído, te ha leído y como buen muchachito de escuela te imita. Hasta inicia su «ensayo» con posé de lógico aristotélico, intentando refutar con “ergos” cartesianos a Jhon Manuel Silva: “Los argumentos de… son … Ergo…”. Pura concha de ajo literario, pura cáscara retorica vacía. El sujeto es sólo pólvora sofística mojada. Si lo sabrán en su “suidad con una universidad por dentro”. Mi consejo: no le sigan echando perlas a ese tipo de chanchos narrativos. Reserven sus energías para mejores especímenes académicos.

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