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Lo bueno, lo malo y lo feo de estas elecciones

Con el 74,25% de participación, por primera vez, la oposición es mayoría en la Asamblea Nacional, con 99 curules contra 46 y al momento de escribir esto, 22 curules por adjudicar.

El chavismo hizo la campaña electoral más sucia de su Historia, incurriendo en delitos electorales como abuso de poder y partidismo en los medios. Usó recursos del Estado para regalar electrodomésticos y toda su campaña, en vez de centrarse en sus propuestas, buscó el chantaje emocional, recordando que el voto era para Chávez, el difunto ex-Presidente y fundador del PSUV. El gobierno llegó a las elecciones agotado, dirigiendo a un país quebrado económicamente, plagado de delitos, titulare de narcotráfico y un discurso violento y errático.

La oposición, por su parte, decidió unirse y hacer su tarea: ir a los barrios, entender al país. Esta oposición se parece mucho al chavismo de 2006.
¿Qué va a pasar ahora?
Estas elecciones fueron mucho más importantes que las presidenciales. De haber ganado Capriles, habría llegado con más o menos el mismo daño económico (porque la economía no se cambia de un día para otro) y la excusa chavista de la guerra económica habría colado mucho más en el pueblo. Por otro lado, el control de la Asamblea es vital para que vuelva la institucionalidad. Recordemos que el país no está como está por los chavistas sino porque la oposición no quiso presentarse y le dejó en bandeja de plata todos los poderes. Ahora eso puede cambiar y tiene que cambiar, poco a poco, porque los cambios radicales siempre crean traumas y resentimientos, y son un mal negocio a largo plazo.
Lo malo de estas elecciones
-El discurso de Maduro, que en vez de examinar el resultado, decide darle la culpa a una supuesta guerra económica. Petare, unos de los barrios más grandes de América Latina, votó por el cambio con un margen del 40% (!)
-El abuso electoral antes y durante las elecciones. Se reportaron más de 500 casos de delito electoral, incluyendo máquinas de cedulación clandestinas.
-Las declaraciones de VTV, un canal público, de todos los venezolanos, que durante el chavismo ha estado secuestrado por un partido, decidió decir que «ganó la ultraderecha». Dar de extrema derecha a casi el 80% del pueblo es ser muy descarado y muy mal perdedor.
Lo bueno de estas elecciones
-El discurso reconciliador de Chuo Torrealba. «Hoy comenzó el cambio pero no es una mayoría que quiere aplastar a una minoría. Yo cambié. Tú cambiaste». No sólo es necesario recuperar el carácter democrático sino también salir de la violencia, de los discursos incendiarios y las amenazas.
-La decisión del gobierno de no cumplir sus amenazas. Haber aceptado el resultado democráticamente, haciendo honor de lo que han siempre sostenido: en el país hay democracia. Seguramente enferma y con defectos pero si el pueblo es mayoría, las cosas pueden cambiar. Este punto es importante, sobre todo para esos pequeños fascistas criollos que sueñan con golpes de Estado y magnicidios. No existe La Salida ni ninguna panacea, no existen soluciones violentas pues ya hemos visto lo que ocurre. El golpismo tiene que quedar en nuestro pasado oscuro, tanto por parte del chavismo (que también ha sido golpista) como de la oposición.
-La participación electoral. Creo que es una de las más altas del mundo. El interés que nos ha impulsado el chavismo por nuestra política y por el debate político es esencial para una democracia sana.
-Twitterzuela y otros. Todos esos ciberciudadanos que mantuvieron informados al país, tanto para denunciar como para controlar la difusión de mentiras. Todas las plataformas como #Guachiman6D creadas para seguir el proceso. Todos los periodistas y no-periodistas que hicieron su trabajo y enviaron información responsable y verídica.
Lo feo de estas elecciones
-Lilian Tintori, como siempre, poniendo la cómica, intentando robar las cámaras y declarar resultados antes del CNE. Muchos dirán que fue estrategia política para cerrar los resultados pero al fin y al cabo es un delito electoral y la oposición tiene que ser el ejemplo de la democracia.
-Ramos Allup. Todo él. Porque tenemos que decidirnos: ¿queremos un cambio hacia el futuro o que vuelva la IV con todos sus vicios? En esto el chavismo seguirá teniendo la razón, aunque nos duela. Hay mucha gente capacitada que no representa a la vieja política que tanto daño nos hizo.
-Los ataques de algunos opositores a Capriles. Parece que para algunos no es claro lo amplio de la política y lo importante de jugar en equipo. El país no es un estadio de béisbol. Tenemos que dejarnos ese fanatismo por nuestros representantes políticos, tanto para lo bueno como para lo malo. Capriles ha hecho su trabajo y yo no soy alguien que lo apoya pero es una tontería pensar que por su culpa se ha perdido en el pasado. Es una tontería y es muy arrogante no reconocer las victorias del chavismo.
Dicho esto, creo que hay mucho camino por recorrer pero esperemos que desde esta nueva Asamblea Nacional se empiecen a separar los poderes, a cambiar el timón de la economía controlada por un gobierno incapaz de producir productos nacionales. Esperemos que empiecen a investigarse los delitos graves como los narcosobrinos del Presidente y las cuentas en Suiza de cada alto cargo gubernamental alimentadas con petrodólares que le pertenecen al pueblo. Esperemos que a partir de ahora exista una AN del pueblo de verdad, que no niegue que el sueldo mínimo no alcanza para comer o que no hay productos de primera necesidad, que se quiten los controles fascistas para comprar comida y las colas. Un largo camino que tiene que tener como objetivo recuperar la democracia.
El país no va a cambiar de un día para otro y no hay que moverse con soberbia ni con sed de venganza. Reconocer al otro es lo que ha hecho que la oposición consiga este resultado y no hacerlo es lo que ha hecho que el chavismo baje tanto.
Necesitamos políticas que hayan aprendido con la era chavista, tanto lo bueno (que hay mucho) como lo malo (que no se queda corto) para trazar un camino diferente, sin volver a lo que ocasionó al chavismo, como algunos dinosaurios quisieran. Necesitamos restituir la democracia participando como demócratas y no con discursos incendiarios, ni poniendo guayas para matar a nadie ni llamando a la violencia en la televisión nacional.
A diferencia de las marchas del año pasado, Venezuela le demostró al mundo que los violentos son una minoría, que está tanto en la oposición como en el chavismo, pero no son la masa decisiva y eso es muy importante y positivo. Quiero aclarar que considero que las marchas estudiantiles, tanto de 2007 como de 2014, han sido determinantes para la victoria pero lamentablemente algunos hechos de violencia y el poder comunicacional del gobierno han embarrado mediáticamente la realidad de los hechos. Esta vez no ha ocurrido y eso es una victoria mucho más grande.

Venezuela le ganó a los narcos. Le ganó a la delincuencia, a la división, al odio, al hambre, a la escasez, a la mala economía y a la mala gestión. Venezuela decidió que la promesa de un sueño no vale una realidad de mierda.

Giulio Vita
@elreytuqueque

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