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Nuevo Capítulo de la Vieja Guerra entre Israel y Palestina


El conflicto árabe-israelí vuelve al tapete por medio de una escalada informativa donde la intoxicación binaria impide descubrir la verdad de lado y lado.
Las comunicaciones se parcializan en tiempos de guerra, con sus muertes legítimas e ilegítimas. Cada bando tiende a echarle la culpa al otro y a sentirse la víctima del conflicto. ¿Les suena conocido?
Por supuesto, hay diferencias notables y asimetrías de orden bélico.
Hasta la fecha, se cuentan 39 fallecidos en Gaza, mientras Tel Aviv reconoce tres pérdidas lamentables, producto de las bombas de tirios y troyanos.
Sin duda, la presencia del terrorismo de Hamas no facilita el despeje de la zona y el encuentro de la solución pacífica.
Tampoco favorece la política de plomo fundido y la aplicación de la ley del ojo por ojo contra la población civil.
Los demagogos aprovechan la situación para garantizarse los votos de la próxima elección, a costa de los clásicos argumentos de la propaganda defensiva.
La comunidad internacional se hace la vista gorda y prefiere limpiarse las manos como Pilatos.
Desde aquí abogamos por el reencuentro de los hermanos y las familias del medio oriente. El camino hacia la concertación sigue plagado de interferencias, muros, cohetes, alcabalas móviles, sectarismos, exclusiones y puntos de chequeo.
La tregua definitiva pasa por la tolerancia y el reconocimiento mutuo. Las autoridades lo saben. Los intereses mezquinos lo impiden.
Por un futuro libre de altercados, batallas estériles y peleas milenarias. Prohibido albergar el lenguaje del odio. El discurso antisemita de ciertos personeros del gobierno chavista, también luce equivocado.
Mejor izar la bandera blanca y sentarse a negociar.
Basta de repetir una historia predecible de sangre, sudor y lágrimas.

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