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La Verga de Triana y vete para el «Carajo»

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Alguna vez, alguno de ustedes, por alguna casualidad, llegaron a escuchar la frase que reza: Por la verga de Triana… En estos días. Escuche a un amigo citar esta frase, de la cual yo tenía tiempo sin oír. Mi efecto autómata fue reírme por unos cinco minutos sin parar. No exagero, diez minutos riendo. No, también exagero.

Bueno al fin y al cabo me reí no por la frase en sí, si no más bien por verle en su rostro. Que no tenía ni la más remota idea; ni de su significado. Ni de por lo menos la procedencia de tal frase.

El meollo “criollo” es que la frase suena coloquialmente fálica. Y no tiene nada que ver. Veamos algo de historia porque tiene que ver con el pasado.

Rodrigo de Triana, fue un judío que huyendo de España, se embarco con Cristóbal Colón por allá en el año de 1492. Fecha en la cual la monarquía española iniciaba a través de la santa inquisición, el primer genocidio (Conocido en historia media) de judíos y más precisamente de judíos españoles (Los Sefardíes).

El termino verga. Conocido en nuestra jerga nacional (Célebre así, en unas zonas más. En otras menos). Es para nuestro saber equívoco; el miembro viril. El pene en su groso modo. Por lo que decir “La verga de Triana” hace creer a incautos, que se trata de un semi dios con una dote masculina olímpica.

Pero la verga, a decir la sana verdad; son aquellas piezas que cruzan perpendicular los mástiles de los barcos. Y en estos se amarran las cuerdas y las poleas que sostienen las velas. El mástil en si sólo se le conoce como palo macho. Por supuesto, es más que justa su alegoría varonil. Igual como los monumentos de obeliscos, con su significado de poder patriarcal. (Pero eso es otra historia).

Ahora bien. Una frase que era frecuente en aquella otrora época de navegación a vela, era: “Vergas en alto” Cualquier hypster se detendría en este momento para reírse. Pero no. Esto no se trata de que toda una tripulación, estuviera erecta. Esta era la indicación anterior a elevar anclas. Ósea que el barco estaba listo para zarpar.
Establecido entonces, que la verga son aquellos altísimos travesaños.

Rodrigo de Triana como buen judío en un barco Católico, estaba confinado a una de las tareas más arduas en un barco. A un severo castigo por el hecho de estar llevando agua y sol todo el día.

Ahora bien. Qué tiene que ver la palabra “Carajo” que coloque arriba en el título de esta nota. Pues bastante.

¡Muchacho del coño anda vete pal Carajo! Frase de nuestra infancia y de nuestra vida diaria, tan criolla como un pabellón. Pero para saber de donde proviene y la relación con “La verga de Triana”. Hagamos un ejercicio de visualización.

Imaginen ese barco a velas, ahora el palo macho. Si ese mismo, el mástil más grande. Ahora imaginen las vergas con todo y las cuerdas, poleas y velas. Bueno en el mástil principal se sostenía digamos. En la parte más alta. En la punta. Una cesta circular, en forma de balcón. El lugar más alto del barco, que permitía además tener una visual de 360 grados. A esto se le conoce como carajo.

El marinero o tripulante que lo mandaban castigado al carajo. Tenía desde luego que aguantar, hambre y sed. Aparte de todos la intemperie posible en altamar.

Seguramente. Cristóbal Colon le dijo a Rodrigo de Triana. Ah con que tu eres judío (Yo también pero nadie sabe) Bueno muchacho del cipote. Anda vete pal Carajo. Y eso hizo. Trepó por las vergas y se quedó allá en lo alto, hasta ver tierra firme. Y eso según una leyenda hizo.

Y colorín colorado este cuento sigue a Barlovento. Lo que es contario a Sotavento ;)

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