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Virginia Tragedy

winter_look_by_lamiallAhí estaba Virginia acostada en su gran cama al lado de otro desconocido, recordando aquella frase que alguna vez leyó en un libro: El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien sino en el deseo de dormir junto a alguien.  Eso era lo que ocurría en aquella cama desde que Tomás se fue.

 Veía a su amante ocupar el otro lado de la cama, veía como respiraba, como roncaba y la indiferencia de él ante su presencia.  Esa noche el frío era devastador pero sería una ilusa en pensar que él la cubriría en su brazos para darle calor, aquel calor que sin mezquindad le daba Tomás.

 A la mañana siguiente sus amantes se iban sin decir adiós, era como si un ataque de claustrofobia los atacara apenas divisaban los primeros rayos de sol. Y Virginia hacia su rutina de todos los días quedarse ahí, inmóvil, quejándose de lo fracasada e inútil que ha sido su vida y contando los días para que apareciera alguien y cambiara su rumbo para siempre.  No trabajaba y no le hacia falta, el dinero que le dejó Tomas antes de su partida era suficiente para vivir tranquila y ahogada en esa eterna quietud. Cuando llegaba la hora del mediodía se preparaba algo de comer y revisaba en su agenda la próxima presa de la noche.  Después de concretar su aventura, se sentaba frente a la máquina de escribir  por horas esperando que alguna idea maravillosa surgiera y poder empezar un nuevo libro, tenia años sin escribir desde que Tomas partió, no hubo forma ni manera de retomar la escritura a pesar de repetir fielmente cada día el mismo ritual, era imposible escribir ni siquiera una estupida metáfora.

 Esa noche fue diferente, su amante la abrazo toda la noche después de hacer el amor, a la mañana siguiente le había preparado el desayuno y la invitó a salir todo el día, la saco de su rutina y cuando regresó y se sentó nuevamente frente a su máquina de escribir, puedo sentir esa mágica sensación de tener miles de ideas rodando en su cabeza y que  sus dedos no fueran lo suficientemente rápidos para transcribir todo, ante el enorme miedo que esa ideas partieran para nunca más volver igual como lo hizo Tomas.   Esa noche durmió sola y en el espacio vacío veía a aquel chico que le recordaba mucho a su eterno amor. 

 Por su parte, el chico al llegar a su casa, se acercó a una mesa de la sala y tomó un portarretrato, era él con Virginia, aquel día del accidente el sintió que ella sería feliz sola, por eso decidió que irse era lo mejor,  ya ella no soportaba sus adiciones y sus amantes, no quería hacerle infeliz, siempre pensó que Virginia era demasiado frágil y buena para que alguien la hiciera sentir así. Por mala fortuna el plan de suicidio no salió perfecto, quedo vivo dejándole grandes secuelas físicas y espirituales. Las físicas su rostro quedo tan destrozado que después de miles de operaciones no es ni la sombra de lo que era, las espirituales con su muerte Virginia no es feliz como él pensó, se ahogó más es la tristeza y termino de destrozar su vida, parece que el sacrifico no valió la pena.

 Así, que por cosas del azar o el destino Virginia buscará a ese amante desconocido cada 15 de septiembre, día en que cumpliría años Tomás, y hará el amor con él toda la noche sólo para revivir a Tomás en su cuerpo, sentir nuevamente su calor y sus besos.  Hasta su muerte ese será el único día en el año que Virginia sea feliz, que Virginia vuelva a escribir algo, aunque después durante todo el año se quede en la apatía, siguiendo la misma rutina y hundiéndose cada día más esperando algo que ya nunca llegará. 

Dulce Penélope

Derechos Reservados. Septiembre 2009

Si quieres leer esta historia y otras, visita mi blog http://cronicasdeunamujersolterisimaenccs.blogspot.com/

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