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Dudamel

Music LA PhilharmonicGustavo Dudamel es un muchacho muy talentoso al igual que la orquesta que dirige. El problema es que decidió venderle el alma al diablo sirviendo de relacionista público de un régimen perverso. Él y el régimen ganan: él desarrolla una carrera profesional y el régimen se lava la cara internacionalmente al hacer creer en el extranjero que promueve las artes y la cultura. De paso, puertas adentro les sirve también para adormecer a una clase media de por sí estupidizada permanentemente por los dólares baratos de CADIVI, el carro nuevo y el blackberry.

Dudamel es tabú, meterse con él es pecado. Es un icono de esperanza para los Paulocohelistas venezolanos, de que «no todo está perdido», de los que andan en esa onda Osío-Cabricesca pensando que todavía hay decencia en éste territorio azotado por las calamidades. Meterse con Dudamel es para algunos un crimen, es Traición a la Patria.

Por el contrario, la facilidad con la que éste muchacho se deja querer por el régimen es una muestra más de que aquí todo el mundo está de rodillas, sin importar el talento ni la procedencia. Es realmente obscena la conchupancia de Dudamel con el peor gobierno de la historia nacional, sirviéndoles él y la orquesta de entretenimiento, ofreciendo circo ya que no hay pan.

Lo peor es que esa gente bien podría tener carreras igual de exitosas sin estar en ese papel tan indecente. Los juzgará la Historia.

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