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ficción with myself

 

Estoy en este rompe olas esperando a Abril. Abril es la muchachita que ha estado remándome los cigarrillos y las botellas desde hace tres meses… ¿qué cómo es? no lo sé. Sé que padece de fuego uterino, que no le gusta el sexo anal, que su padre era un arquitecto fracasado que se pegó un tiro una noche de lluvia, que su madre vive con los abuelos y que ella robó cosas de su casa para poder largarse, pero que el dinero se le acabo muy rápido y tuvo que hacer de puta. También sé que su sonrisa puede derretir un pedazo de hielo, y que su corazón esta fragmentado y es volátil. Y otra cosa que sé es que me quiere y es por eso que estoy aquí esperándola como un aburrido león marino, mirado el mar y fumando un paquete de belmont. Llegamos hace dos días a este rincón del planeta. Su amiga Lucy tiene en su poder algo que Abril necesita con urgencia, que los dos necesitamos…dinero, Lucy tiene una deuda con Abril; an old history, de drogas y tráfico. Lucy ahora hace negocios por estos lados. Es temporada de playa y los turistas ansiosos por extasiarse abundan. Auque yo personalmente, he visto pocos. Es probable que sea el clima, esta frío y opaco, ayer fue igual. Abril y yo nos quedamos en el hotel, y cuado no estábamos dando vueltas y sudando sobre la cama, veíamos  south park por cable. Pedíamos servicio al cuarto, (y) o mirábamos por el balcón: el sucio horizonte, donde se unían el cielo y el mar; uno más gris que otro. Ya es una postal usada, pero cuando lo nuestro termine, cualquiera de los dos la puede necesitar. Sé por experiencia propia que cualquier infierno puede adornarse.      
 
Abril aparece por fin, pero trae el rostro pálido y sonríe nerviosamente. Se que algo ha salido mal. Y me repito a mi mismo: nada están sencillo como parece y mientras más sencillo parece menos lo es. Abril trae una mochila negra de cuero, que no tenía porque traer. Conozco ese bolso, se lo he visto muchas veces a Lucy y se que lo utiliza para esconder la droga.
Me agarra por la camiseta.
-tenemos que largarnos de aquí -dice
-qué fue lo que pasó. 
-no hay tiempo para explicártelo, vamos ¡muévete!
La sigo, caminamos a prisa a la terminal de buses. 
En el camino trato de sacarle algo, pero no hay forma, está extremadamente nerviosa. En la terminal nos avisan que no hay salida hasta después de una hora. El único que queda sólo nos llevaría a media hora de aquí, y eso no es suficiente. Abril camina de un lado a otro.
-vamos a tener que hacer dedo -dice. Y antes de que vuelva a emprender la caminata la agarro del brazo. Y la miro a los ojos fijamente.
-cálmate, qué demonios sucede, no pienso moverme hasta que no me lo digas.
Su mirada se queda unos segundos suspendida en mi mirada. Luego en voz baja…
-Lucy esta muerta. Cayó encima de su navaja.
-¿cayó? -digo, completamente seguro que no puede ser.
-no grites, fue como te estoy diciendo… peleábamos y ella saco una navaja, la cogí del cuello y caímos al piso, fue un accidente. 
-como sabes qué esta muerta.
-no lo se, pero no voy a quedarme a averiguarlo.
 

El agua siempre se sale de su cause, pienso, es una historia trillada y el final no es nada bonito. Cuando era niño tenía miedo de las arañas. He crecido ya no puedo tener miedo, ya no.
Caminamos, huyendo del peligro, y ningún auto se detiene. Tengo 17 dólares con 68 centavos en los bolsillos. Es lo único que tenemos. Abril tiene su propia fortuna: un ataque severo de ansiedad y el bolso lleno de drogas. En este mismo momento el hotelucho ese debe estar rodeado de polis. Y nosotros no estamos ni a 2 Km. de allí. Pero los policías no encontraran nada, se les ha aguado la fiesta. El bolso negro de Lucy cuelga de los hombros de Abril.
 

 

 

 

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