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corrupción popular

En repetidas ocasiones Guillermo vacilaba sobre su disertación; tomando rasgos en ciertos aspectos hasta escatológicos. Luego, promoviendo su parafernalia personal, propuso remover del cargo de primer secretario al susodicho Chacón. Este último puesto a dedo por el presidente del partido, un viejo verde que no sabe dónde está parado actualmente, pero que fiel a su cargo, pretende disolver toda voluntad colectiva a expensas de su influencia. Entonces, uno queda como pajarito en grama. A donde coño ir cuando se tienen dudas sobre que vía tomar en la realidad que nos circunda. No es tanto una crisis existencial; es más que toda una forma de expresar arrechera. El día empezó con el pie izquierdo, y no me refiero a la influencia del materialismo dialectico, por lo pronto puedo toser un poco y decir ¡tremenda plasta!

Quijotesco como es común, Guillermo llego al despacho del primer secretario con las bolas bien puestas, quitando a la secretaria Mónica de en medio con un empujón que casi la deja con las tetas afuera. Este tipo no prorrumpe en medias tintas, quiso dejar en claro desde su nombramiento como delegado de propaganda que no tenía intenciones de quedarse sacando copias como un pendejo. Y bien, se detuvo ante la puerta del secretario del partido. En la puerta nuestro slogan Vamos mal pero vamos bien, una piltrafa, ya lo sé. No es un secreto para nadie que la política se trata de trucos de mago chimbo. Un poco de polvo para la sugestión por allá y, un conejo lindo para los niños que sonríen bonito en la campaña.

Guillermo entendió que Chacón no era rival para su elevada ambición. Por ende, se dice o se decía en los pasillos de la sede del partido que inclemente a su gestión podía ser un obstáculo para los tiempos que corren. En fin, que queriendo demostrar su astucia y verbigracia a su modo de tomarse las cosas serias por el lado chistoso, insistió o manipulo las elecciones internas para dejar al promontorio de secretario fuera del ring. Este quiso saber que fue lo que pasó, pero apenas y logro articular palabras, luego entender que estaba fuera con todo y sus años de servicio.

Toco tres veces seguidas en la puerta del primer secretario. Un carraspeo se escuchó del otro lado, queriendo dar a entender que no querían dejarlo pasar. Volvió a repicar en la madera con un dejo de cólera que le picaba en los nudillos. Lo hicieron pasar, sin mayor protocolo y se sentó frente a Chacón con una mirada desafiante, dejando al descubierto una mueca de burla pequeña pero filosa.

Por si fuera poco, unas copias que quedaron en la impresora sobre unos cheques en blanco para el portador fueron evidencias suficientes para determinar el destino ultimo de Chacón. Quien habría dejado estas perlas a la mirada de la masa indiscreta, solo se sabe lo que vino a colación.

En una calle ciega en medio de un boulevard caraqueño, Chacón se encontró con la muerte, bien es sabido que esta tiene cara de pocos amigos; pero a grandes rasgos no interesa el término sino el ritual. Un visado de dolor y desgracia que condujo al ex primer secretario del partido a regiones inhóspitas de sufrimiento. Dicen que la policía lo consiguió con una marca en la frente de cuchillo, en la que se leía una frase en latín algo así como Carpe diem. Cuando la notica se desbordo en los pasillos de la sede de Corrupción Popular yo estaba distraído tomando un café americano corto, Mónica había hecho de las suyas de nuevo con el presidente del partido, le acababa de dar un servicio completo al viejo. Este parecía más allá que de acá, la mujer le había sacado todo el jugo y, no conforme con eso ya estaba montada sobre un cargo importante.

De determinadas circunstancias se desenvuelven ulteriores acontecimientos. Esto de la muerte violenta de Chacón no dejo en vilo en lo más mínimo los cimientos de nuestro amado partido. En conclusión, fue un acto aislado que se traduce como un mal menor dentro de lo que define una realidad caótica y subordinada a la indiferencia.

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