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Líderes sin causa

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Veo con curiosidad y sin dejar de admitir cierta preocupación en esta abatida sociedad venezolana el surgir de suertes de iglesias del liderazgo. Mezclando frases grandilocuentes, una mesiánica versión del cristianismo y el poder de cualquier concierto pop en cuanto a la puesta en escena, estos “líderes del siglo XXI” nos hablan del liderazgo desde un punto pseudo-filosófico metiendo al Dios cristiano de vez en cuando en todo ese peo. Por cierto hablan del renacer de Venezuela, y de que saldremos pronto de este “infierno”, pero tomar lo que dijo un profeta hace dos mil años prestado para darle cierta gravedad y potencia a tus palabras no es muy diferente a lo que hace Maduro o cualquier otro oficialista cuando citan al líder galáctico o dicen obrar en su nombre.

Pongo lideres entre comillas porque que yo sepa no hay ninguna causa por la cual estén luchando más allá de (probablemente) engordar sus cuentas bancarias. Nos hablan del liderazgo como el académico que da una clase magistral sobre liderazgo pero a este último no se le ocurriría ni remotamente catalogarse como un líder per se. Disertar sobre liderazgo, mostrar seriedad en una tarima, citar algún pasaje bíblico, hacer aspavientos, vociferar o decir frases como esta:

 

“¡De nada sirve subir al último piso de un edificio si subiste al edificio equivocado!”

 

Como si estuvieras quitándole el velo a una verdad hermética no te hace líder ni mucho menos. El modelo “estándar” de liderazgo nos dice que el líder nace y se hace dadas ciertas circunstancias, sobre todo circunstancias adversas e inspira en sus seguidores a hacer cosas tangibles para superar esas circunstancias adversas. Cosas tangibles (acciones, ideas, sacrificios) creo aquí es la palabra clave. Estos señores en teoría inspiran a otros a ser líderes pero precisamente lo que necesitamos es gente que *haga* cosas no que diserten todo el tiempo en torno a hacerlas.

Sin querer hacer un perfil del tipo de personas que suelen atender estos eventos, o ponderar en el derecho de estos “lideres” de hablar sobre lo que quieran, sería interesante saber cómo se financian estas organizaciones. Si es una estructura piramidal tipo Herbalife, o cobran por evento, o que. Si es algo por lo que se paga, la legión de pendejos que hay en este país es épica pero bueno no seré yo el que critique esto cuando un concierto de Arjona también se llena completamente. Digamos que entraría en el ámbito de lo que es entretenimiento.

Si por el contrario es una estructura en donde se gradúan “lideres” (debajo de otros) que a su vez van a un evento, hablan paja, y van adquiriendo su legión de seguidores que “contribuyen” con especias a la iglesia en cuestión, estamos ante algo completamente diferente y en mi opinión bastante perverso. Cabe resaltar que estos eventos deben costar bastante dinero montarlos y producirlos. Además no producen nada tangible. Ni libros, ni merchandise, ni nada. “Follow the money” me enseñaron una vez para saber cuáles son las ultimas intenciones de una persona u organización. La verdad es que esta máxima es infalible para tener una idea de cuáles son las últimas intenciones.

Ante esta perspectiva de un vivo que se encuentra a muchos tontos en la calle es mejor algunas veces tomarse las cosas con ironía. En este sentido, dejo aquí un puñado de frases potentes, de esas que hacen relajar los esfínteres, para que estos autoproclamados lideres amplíen su repertorio de frases grandilocuentes:

El poder de un líder no se mide por cuantos discípulos tiene, ni cuan bien se dirige a las masas. Al verdadero líder lo reconocerás por cuantos se quieren arrojar con él al vacío

Un líder nunca es demasiado novato como para no actuar con magnanimidad ni tampoco demasiado experimentado como para no actuar con infinita ira si las circunstancias así lo ameritan

La naturaleza del líder es diametralmente opuesta a la de los discípulos. El líder tiene un legado y muchos discípulos. Los discípulos no tienen legado y muchas veces tampoco un líder

De nada sirve subir a lo más alto de un edificio si tienes un ascensor a tu disposición

Desconfíen del líder sin causa y también del que habla con grandilocuencia. Con frecuencia lo que dice, analizándolo en detalle, no admite la más mínima lógica o raciocinio. La grandilocuencia es una técnica que crea verdades absolutas y le da credibilidad al líder. Establece una diferencia con el resto ya que no mucha gente tiene el desparpajo de hablar con esa arrogancia y vehemencia, sobre todo en público. Es si se quiere el primer abuso de poder.

 

 

http://patanium.wordpress.com

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