Gracias el comandante y su combo

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Venezuela

Hasta hace muy poco pensaba que no teníamos nada que agradecerle al «comandante eterno» y a su «combo socialista»; sin embargo,  transcurridos estos días de amplio debate político y de fuertes movilizaciones civiles, puedo estar muy seguro de que no todo esto fue en vano. Me atrevo a afirmar que  inclusive esto debía ocurrir, porque la gente ya llevaba mucho rato dormida sobre los laureles de la vida privada y habían olvidado su deber como ciudadanos en la vida pública del país.

Antes que nada quiero dejar muy claro que mis palabras no van dirigidas con la intención de cubrir todas las fechorías que ha realizado este gobierno tan corrupto, al contrario, condeno rotundamente que nos hayan utilizado de sobremanera para satisfacer fetiches personales de estos «revolucionarios bolivarianos». La historia nunca le va a perdonar a este gobierno haber matado, engañado y robado a tantos venezolanos.

Volviendo a mi tesis del principio, tengo la plena seguridad de que este atolladero en el que hemos caído era prácticamente inevitable y explico porqué. Hugo Chávez no fue el inicio de nuestros problemas de hoy en día, si no nos tocaba el nos iba a tocar cualquier otro igual o peor en cualquier momento, por la simple razón de que nos habíamos olvidado de los valores fundamentales que sostienen a la democracia. Chávez encontró al país en el momento más vulnerable de la era democrática y pudo persuadir fácilmente a los sectores marginados para que lo ayudaran en su causa.

Quizás en este momento el futuro nos parezca más nublado de lo que ya lo veníamos viendo en estos años, y en cierta forma es cierto, pero en estos días ha estado naciendo entre las cenizas y las lágrimas algo que tenía tiempo sin salir a la luz en el país, algo tan grande, que de solo imaginar su magnitud,  me pone la piel de gallina de la emoción y hace que Miraflores tiemble de la preocupación. Por muchos años envidie profundamente a países como Argentina, México o Estados Unidos por ese sentimiento nacional que tienen tan arraigado, y no lograba entender como aquí con tantas cosas por querer no éramos capaces de conciliar ese sentimiento por mucho más tiempo que lo que dura un partido de la vinotinto o un certamen del Miss Universo.

Tuvimos que tocar fondo, afrontar la realidad de la manera más cruda para entender que teníamos mucho tiempo fuera de nuestro rol como ciudadanos y que íbamos en picada hacia el abismo de la tiranía. Y aunque estoy consciente de que el darnos cuenta de el problema no nos saca del mismo, por lo menos ya el hecho de habernos recordado de lo importante que es la libertad ya es un avance, o por ejemplo el darnos cuenta de no vale nada luchar por sobrevivir el día a día , cuando pudiéramos simplemente salir a vivir todos los días.

Por tal razón, aunque se tengan muchas diferencias abismales con el gobierno de Maduro y anteriormente con el de Hugo Chávez, hay que reconocer que si no nos hubieran dado esta cachetada histórica seguramente en este momento nadie sentiría el himno como se está sintiendo hoy en día en las calles, quizás la bandera nos seguiría pareciendo solo tela de colores y a lo mejor la libertad no nos llamaría tanto la atención. Creo firmemente que esta si es #lasalida, pero no solo a un gobierno mediocre, esta es la salida hacia la apatía civil, a la falta de inclusión, también a la división social y muchos otros vicios de este país tan singular.

Finalmente, creo que llegó el momento de dejarnos llevar por este llamado histórico, de la manera más inteligente posible por supuesto, pero si dejar que este amor hacia el país nos lleve a través del miedo y la apatía que pudimos haber sentido todo este tiempo. Aquí no hace falta OEA, ONU , Panamá , USA y mucho menos Reinaldo Dos Santos, todo lo que nos puede llegar a hacer falta para librar esta batalla está en nuestro corazón y en nuestra capacidad de entendimiento con esas personas que tenemos al lado y que comparten nuestros mismos problemas.

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