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Mi juicio con la pena de muerte

 

 

Disyuntiva resuelta

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No soy el primero ni el último (ojalá fuese el último) que escribe sobre este tema. La pena de muerte, siempre ha sido un tema polémico en tertulias, discusiones, en películas, libros o lo que sea y siempre me ha inquietado, tengo ese demonio y el angelito en los hombros que me hablan y me dicen: “sí, apoya la pena de muerte, todos deben ir a la silla”, o el que me dice: “No debe aplicarse, la vida de una persona sólo está en manos de Dios”. Bueno, y así tengo un tiempo, pero ya he aclarado mi posición respecto al tema: No estoy de acuerdo con la pena de muerte.
En este caso, no sé si ganó el angelito o el demonio, pero, por ahora, esa es mi postura. Y lo digo así, porque uno nunca sabe, y de pronto pasa algo extraordinario en mi vida y me haga cambiar de opinión.
OK ¿por qué no estoy de acuerdo? Por la razón simple de que uno no debe decidir por la vida de los otros. Sencillamente. También considero que no es la solución para acabar con el problema de la inseguridad, los robos, los asesinatos y lo que sea ilícito.
Quizá me estén leyendo, (si es que no abandonaron la lectura antes) y dirán: “A la ve…, este es un loco, y si te matan a alguien cercano y tal”. OK, si pasa eso (que ya ha ocurrido) obviamente sentiría unas ganas enormes de acabar, de pulverizar al responsable, y tal vez cambie de parecer como dije arriba, pero ya pensando más calmado, creo que seguiría con mi postura inicial.
A veces me provoca agarrar a golpes a algunos malandros, asesinos, pero no soy yo quien tiene la potestad para corregirlos o decidir en su vida. Claro, soy parte de la sociedad, que como sea, integrado o no, debo formar parte de la solución.

 Caso Tamayo

Este miércoles 22 de enero, ejecutaron en Huntsville, Texas, al mexicano Edgar Tamayo. Justamente cuando me encontraba armando este el artículo, leo la noticia en un portal de la web. Este señor de 46 años, recibió la inyección letal, ante familiares de un policía que mató en 1994, luego de ejecutar un robo. Según la nota de prensa que leí, Tamayo había caído preso junto con otro sujeto y asesinó de tres disparos al pobre oficial, que tal vez, sólo cumplía con su labor. OK no es mi trabajo investigar las razones, pero ajá, el tipo lo mató, quizá porque era un asesino, un psicópata, o lo hizo en defensa propia. Es sabido por muchos, los maltratos que reciben los inmigrantes, sobre todo los mexicanos en el estado de Texas y demás de la nación gringa.
Total, que Tamayo cayó preso a las pocas horas del acontecimiento y fue sentenciado a muerte. Es uno de los cientos que han recibido la sentencia en las últimas décadas (40 mexicanos en los últimos años según la agencia AP), tal vez sea una estadística más, pero resulta que en el caso se involucraron ambas embajadas. Hasta el Secretario de Estado gringo, John Kerry quiso interceder para “demorar” la ejecución de Tamayo.
Según las abogadas del señor, Sandra Babcock y Maurie Levin, «Texas una vez más ha demostrado su total desprecio por el imperio de la ley y los compromisos de los tratados de Estados Unidos. En su afán de ejecutar al señor Tamayo, el gobernador y el fiscal general intencionalmente hicieron caso omiso de las promesas que hicieron a los líderes de nuestra nación que de garantizarían una revisión de la violación de los derechos consulares del señor Tamayo», dijeron. «La ejecución del señor Tamayo viola los compromisos de tratados (firmados) por Estados Unidos, amenaza los intereses de política exterior de la nación, y socava la seguridad de todos los estadounidenses en el extranjero», añadieron Babcock y Levin.
Funcionarios mexicanos y los abogados de Tamayo dijeron que estaba protegido por una cláusula de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963. La asistencia jurídica que garantiza ese tratado pudiera haber descubierto pruebas para impugnar la pena capital por asesinato o que evitaran que Tamayo fuese condenado a la pena de muerte, dijeron.
Los registros muestran que el consulado se enteró del caso hasta que el juicio estaba a punto de comenzar. El secretario de Estado John Kerry había pedido al procurador general de Texas, Greg Abbott, que demorara la ejecución, diciendo que «podría afectar la manera como los ciudadanos norteamericanos son tratados en otros países». El Departamento de Estado repitió esa postura el miércoles.
Miles de mensajes de apoyo se observaron en las redes sociales y manifestantes apoyaron la causa Tamayo a las afueras de los tribunales en Huntsville. Todo en vano. Esto me hace pensar, realmente la pena de muerte vale la pena? OK, mataste al tipo, ¿pero acabaste con el problema? NO.
Tamayo tuvo la oportunidad de despedirse de su familia horas antes de la ejecución. Según se indicó, el sujeto estaba totalmente arrepentido. Igual, que se pudra en la cárcel, que le caiga la máxima pena y se torture, pero volvemos a lo mismo, ¿lo mataron y se resolvió el rollo? Tendrían que tratar de agarrar a todos los locos, psicópatas, asesinos pedófilos y lo que sea, llevarlos a un campo de concentración y matarlos a todos.

Un serio error

El director de la Centro de Investigaciones Populares (Venezuela), Alejandro Moreno, en una reciente entrevista que le realizó la periodista Vanessa Davies, al preguntársele sobre la pena de muerte,  dijo: “Es injusta porque no hay derecho a matar a nadie, sobre todo cuando se lo puede controlar. Además, no resuelve nada; de hecho, en los países donde hay pena de muerte no ha disminuido la violencia… de manera que la pena de muerte no es eficiente”, agregó que la pena traería algo muy malo consigo, de ser aplicada en nuestro país. “Descargar la venganza no solamente de aquellos que son víctimas, sino de la sociedad misma. La sociedad aprende que vengarse es lo que tienen que hacer, que vengarse es lo bueno, y eso difunde más violencia en el ánimo de la gran población, de la masa. La pena de muerte es dañina para la sociedad”.
Coincido a mil por ciento con su opinión, aunque estemos nadando contra la marea.
Quizá si en estos momentos, salgo a la calle y le pregunto a los que vea si están de acuerdo y la mayoría me responderán que sí. De hecho, hice una encuesta cerrada entre 150 personas, de las cuales 96 respondieron que sí.
Por su puesto, esto no es un artículo científico ni nada, pero lo quise hacer para probar la opinión del colectivo.
¿Solución?
Algunas de las personas encuestadas, me respondieron que están de acuerdo, porque de esa forma, aplicando como debe ser la ley, muchos de los antisociales y gente perversa se quedarían quietos, o por lo menos actuarían con mayor cautela. Bien, puede ser…pero fíjense, en los Estados Unidos se aplica, y de igual forma la gente sigue matando, y los números rojos aumentan cada año.
Creo que la solución está en la educación, en sembrar valores, pero también aplicar fuertes medidas para que se apliquen las leyes, la cadena perpetua, además de un buen sistema penitenciario que pueda regenerar, por lo menos a un buen número de personas que caen en ese tipo de desgracia.
El papa Francisco, en su misa del Angelus hoy domingo, condenó el asesinato de tres personas en una comunidad italiana, donde quemaron sin piedad a dos adultos y un niño de tres años. ¿Da rabia verdad? Provoca hacerle lo que sea a los responsable. Pero fíjese lo que dijo el pontífice argentino: “Recemos con Cocò (Nicola, el nombre del niño), que seguro que ahora está en el cielo con Jesús, y por las personas que han hecho esto para que se arrepientan y se conviertan al Señor”.
Bien, celebro esas palabras. El destino es una cosa seria y de alguna forma esa persona que hizo mal, algún día se dará cuenta de lo que hizo. De cualquier forma pagará lo hecho, y sólo Dios tiene el poder de decidir sobre eso.

Con información de la Associated Press
@rska
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