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Anótese en su casta.

Nuestras castas criollas.

Por supuesto que Venezuela no tiene, de manera formal, un sistema de castas como el aquel antiguo de la India, que mucha gente por acá conocerá mejor que yo.

Pero podríamos tener nuestro propio sistema endógeno y soberano de castas, adaptado a las necesidades de la Patria, donde cada cual ocupe el lugar que le corresponde según la consideración que reciba del Pueblo, su capacidad de palanqueo, y el miedo que sea capaz de meter. Demás está decir que los sótanos en este sistema están reservados para aquellos que se pongan a decir que está mal tener miedo.

Por supuesto, no están todos los que son. Faltan las deidades, que son tema de otro dibujo. Falta el hampa, que como se dijo que quería cambiar, no es seguro dónde cuadra. Y falta la inefable casta de recogelatas nómadas, que están más allá de toda denominación. Sin embargo, creo que este panorama recoge de modo sucinto el panorama de nuestra criolla manera de pretender ser más que los demás.

Y sí, lo de colocar a los docentes en el fondo del frasco fue intencional.

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