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Maldonado, CADIVI y otras hipocresías

Noticia, El Universal, 15 de mayo de 2012

Venetur ofrece paquetes a la Fórmula 1 sin afectar el cupo Cadivi

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Cuando leí esta noticia, me pasó como a Cartman en un episodio de South Park, cuando tocan su timbre y cuando abre la puerta, lo que ve le causa tanta gracia que superó el umbral de la risa y no se pudo reír más. Uno de los conflictos del capítulo es Cartman tratando de recuperar la capacidad de reír, y para los curiosos, lo que vio al abrir la puerta fue a la pareja «cara de culo», quienes buscaban a su hijo «cara de culo», vaya metáfora para comenzar la faena.

A mí no me causa gracias que Venetur te perdone el cupo CADIVI, es más bien, una mezcla de sorpresa, con arrechera, con llevarse las manos a la cabeza, y de ese umbral estoy hablando. Porque después de ser testigo de la historia reciente, leer un libro o un ensayo, aquí y allá, después de escribir un post para más o menos entender la situación, la verdad es que, después de estos detalles, te das cuenta que no has entendido nada. Que el populismo siempre puede superarse.

Se presenta una discusión en el país (lo cual me parece muy sano para nosotros, más allá de la opinión que pueda tener) sobre apoyar la victoria de Maldonado o señalar que en este país hay prioridades, que la F1 es un deporte elitesco, imaginar en las tantas cosas en las cuales se puede invertir esos millones de dólares, recordar que la mayoría de los deportistas venezolanos ganan sueldos de hambre…

El nacionalismo deportivo, la utilización política del hecho, la ironía de tener a un campeón de F1 mientras la carretera de oriente es algo propio del siglo IXX. Que nos debatimos entre la felicidad instantánea que da el deporte para olvidar nuestra realidad por un rato, subirnos la autoestima, y pasado un rato, seguir revolcándonos en nuestras miserias…

En fin, un debate que da para mucho y está bien que se dé. Pero no importa a cuál conclusión lleguemos, porque quienes están en el poder se encargan de arruinar todo eso, con acciones que parecerán insignificantes pero no lo son. Que Venetur tenga entre sus ofertas más atractivas que puedes viajar sin utilizar tu cupo CADIVI es una cachetada.

Esta victoria deportiva me parecía impostada, tan difícil de sentir genuinamente, (y créanme, no es porque me importe un pepino la F1 o le tenga alergia al nacionalismo deportivo, temas superados), es como forzada, costó como demasiado. Pero después de esto, me doy cuenta que es la victoria del chavismo, es artificial.

Porque esa decisión perdona vidas, significa que aquí ya se perdieron las formas, que el poder en Venezuela es unidireccional, que ellos hacen lo que les da la gana, y que tú, pobre guevon, no tienes ni voz ni voto en lo que se hace o se deja de hacer con los recursos de este país. Te la calas. Si vas a viajar a ver a tu hermanita concursar en el campeonato mundial de Sudoku, pues te sale carpetica, y así es esta vaina. Punto.

El diplomado que quiero estudiar el próximo año en el exterior salió, hace un mes, de las “prioridades educativas” del chavismo. Este post no va tipo lamento por lo que ahora es un problema para mí. Porque siempre he creído que CADIVI es una clara violación a nuestros derechos. El control de cambio es una medida económica que no está destinada a durar 10 años. Cuando se excede de su tiempo, como en el caso venezolano, se convierte en una fuente de corrupción, aumenta la inflación, propicia el mercado negro y origina varias otras distorsiones y perversiones.

El chavismo lo ha llevado al límite de lo imposible. Lo utilizan para controlar a la sociedad, te humillan pidiéndote hasta la última factura para ellos saber en qué gastaste tu dinero. Te bajan las cantidades, y esas cantidades ahora están sujetas a cambio, dependiendo del destino que vas a visitar. Permitir el cupo CADIVI para personas que solo tengan tarjeta de crédito es una medida discriminatoria hasta las nauseas. Porque si no tienes tarjeta de crédito, tampoco puedes comprar los dólares en una casa de cambio. Te quedas aquí clavado. Púdrete.

Y después hay personas que celebran que ahora la página de CADIVI es más amable, ya no tienes que estar cazando citas a las cuatro de la mañana, y te guían perfectamente para que tú mismo te violes tus propios derechos. Además, el proceso de CADIVI es tan engorroso y absurdo, que sólo puede ser producto de una mente mal intencionada. Lo peor es que estoy segura, que hay un grupo bien pequeño de venezolanos que no necesitan viajar con CADIVI, se llevan el cash en las maletas, y otro grupo que no necesita comprar esos piches dólares preferenciales, gracias a las inmensas fortunas que amasaron gracias a CADIVI.

“Preferencias educativas”, “rubros preferenciales”, mercado negro aparte, pocas son nuestras opciones. Nada podemos hacer…

Ah no, ya va, ¡paren el mundo!, Maldonado ganó el domingo. Nos mojamos pensando en la barra que le harían en Mónaco. Porque no sólo somos una potencia en automovilismo, también somos un país tan prospero que los venezolanos (el hombre nuevo), puede ir a apoyar a su campeón in situ. Lo que se le olvidó a Venetur fue decir que esta oferta no aplica si tu bandera de Venezuela tiene siete estrellas. Pero tranquilidad, todo el mundo a calmarse y a peinarse, en este caso (Mónaco ida y vuelta, sin escalas, ciudadito con una vaina) y sólo en este caso, podemos hacer una excepción, no tienes que utilizar tu cupo CADIVI.

¡No me jodan!

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