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Anarcocapitalismo, del Estado a la Libertad

El mejor gobierno es el que menos gobierna, diría Thomas Jefferson. Todo Estado, desde el punto de vista anarquista, coarta la libertad, libertad para decidir sobre sí mismo, de qué se quiere y qué no, y la libertad implica la libertad del mercado. El Estado, al controlar empresas, los precios, el cambio de divisas, además de los medios de comunicación, libre tránsito, ectétera, está coartando la libertad de cada individuo, por tanto, para que haya más libertad debe haber menos Estado, o menos gobierno.

La teoría o doctrina que defiende toda forma de gobierno (socialismo, socialdemocracia, comunismo, etc.) es opresiva, es decir, lo que para la socialdemocracia, o socialismo, o toda propuesta de «izquierda» que intente, a través del control económico, impuestos a las empresas, control de precios, expropiaciones, para que con ello «distribuir equitativamente bienes y servicios» sería, desde este punto de vista, antilibertario.

Es la propiedad privada, no estadal, no comunal, la que garantizaría esa libertad individual. la reducción del Estado no significaría caos, ya que precisamente son los Estados, con sus medidas restrictivas, los que originan el caos -la locura de la guerra y la arbitrariedad de la regulación gubernamental y el saqueo-.

Para algunos detractores de esta teoría es que el capitalismo es opresor, pero lo que es realmente opresor son los Estados capitalistas, al no haber Estado, o reducido en su máxima expresión, no tendría que haber opresión, ya que sería mutuo acuerdo en la libertad del mercado.

La premisa de peso que defiende esta teoría es que nadie debe gobernar a nadie, ni nadie debe permitir ser gobernado. Por tanto, este sistema de gobierno actual venezolano, que tiene el eufemismo de «socialismo», como cualquier tipo de gobierno que pretenda en algún modo controlar el mercado o el pensamiento, es, en definitiva, contrario a la libertad.

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