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La encrucijada de los intelectuales «monederos»

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De nuevo, los intelectuales a la hoguera del maniqueísmo, del macartysmo, de la cacería de brujas llana y simple, por haberse atrevido a rozar, con el pétalo de una rosa sin espinas, a la sacrosanta institución del estado monárquico y vaticanista gobernado por el Papa de la revolución bonita, quien desde su púlpito de Aló Presidente se encargó, personalmente, de fungir del Torquemada de la función al excomulgar al blasfemo del cielo de los justos; al salirle al paso a las palabras, incluso moderadas, del pesetero Monedero del Centro Internacional Miranda, donde se celebró el encuentro “Intelectuales, democracia y socialismo”, cuyo máximo sacrilegio fue cuestionar el carácter stalinista y cogollerico del PSUV, la dependencia política hacia el “hiperliderazgo” del Teniente Coronel y la eterna falta de autocrítica en el seno de la cúpula del gobierno.
En palabras del propio rey Juan Carlos Monedero, vertidas en una entrevista a Últimas Noticias: “si ministros, diputados o cuadros del partido renuncian a disentir con el Presidente, no se están ganando el sueldo”.


Pero ya sabemos, Juan Carlos, cuál es al realidad y cómo tu opinión es tomada literalmente a la inversa, cuando los diputados y los cuadros del partido renuncian de facto a disentir, para garantizar el cobro de su sueldo.
De hecho, Juan Carlos, aquí no se puede disentir de la línea de Miraflores, so pena de ser expulsado y condenado públicamente a la jaula de los leones de la Hojilla, bajo el látigo indomable del fiero Mario Silva, enemigo declarado del pensamiento crítico y general en jefe de la Stasi criolla entendida a la manera del Big Brother en clave de SS. Me explico.
Mario Silva es la reencarnación de la policía del pensamiento vislumbrada en la profecía distópica de George Orwell en 1984. Ahora en el 2009, él se encarga de juzgar y de censurar los delitos de piensa-crimen atribuidos a los disidentes de la locotomora roja rojita, como el caso de los integrantes de la lista negra, marca Tascón, encabezada por Ismael García.
Todos perseguidos, vilipendiados, denostados, masacrados, caricaturizados y acusados de traicionar al Mesías de la religión en curso por tan sólo marcar distancia frente a las directrices del comando Maisanta. Nada más, nada menos.


A propósito, el mismo gobierno fabricó un dispositivo mediático de consenso a través de su red de canales entubados, al promover la producción de programas de ataque y contraataque a la disidencia, al peor estilo de “La Talanquera” conducido por Néstor Francia y por el psiquíatra de la “disociación psicótica”. Verdaderos disociados de su contexto, de su entorno y de su nación. Verdaderos enfermos de poder y de ansías de reconocimiento. Verdaderos enanos intelectuales acomplejados de por vida, incapaces de despuntar y de descollar sin el apoyo incondicional de la dádiva paternalista.
Son días duros para ejercer la libertad de expresión a plenitud y a cabalidad. Son días duros para llamar a las cosas por su nombre. Son días duros para los escritores, para los poetas, para los artistas y para los críticos renegados.


Son días duros de regreso a los tiempos oscuros del medievo, del nazismo con el odio hacia los supuestos “degenerados” del expresionismo abstracto, del Hollywood de posguerra, del sapeo de la Alemania Oriental, de la depuración camboyana instrumentalizada por el genocida Pol Pot, de la Cuba de Fidel en permanente guerra contra los blogueros de la generación Y, de la China maoísta y de la intolerancia Talibánica del medio oriente, en cada una de sus regiones.
Al respecto, tuvimos la ocasión de conversar con algunos participantes del foro organizado por el Centro Internacional Miranda, y sus denuncias hielan la sangre. Sin embargo, los pobres, con razón, tienen miedo de salir del closet y prefieren ocultar sus identidades, para no correr con la misma suerte de Pesetero. Desde ya, una monedita en desuso dentro de la revolución todo, fuera de la revolución, nada.


La última purga soviética en el mundo chavista ha comenzado.
Ni hablar del destino de la oposición y de los antiguos adversarios del gobierno.
Ya el Presidente se ha dedicado a meterlos a todos en el mismo saco del bochorno y del ostracismo.
Ya el Presidente los mandó a trabajar y hacer labor social en lugar de abocarse al oficio para el cual fueron instruidos y preparados: pensar, analizar, estudiar, evaluar y sacar conclusiones.
Por desgracia, Hugo Chávez sigue siendo alérgico a la crítica , aunque ella venga empaquetada y filtrada por el lenguaje de la corrección política, aunque ella venga domesticada y purificada para no herir la sensibilidad de Nicolás Maduro.


Pobrecitos. Tienen miedo, mucho miedo. Tienen terror a la alteridad, a pesar de justificarla en discursos y en planes quinquenales demagógicos.
Pobrecitos. Únicamente aceptan intelectuales dóciles, sumisos y serviciales como los creadores de “Zamora”, la película. Los intelectuales aliados a Héctor Soto y a Abel Prieto.


De resto, ¡al paredón de fusilamiento de la caja boba!
Bienvenidos de retorno a la era superada de Marcos Pérez Jímenez y Juan Vicente Gómez, con cárcel de la Rotunda incluida en el marco de la parrilla de VTV.
Bienvenidos de retorno al paraíso vertical y unilateral de la Unión Soviética.
O estás conmigo, o estás en contra mío.
Se acabaron las medias tintas.
Es el bushismo convenido y decretado por el Chavismo.
Vaya paradoja, vaya ironía.
Una vez más, la izquierda y la derecha se dan de la mano.
Ojalá que no sea por mucho tiempo.
Mientras tanto, seguimos en la lucha por la red, por la calle, por la pared.
Ciertamente, como diría Monedero, “la revolución está en una encrucijada”.
Ciertamente, como afirma él, “las revoluciones se empezaron a pudrir cuando se frenó la crítica, cuando se silenció el debate”.
Ciertamente, ya nos habíamos dado cuenta, Juan Carlos.
De todas formas, te lo agradecemos porque nunca es tarde para despertar del sueño.
Bienvenido tu también a la batalla del pensamiento.

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