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Mercaderes de lo cool por la calle del medio

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Platanoverde vuelve a celebrar otro aniversario por la calle del medio con el apoyo de la Alcaldía de Chacao , bajo el resguardo de la policía de Chacao y sin el asedio de los malvivientes de Chacao, como asegura el excluyente, intolerante, represivo y conservador panfleto del evento, en la peor tradición copeyana de la campaña para la paz pequeño burguesa, “Un Cariño para Mi Ciudad”.

Los choros, los huelepegas, los delincuentes, los recogelatas y los azotes de barrio en Petare no son bienvenidos, porque afean el entorno creativo de la ciudad de lo posible. Cualquier parecido con el evangelio reaccionario de Carla Tofano, no es mera coincidencia.

Así es como ellos quieren recuperar el contacto con la urbe: aislándose y refugiándose en un apartheid de ciencia ficción, 100 % libre de la escoria del inframundo caraqueño.

Por eso, el poeta amigo se pregunta: “ por qué nuevamente en Chacao y no en el 23 de Enero”, mientras el organizador del asunto gira alrededor de nosotros con una sonrisa de victoria, montado sobre una moto.Ni el propio Leopoldo López llegó tan lejos.
De hecho, cuando arribamos a la plaza Simón Bolívar, el esposo de la Tintori andaba a pie, intentando confundirse con la masa amorfa. Y digamos que el truquito populista de mezclarse con la plebe, le quedaba de lo más chévere, a diferencia de Héctor Barboza, quien seguía dando vueltas por el circuito, con parrillera incluida, a la manera de Pérez Jiménez en la Orchila. Aquí lo mismo pero en otra isla.

Por cierto,recuerdo que esto último lo reproducían al carbón en el restauran el Guatacarazo de Puerto La Cruz, con un payaso loco que le caía a garrotazos a los borrachos del bar, sobre una vespa de baja cilindrada. Por desgracia, lo del chico de platanoverde más que risa, daba tristeza y depresión. Sobre todo porque se trata del representante del siguiente discurso demagógico:

“Plátanoverde asume el reto de ser un proyecto cultural capaz de elaborar eventos y nuevas plataformas de comunicación entre ciudadanos, partiendo siempre de conceptos urbanos. A lo largo de su evolución ha logrado constituirse como una comunidad creativa que trabaja en función de un sólo objetivo: generar herramientas para inculcar cultura en la juventud(ja,ja, inculcar cultura a la juventud). Un concepto que marca la pauta en Caracas y se identifica con el arte y la expresión.

Por el medio de la calle no es un acto contemplativo, sino más bien un proyecto comprometido con lo que ocurre en nuestro país en el ámbito social y cultural. Buscamos desarrollar un entorno sano en el cual todos podamos crear, compartir, elegir y explotar nuestras ideas. Rescatar los espacios públicos. Integrar la calle a la expresión y disfrutar de una experiencia única en Caracas”.

Es decir, se nos invita a redescubrir “nuestra” realidad más real, pero filtrada como una experiencia única de papel lustrillo…Una experiencia única en moto…Una experiencia única de pura mentira…Una experiencia única como el paseo artificial por una pequeña Gran Manzana en un centro comercial de Chacaíto…Una experiencia única de compartir con gente de vanguardia en un museíto al aire libre, una feria del día del adolescente, vigilada por tus mecenas de Primero Justicia… Una experiencia única como el recorrido falso del nuevo Times Square, rediseñado por la América corporativa, cundido de publicidad, blindado por la paranoia defensiva de la escuela Gulliani, y expurgado de cualquier alteridad social.

Los vagos y maleantes han sido echados del eje central de la modernidad de Nueva York por el afán de lucro, en tanto las políticas urbanas del Alcalde López tienden a discriminar y a negar el intercambio con la otredad, en beneficio de la explotación intensiva de la propiedad privada.

No hay que olvidar que estamos en un municipio donde el espacio público se remata por cuotas, al tiempo que los uniformados cumplen con el trabajo sucio de contener y marginar a los seres indeseables. Tres ejemplos dan cuenta de ello.
Primero, el Alcalde cierra un parque público para convertirlo en un mercado. A los demás parques públicos del municipio, los fortifica con sistema de rejas para que los vagabundos no los transformen en hotelitos nocturnos. En paralelo, cada parque tiene su respectivo celador, intercomunicado con la policía.

Segundo, el Alcalde pone barrotes semicirculares en los bancos de la Avenida Francisco de Miranda, para que los pobres y los mendigos no puedan dormir allí, en una técnica fotocopiada, otra vez, del proyecto de adecentamiento, limpieza étnica, higienismo selectivo y depuración neonazi del SOHO de Nueva York. Es lo que llaman allá el fascismo fashion.

Tercero, la policía jamás permite que uno, como joven, tenga la experiencia de disfrutar su municipio en la calle. Todo lo contrario, la policía, cada vez que puede, te hace saber que tu no tienes derecho a disfrutar de la calle. Cuando no te cachean en la puerta de la Cigarra, te atropellan en la plaza la Castellana.

A mí, por ejemplo, me cayeron a rolazos y a patadas en frente del Naturista, por cargar una cerveza en la mano. Menos mal que a mí lado estaba el hijo de un tipo con cierto poder en el país. Me explico. Resulta que nos agarran a este pana y a mí a trompada limpia, sin ninguna explicación plausible.

Yo estoy en el piso recibiendo castigo por la nuca y el estomago, mientras a mi amigo del Country lo sujetan por la espalda a la fuerza. Una mujer policía le pega una cachetada en la cara. Y a mí, un gorila me da con la bota en la cadera durante ene veces. Mi pana, por su parte, está desmayado del dolor.

Y yo, en medio de la desesperación, alcanzó a decir algo que nos termina de salvar: “ ese chamo que está ahí en el piso es el hijo del dueño de RCTV…Sin coba, revísenle la cartera para que vean”.En menos de un minuto, la zona estaba despejada. Los tombos verificaron la información y después huyeron despavoridos, dejándonos noqueados en la lona, con moretones y chichones en la cabeza.

Ahora me da mucha risa ver que los intensos de platanoverde sí se pueden caer a birras en la plaza de la castellana, porque le conviene al Alcalde de Chacao.
Al respecto, cabe una acotación. En Chacao está prohibido tomar en la vía pública; rajar caña, pues. En Roma se puede beber en la vía pública. En Chacao está prohibido beber en la vía pública y se vende licor hasta las nueve, porque el Alcalde protege a los negociantes de alcohol en la zona. O sea, Leopoldo protege a los expendedores de aguardiente del Centro San Ignacio.

Lo que el Alcalde impone es un toque de queda, que obliga a los jóvenes a consumir en los locales de Chacao, para que sus negociantes hagan más billete, y por tanto, enriquezcan las arcas de la Alcaldía a través de los altísimos impuestos que hay que pagar por concepto de venta de licor. Esta es la razón por la cual usted no puede beber en la Plaza Altamira.Esta es una de las causas fundacionales por la cuales el evento de plátano es una vulgar hipocresía, una gran pantomima publicitaria.

No por nada, el evento culmina con la celebración del típico “after party” en el café Atlantic de los Palos Grandes, duplicando el formato comercial del reforzamiento de cualquier marca. Ojo, en café Atlantic hacen eventos así todas las semanas. De manera que la cosa no tiene nada de especial. De manera que no se justifica tanto alarde pirotécnico y autobombo.

En la práctica, el aniversario de plátano no es más que eso, un despliegue mercadotécnico para posesionar un logo en la mente de unos consumidores cautivos, que no son muchos, de paso.

En la fiesta, el ambiente es de consagración, felicidad y satisfacción por la labor cumplida. Los invitados son los de siempre, más los coleados de costumbre. El cuentico del contacto con la calle y la experiencia cultural, ha terminado. O en todo caso, el cuentico del contacto con la calle y la experiencia cultural, prosigue en otro cuartelito de la clase media neurótica. Adentro reina el mismo orden que predomina en la hegemonía rumbera de la noche. Es un dictadura del desenfreno puritano y moralista, plagado de estereotipos y lugares comunes importados de la cultura, la cooltura y la contracultura como negocio.

De tal modo, el proyecto positivista de Platanoverde consiste en civilizar a la barbarie capitalina, a través de baños de sensibilidad estética y duchas de humanismo ilustrado,con lo cual retornamos a la época restauradora de Guzmán Blanco, o a la era de la colonización. Como diría el documental “Los Mercaderes de lo Cool”, para platanoverde los jóvenes inconformistas son el continente africano a conquistar con las clásicas armas de la persuasión oculta.

No es casual que esto se complemente con la propaganda oficial de la bandera política de la Alcaldía de Chacao, en una alianza institucional por conveniencia, para capitalizar y catequizar a la generación de relevo, captándola y consintiéndola a punta de regalos y dádivas paternalistas de origen cuartorepublicano. Nada distinto al coctelito de cervecita, circo y musiquita que se ofrece al electorado en los mítines del adequismo cetevista, en las concentraciones gobierneras de la avenida Bolívar, en las inauguraciones pseudoculturosas del Salón Pirelli, en los conciertos montados por Barreto y en las actividades decembrinas de la Alcaldía de Chacao.Pilas de dinero despilfarradas en nombre de la cultura, el reencuentro con la calle, la revolución de la conciencia y demás pavadas trilladísimas.

En esta oportunidad, la palma del absurdo se la lleva el invitado especial de la velada, el colectivo Basurama. Sus obras son el testimonio del fracaso y de la ingenuidad detrás del proyecto del reciclaje con fines culturalistas.

Cerca de la Plaza Simón Bolívar, Basurama instala una torre de cajas de cartón. Torre que es desmontada por Cotécnica cuando termina el evento. Lo más cómico es que mientras Basurama exponía sus trabajos de manualidades al aire libre, la calle del medio de Chacao estaba llenita de bolsas de basura, que ,como asentaría el poeta amigo, no eran precisamente de la gente de Basurama.

Yo les diría a los amigos de Basurama, y a los de platanoverde, que se den una vueltica por San Agustín o Carpintero, para que vean qué es lo que significa darle un uso creativo a la basura, y cómo la gente tiene que hacer un uso creativo de la basura, para subsistir.
Amigos de Basurama, ustedes no tienen nada que enseñarnos, porque aquí hemos aprendido a vivir entre la basura y con la basura, gracias a las inequidades de un estado fallido. Aquí, amigos de Basurama, los pobres hacen milagros con la basura, construyen casas con la basura, y lamentablemente, se matan el hambre con basura. Así que lo de ustedes constituye un ejercicio de simplificación alarmante.

Otro tanto podría decirse del resto de las actividades extracurriculares y originalísimas que se presentaron en el evento de plátano: varios conciertos En Vivo, unos perfomances de calle(las típicas pendejadas del Ministerio de la Cultura), unas proyecciones de video(bestia, hasta cuándo), un decadente espectáculo con maromeros de Parque Central( en una versión degrada del Festival Internacional de Teatro), un circuito para patineteros amateurs( ni si quiera se pudieron alquilar una “U” profesional), y una lona blanca que recubría uno de los costados del nuevo megamercado de Chacao, para que los grafiteros descargaran su fuego fatuo, su pedantería narcisista y sus ideas remanidas sobre el diseño y la vida.
Este es otro invento de Leopoldo: pintar paredes de blanco y entregárselas a los grafiteros, para que no le ensucien su municipio donde no se debe.

Estas son las experiencias únicas que le gustan al Alcalde. Son experiencias de filtración y domesticación. Son experiencias de juguete. Son remedos edulcorados y edulcorantes de auténticas experiencias.

En estas circunstancias de mediación, es imposible que pueda surgir ninguna iniciativa independiente; es imposible que una cultura se pueda desarrollar por sus propios medios. Por el contrario, lo que triunfa actualmente es esta reducción potable y descafeína de la cultura, de la Venezuela Subterránea, de los mentados cuatro elementos.

Un arte del estado, para niños del estado, que no molesta a nadie, que es tan confortable y accesible, que yo, que soy un pedazo de sifrino, me puedo dar el lujo de descubrir en moto. Que puedo llegar a ella en mi Vitara con aire acondicionado, tras estacionarla al lado de Corp Group. Y de allí me bajo a pie y tengo a la cultura en mis manos. Y estoy entre la cultura, con mi birrita y mi porro a flor de labios. Y esta cultura es muy extraña, porque es tan singular como la cultura de la televisión, porque es igualita a la cultura que veo por el canal cuatro, pero en el fondo ni me importa, porque la cultura en este país ya no es más que eso. Una cultura del poder, arrodillada ante el poder y patrocinada por el poder.

Una cultura platanera, igual de antiséptica y aburrida que sus artículos, igual de inofensiva que sus propuestas de diseño, igual de anticuada que sus fotografías, igual de intrascendente que sus columnas, igual de amiguera y clientelar que una macolla de tecnócratas rojo rojitos. ¿Qué sentido tiene publicar unas fotos de Maniak que están en red desde hace tiempo?¿Qué criterios privan a la hora de seleccionar las cosas que salen y no salen? ¿Por qué el dueño de la revista, el señor de la moto, se reserva una columna para especular sobre la creatividad en tono de gurú? ¿Por qué todas las crónicas parecen escritas por gente que tiene complejo de cronista, de Juan Villoro?¿ Por qué siento que la revista está desconectada y quiere desconectarse del país?¿Por qué siento que el enfoque es benevolente y amordazado?¿A quién le tienen miedo y por qué le tienen tanto respeto a gente que no lo merece?¿Cuándo le van a informar a su clientela que la burocracia cultural de Venezuela no funciona y es corrupta?¿Cuándo se van a lanzar una investigación de lo que pasa con la cultura en el país?¿Cuándo nos van explicar por qué la hermana de Leopoldo funge como directora del Centro de Cultura Chacao?¿Por qué defender el nepotismo cultural?

Finalmente, como diría María Carman,¿la cultura redime la pobreza (del espíritu) o funciona, más bien, como una trampa? En el caso de plátano, la respuesta es obvia. Esto sí es una caballo de Troya de los mercaderes de lo cool por la calle del medio.

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