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Poética del video casero

Cuando me pidieron hacer un retrato documental de Vitalski, un artista local muy famoso en Amberes, organizamos un brainstorm y decidimos que el concepto debía apuntar a la familiaridad. La película sería mostrada una sola vez para una sala de cien personas. Vitalski y yo estaríamos sentados en un sillón, frente a la audiencia. Un televisor instalado en el medio entre nosotros y el público nos mostraría el resultado. Vitalski tendría el control remoto y podría parar o rebobinar a placer. A través de un micrófono, podía comentar a su antojo. La misma película se proyectaría simultáneamente a nuestras espaldas, para deleite del público. Quizás sean esos los 45 minutos mas duros de mi vida como videasta: estar sentado frente a cien personas y ver cada reacción a tu trabajo y a la vez asumir de una manera tan desnuda la responsabilidad sobre el resultado. Y quizás fue eso tan traumático y fascinante lo que definió mi manera de trabajar a partir de ese momento. Vitalski Naakt (:-( solo esta en holandes) era exactamente el tipo de video que muestras en la sala de tu casa al regreso de un viaje familiar. O mejor dicho: exactamente lo que yo quería que cada ser humano hiciera con esas interminables horas de video turístico que nadie verá. Lo que yo quería, sentado frente a esa sala llena, era que cada padre de familia se convirtiera en videasta. Tras esa epifanía, apenas llegué a los vestidores, rompí a llorar como un carajito.

Desde entonces he intentado explorar el concepto del video casero como formato cinematográfico válido. Luego siguió un documental de 49 minutos sobre un projecto socio cultural en Soweto. In Soweto (sorry, english only :-D) era un acercamiento mas depurado a la idea de la exploración del home video: la edición asociativa era una herramienta indispensable y convertirse en parte del sujeto era estrictamente necesario. Mientras que la estrategia del fly-on-the-wall invita al documentarista a pasar inadvertido, el video casero siempre esta hecho por una persona de presencia innegable. The filmmaker is present, so what? Este resultado fue seleccionado en distintos festivales e incluso tuvo la suerte de recibir un premio al Mejor Documental en Chile.

He intentado extender esa búsqueda a los videoclips. Las imágenes de una escapada de fin de semana fueron editadas sobre el tema Dinámica Rural de la Murga Armada. El resultado, tres años más tarde se ha convertido en una visita nostálgica. Lo cual es la esencia del video casero: recuerdos, viajes, gente, vida…

Extendiendo esa búsqueda casi lingüística a videoclips de «ficción», un viaje a New York se convierte en el encuentro de tres seres urbanos para el tema Saycrack de Barna, una fiesta en casa de un pana se convierte en una pesadilla de una sola toma para el Marginal del Sindicato Sónico y más recientemente, un viaje a la paradisíaca Península de Yucatán sirve para ilustrar La Mota de Murga Armada, un tema nostalgicón, una especie de Je Ne Regrettre Rien tropical…

Aqui lo tienen…

El video casero se ha convertido en un género cinematográfico para mi…

Lo mio no son los manifestos. Cuando intento explicar que el video casero puede tener un valor que va más allá del círculo familiar, tiendo a confundir a la gente, pero para mi esta muy claro que el video es hoy dia un mecanismo natural de comunicación. Que el video y el cine dejaron hace tiempo de pertenecer a las élites cinematográficas y que incluso los géneros más subvalorados, como el video casero, son capaces de contar una historia que tiene relevancia mas allá de la sala de la casa.

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