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No hay Piedad Para Haití

A Puerto Príncipe la saquean los piratas del caribe, de la izquierda y la derecha. Es una vil explotación ideológica, geopolítica, estratégica, económica y social. Su terremoto es la consecuencia de la destrucción de sus capas tectónicas por parte de las mafias internacionales de la extracción petrolera en la zona.

De manera indiscriminada, abren pozos de oro negro por aquí y por allá, con resultados previsibles. Por eso, Cabimas se hunde, Venezuela se tambalea y las pequeñas islas sufren los embates del usufructo energético.

Grandes compañías como PDVSA son responsables del colapso y del desbalance geológico de nuestras fronteras marítimas. Y después le echamos la culpa al imperio, al Niño y al calentamiento global.

Pero en realidad, el gobierno Bolivariano es tan cómplice de la depresión de Puerto Príncipe como sus élites gobernantes y burocráticas, asociadas al negocio de la neoesclavitud por horas hombre. Haití provee de mano de obra barata y regalada a las maquilas y a las fábricas de medio mundo, incluyendo a la Quinta República.

Aquí y allá los aprovechamos, hasta morir, como Robots, como Heladeros, como porteros, como carne de cañón, como extraterrestres mal vivientes hacinados en un apartheid cultural. Nuestro propio “Sector 9”. De hecho, las imágenes de la película de ciencia ficción se replican en los testimonios de hoy de la capital afectada por la actividad sísmica.

Obama y Hugo le sacan partido a la situación por igual. A los dos les conviene seguir con el juego de la responsabilidad social y la ayuda humanitaria. En paralelo, son autores intelectuales del cataclismo global.

Al final, el gordito de Miraflores prefiere gastarse nuestros reales en hacer una película con Danny Glover, en lugar de unir esfuerzos para terminar de liberar y emancipar al reprimido, castigado y martirizado colectivo del país de Toussaint Louverture.

Imposible mayor ironía en el marco del bicentenario de la independencia.

Olvídate de Aristide. Ya pasó a la historia, con o sin tu complejo de culpa. 

Por ello, la solidaridad criolla con el pueblo del partido Lavalas, me resulta hipócrita, oportunista y a destiempo. ¿Por qué no hicimos nada antes, cuando los americanos secuestraron a su presidente, con apoyo de la OEA y los mercenarios de Chile? Porque hay intereses financieros de por medio. Porque son pobres y prescindibles.

El racismo, la discriminación y el doble rasero son el pan nuestro de cada día. En el resto del Planeta, ni hablar. ¿Alguien se recuerda de Afganistán, de Irán, de Honduras?  

Ahora sí es cool salir a la calle a recoger colchas, comida y ropa para los niños de Haití. Ahora sí es cool arroparse con la banderita de Haití, desde Facebook hasta las calles concienciadas del este y el oeste de Caracas. Por favor, póngase serios.

Mientras tanto, los Globos de Oro amenazan con dedicar sus buenas vibras y palabras al tema del momento. El mismo George Clooney viene haciendo campaña para ayudar a la causa de moda. Naturalmente, apuesta en frío con la cabeza puesta en su nominación. Así de calculador y demagógico puede llegar a ser Hollywood. De ahí su posible visita a tierra de Bolcheviques rojos rojitos.

De sellarse su viaje turístico a CCS, la demagogia posmoderna se rescribirá con el abrazo fraternal de él con el presidente Chávez. Pagaremos caro por disfrutar y padecer de tal fotopose o cliché demagógico. Otra barajita populista se cuece en bambalinas.

Hagan sus apuestas.

Una vez más, gane quien gane, nosotros perderemos.

Mientras tanto, como diría Baudrillard, no habrá piedad para Puerto Príncipe.

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