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La violencia silente

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(Estas breves ideas fueron leídas en el foro sobre violencia que se dio en la sala E de la Universidad Central de Venezuela en el marco de dos eventos: la semana del estudiante y la exposición del fotógrafo Nelsón Garrido, del cual, fueron agredidas sus obras por sectores identificados como «chavistas» específicamente los trabajadores bolivarianos de la biblioteca de la central y un grupo de estudiantes bolivarianos de la escuela de trabajo social, por lo menos esas fueron las noticias que se tuvieron de los hechos, no se pudo comprobar que sea verdad. Leí esto junto al secretario de la universidad, Amalio Belmonte, Tulio Hernandez y el propio Nelsón Garrido, lo coloco en panfleto como un mecanismo para la reflexión mía y de los demás tal cual las leí, las anoté y las pensé sin correjir sus errores y sin pretender ocultarlos)

La violencia silente o una estética de la modernidad.

En esta época me gusta soldarme a una esperanza y desde ese lugar quiero escribir y contar lo que en soledad he llegado a pensar, no es conocimiento lo que quiero transmitir, menos sabiduría, es en todo caso inquietud.

Yo soy violento y en la mejor tradición cristiana pido perdón ante ustedes por mi culpa, por mi gran culpa. He sido violento cuando compro el desodorante de la marca que cada cinco minutos me propone ser un “a la moda” de igual forma he sido violento cuando he visto a alguien pidiendo limosnas y he seguido caminando escuchando a una pequeña pero incisiva voz interna que me dice: deberías devolverte a ayudar, también he sido violento cuando doy limosna.

La violencia tiene un algo particular: si se ejerce en soledad es intento de suicidio, por lo que todo violento necesariamente tiende a ser público y directamente perjudica a alguien de la asamblea, al mundo, al otro, al eterno espectador. La violencia pasa por no procesar el concepto del otro, el otro no está afuera, no está exento de uno, en la medida en que no se siente al otro como parte de uno mismo en esa medida uno es violento.

En el caso de hoy, que como toda esta semana ha llovido, soy una ráfaga de gotas, de ideas violentas por tratar de exponer ante ustedes de manera silenciosa y discreta la dirección exacta donde pienso que habita la violencia, ella está en el apartamento de la intolerancia, de la ausencia del amor, queda en la esquina de la ansiedad.

Bien sabido es que compra víveres y hace mercado en el pensamiento, el concepto y la palabra, los que sabemos, los del conocimiento, los que estamos en el estrado de la comunicación también somos violentos muchas veces al no decir las grandes verdades o al decirlas. Lo que queda es simplemente actuar de una manera poética para entender al violento y la violencia.

Si uno busca sinónimos de violencia se encuentra con: terrorismo, crimen, intimidación, terror, ímpetu, pasión, fanatismo, viveza, ardor, fogosidad, efusión, calor, impulso.

Todas estas palabras pueden ser sinónimo de un país violento y en ese sentido es muy probable que las naciones que promuevan la violencia en su sociedad tengan pegados como parches a su cotidianidad conceptos que estén asociados al miedo, el miedo es la única y verdadera violencia, de allí que estar en paz pase por el amor, sin que este, sea un concepto ridículo. Para mí el amor está en los actos poéticos, no en la poesía ni el poeta, sino en el acto de mirar la vida sensiblemente, incluso ante aquellas cosas aborrecibles o que por facilismo hoy llamamos malas y todos somos poetas, poetas en tránsito porque un día abandonaremos esto que le dejaremos a quién sabe quién.

Los problemas de concepto formal sobre violencia no los discutiré, y en eso soy violento, de allí que me sume al concepto wikipedistico de que la violencia es “Un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o psíquicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión, ya que también puede ser psíquica o emocional, a través de amenazas u ofensas. Algunas formas de violencia son sancionadas por la ley o por la sociedad, otras son crímenes. Distintas sociedades aplican diversos estándares en cuanto a las formas de violencia que son o no son aceptadas” las sociedades castigan o aplauden a los violentos y he allí otra violencia cotidiana y subterránea. Internet es otra violencia por cierto pero si uno la entiende y la utiliza racionalmente (quiero decir desde la razón) como todo se puede convertir en una oportunidad de allí que haya elaborado todas mis citas desde la red para demostrar mi argumentación.

A estas alturas de mi violencia vale decir que, y siguiendo en este mismo orden de ideas wikipedisticas, por norma general, se considera violenta a la persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese, y caiga quien caiga, es decir el violento es en esencia artista, porque un artista absolutamente racional peca de ser un técnico del arte.

El violento suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía y seguramente del signo capricornio nacido en diciembre y con ascendente piscis como yo. Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si se impone por la fuerza o no pero también el que sigue ciegamente la razón peca de violento por no poder discernir y encontrar respuestas en lo mágico y la fe.

Hoy y mañana, gracias a la ciencia y a dios, todo cambia constantemente. Las personas razonables pueden ser muy violentas, a veces no es ni necesario que caiga nadie para que la violencia triunfe, hoy en día se puede ser lo que yo llamo: “un violento empático” y no necesariamente violentarse explícitamente a nadie, digamos que incluso hay favores que en si mismos generan violencia con el devenir del tiempo, hay discursos de amor que son violentos, hay enamorados que gozan de la violencia, hay poetas violentos, hay sociedades enteras violentas que detrás de la marca, el slogan, y el éxito económico, sociedades que son violentas y ven todo su poder a través del televisor ojala la violencia pudiera extinguirse con solo apagar un aparato, ojalá la tecnología contribuyera a ese sueño, quizás así nos pagaría a la humanidad el desastre que ha devenido con sus maravillosos aportes, por demás violentos, pero imaginemos que fuera así ¿Quién tendría el control para apagar tal aparato? Y aprovechándome del doble significado de la palabra control: el control y el poder son lo mecanismos que disparan la violencia, si a alguien hubiera que culpar por la violencia son a estas categorías pero al hacer eso ¿seriamos violentos entonces?

Todos somos susceptibles a la violencia, a esta altura ya saben que eso trato de decir, de allí que me declare violento silente al leer lo que pienso de la violencia, así mismo, he buscado en otros lo que dicen de la violencia y me he encontrado con Johan Galtung que propone cuatro tipos de violencia :

A estas categorías yo agregaría la de violencia silente, esa concepción que se supone no violenta por naturaleza pero que arremete en contra de algún intersticio de paz que se ha logrado o se está por lograr, por ejemplo, el que pone regueton a las siete de la mañana, el que se estaciona trancándolo a uno, el que se colea en la cola, la valla del prototipo de mujer que al mostrarnos las nalgas hace que cierta gente diga que es la mujer ideal, la valla que hace lo mismo con el hombre, el comercial que te dice que te tienes que ir a la playa para no odiar a tu jefe, el jefe, la empresa, el conocimiento, la ley, el orden, la escuela, los profesores, de allí que en este momento aproveche para decir que si, soy violento, pero no profesor como colocaron en una circular por allí, soy alumno, un eterno alumno violento que come chicharron y gusta de los dulces abrillantados.

En un artículo presentado en la red por la ACNUR que está a la orden en Internet se lee:

Una violencia silente

“…Si el desplazamiento forzado por la violencia ha sido un fenómeno in visibilizado por años, la suerte de las mujeres que lo padecen lo ha sido aún más. En todos los conflictos armados, la violencia sexual se emplea como arma de guerra, y Colombia no es la excepción: 15,8 por ciento de más de 2.000 mujeres desplazadas encuestadas por la Defensoría del Pueblo en cuatro ciudades han dicho haber sido víctimas de violencia sexual. Un crimen del que no se habla y que, por temor o ignorancia, las que lo padecen no denuncian…”

Yo no soy el único que habla de la violencia silente y eso hay que decirlo para no ser violento con los otros que como yo ven una posibilidad en el amor y el respeto para reconstruir el mundo. Hay chistes que no se deben hacer aunque parezcan muy buenos la violencia se esconde en los sitios menos sospechados.

La violencia es la estética de la modernidad, la modernidad es un proyecto: el proyecto de la razón, la violencia se enmarca dentro de la filosofía del progreso, es obstinada, no dialoga, es egoísta, vanidosa y si no surte efecto de inmediato usa la fuerza o la culpa.

La razón por la razón es violenta, la obstinación es la insistencia del discurso, el ego y la vanidad son sus camas, donde descansa el conocimiento por el conocimiento, pero el ego y la vanidad también son características que tiene cualquier estrella de cine que nos hace reír y la fuerza es, desde una visión simple de ver el asunto: el cambio, la violencia es una fuerza física y socialmente tiene formulas, se puede crear deliberadamente situaciones que generen violencia, eso es actuar silentemente con violencia, una forma de evitar la violencia es estar atento a uno.

Con lo anterior no quiero ni justificar mi violencia ni la de nadie, quiero decir que para que exista la violencia debe olvidarse el perdón. Una de las formas de salirle al paso a este fenómeno de la violencia es el perdón y esto significaría un cambio trascendente en la humanidad, si es que esta, la humanidad claro, aún existiera, creo en todo caso que lo que nos ronda hoy en día es simple y llanamente la venganza y eso es lo más violento que existe junto con el rencor y la falta de misericordia.

Nada nos salvará de la imagen, de la publicidad, del reflejo vanidoso del yo, perdón, quise decir de la violencia y no sé que me pasó, quizás es que seguramente y de forma violenta recordé varias frases amontonadas de grandes hombres que analizaron lo que nosotros hoy:

  1. La violencia es el miedo a los ideales de los demás.

Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.

  1. Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.

Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.

  1. Desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia.

Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés.

  1. La violencia es el último recurso del incompetente.

Isaac Asimov (1920-1992) Escritor y bioquímico estadounidense.

  1. La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.

Martin Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense.

  1. Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.

Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.

  1. La violencia es miedo de las ideas de los demás y poca fe en las propias.

Antonio Fraguas Forges (1942-?) Humorista español.

  1. El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.

Martin Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense.

  1. Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia.

Leon Tolstoi (1828-1910) Escritor ruso.

  1. Quisiera sufrir todas las humillaciones, todas las torturas, el ostracismo absoluto y hasta la muerte, para impedir la violencia.

Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.

La violencia silente está entre nosotros, llegó hace años y trabaja discreta y diligentemente, se hace pasar por Mesías, por objeto del deseo, imagen límpida y pura, hay que detectarla y mirarla a los ojos fijamente, no se le puede tener miedo, solo se le reconoce desde la intuición, pero ay! De aquél que actúe silente y violento y se justifique por sus ideales arrasando los ideales de otro, a estas otras alturas la violencia es un problema para-físico, violentamente alquímico, mágico, quizás de allí que esté inserto en el humano como el primer gen, como el primer grito, quizás nace desde la sobrevivencia del espermatozoide, quizás está más allá de nosotros biológicamente y más acá de nosotros intelectualmente.

Disculpen si lo que conversé duró mucho tiempo no quise ser violento con ustedes, escogí decirles mi verdad, aunque soy violento escojo no serlo por eso escribo, por eso estoy aquí.

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