José Ovaldía sobre los escritores venezolanos: «Me atraen más sus atributos físicos que su trabajo»

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José Ovaldía, escritor venezolano radicado en Londres, apareció en facebook en 2011. Después que agregó a muchos escritores venezolanos, publicó esta lista: Top 10 – Most Promising Venezuelan Young Writers / Un canon personal. A pesar de que invita a muchas de sus fiestas, tanto en Londres como en Caracas, nadie le ha visto la cara. Muestra un amor desproporcionado por los escritores venezolanos (aunque insiste que es pura admiración). No sabemos quién es, (¿Es un hacker?, ¿es real?, ¿es un escritor venezolano?) pero le quisimos hacer una entrevista para matar la curiosidad. Se la pedimos por facebook, hicimos el cuestionario entre varios, y por eso esto va en nombre de Panfletonegro. Esperamos la disfruten…

 

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¿Quién es José Ovaldía?

Mi nombre completo es José Antonio Ovaldía Ríos Herrera Olmos. Soy tataranieto de José Domingo de Obaldía, quien fuera el segundo presidente de Panamá (a principios del siglo XX) y nieto del notable general tachirense David Ovaldía Olavarría, quien llegó a ser ministro en los tiempos de Pérez Jiménez. Un hombre hostil y de rudas maneras. Por lo demás, pertenezco a un linaje de militares, intelectuales y librepensadores. Mi abuela francesa, Térèse, me crió entre Paris y Montpellier, donde me leyó la obra completa de Honoré de Balzac para dormirme. Tenía apenas seis años. En Caracas conviví con los Boulton-Bracamonte, mi familia putativa. Fui punk pero la experiencia no me hizo feliz. Luego traté de triunfar con Dj, pero no era mi pasión. Decidí instalarme en Londres hace ya mucho tiempo. Llegué aquí siguiendo un fantasma. Ahora es ese fantasma quien me sigue a mí.

La gente que me quiere -mami, Eglantina, Sean, Virku (el del coso ciclópeo), Boris, Davide Sarabia, Morgana, el Gay Army # 6, Delamarche- me llama Cheo. En el ambiente me dicen Chichi, Cupcake y Skipper. Tengo un talento innato para la especulación financiera. Nada como una crisis para amasar fortuna, no me avergüenza decir que he ganado mucho dinero, por tanto, mis preocupaciones son más estéticas y espirituales que otra cosa. Amo viajar, amo el sexo en grupo, los cosos, la comida exótica, los trapos de marca, las discos alemanas y, sobre todas las cosas, la literatura. Soy un lector voraz. Consumado. Culto.

Odio Polonia, las baratijas chinas, las mujeres españolas, la música country y la izquierda progre latinoamericana, aunque Oblitas, un joven poeta pobrísimo -y muy digno- cuya miserable casucha frecuenté en Lima, hoy viceministro del presidente Ollanta Humala, me hizo reconsiderar mis más sólidos postulados derechistas. Oblitas era comunistoide, seguidor de los trovadores cubanos, de las proclamas sobre la dictadura del proletariado, de las franelas de Che Guevara y de la poesía de Nicolás Guillén. Pese a todo, me enamoré de él, hice mi propio voto de pobreza, renegué de mis trapos, de mi Ipad 2, de mi Bentley, de mi piso londinense. Y me mudé con él. Pero una vez que Ollanta Humala fue elegido Presidente del Perú, le ofreció el viceministerio de Cultura. Oblitas aceptó. Antes rompió conmigo, bajo el pretexto de que yo representaba un peso muerto, un desprestigio, que era una carga. Me dijo que mi riqueza y sofisticación no eran convenientes para él. «No puedo vivir con un plutócrata», dijo entre lágrimas. Fue un golpe duro.

 

¿Qué opinión te merece el trabajo de los actuales escritores venezolanos?

Me atraen más sus atributos físicos que su trabajo. Y prefiero no hablar de los escritores del pasado, evitemos referirnos a los Rómulos Gallegos o de las Teresas de la Parra. Odio esa fijación de los latinoamericanos por anclarse en el pasado, es un hábito discursivo-filosófico que me agota. Eso es ser retrógrado, conservador, ombliguista. Nunca me sorprenderás hablando de Simón Bolívar, de Venezuela Heroica ni de Doña Bárbara.

Prefiero el presente que para mí es futuro. Prefiero que hablemos del cabello cetrino de Rodrigo Blanco Calderón -esa melena me enloquece, supe que Omer Bretón se lo cortó-, del cráneo equino de Salvador Fleján (me encanta imaginarlo en contacto con mi pecho afeitado), del pubis angelical y percudido de Alejandro Rebolledo, del coso puntiagudo de la más fiera de las bestias, Lucas García de mis Noches. Con Lucas podría jugar -lleno de felicidad- al tofio (¿conoces el juego del tofio?). Me matan los tufos ardientes y la barba guerrillera de Leo Felipe Campos… Es un león hambriento.. ¡Grrroooooaaaarrrr! Pero no son los únicos: Camilo Pino se me hace lindo -cuando se broncea en South Beach es caliente- pero me enteré de que es casado y yo no me meto con hombres casados. Rico.

Y Eduardo Sánchez Rugeles me enloquece, aunque también se me antoja demasiado púber y lampiño: he llegado a pensar que no sabe utilizar ni afeitadora ni condón ni sacacorchos. Es -lo sé, lo he visto- aniñado. En cuanto a Héctor Torres (mi hermanito de leche) me satisface, me hace sudar, me energiza, no lo niego. Si se trata de Roberto Martínez Bachrich, puedo decir que le agradezco todas las noches de éxtasis que me ha regalado, las poluciones, las fantasías: mi capacidad de imaginar es enorme, y más si se trata de Bobby. Gracias, Bobby, por invadir mis deseos. Francisco Suniaga, por el contrario, tiene porte de un cajero de banco que todavía compra música en Don Disco, libros en Las Novedades y ropa en BECO. Y Alberto Barrera Tyszka es demasiado maduro para mí. Pese a su bigote pelirrojo y su espalda peluda, está okay, nada más. No me mata. Sorry Beto.

De las mujeres, me encanta Gisela Kozak Rovero. Es nuestra Simone de Beauvoir. También muero por Julieta Buitrago, que fue Miss Venezuela. Rico. Recuerda que soy heterosexual.

Dicho todo, hemos llegado al momento de la máxima pasión: Fedosy Santaella. Lo amo por sobre todas las cosas. Obviamente nunca he leído su obra -ni una palabra- porque me da miedo que me decepcione (o desmayarme), pero la imagino incólume, poderosa, llena de fuerza expresiva, como su nombre… Fe-do-sy. Dilo, escucha cómo bailan las sílabas: Feee-dooo-syyy. Es un nombre caliente, rico, único. Uff. Toco mi cuerpo.

Finalmente, respondiendo a tu pregunta, a manera crítica debo decir que se está produciendo una literatura con mucha calidad, mucho mejor que la del siglo veinte, una literatura rica y caliente. Duro. Y conste: los he leído a todos (menos a Fedosy), así que sé de lo que hablo. Los he leído en la cama, en la tina, en la nieve, en el mar, desnudo, solo y acompañado.

 

¿Cuándo te diste cuenta de que estabas enamorado de ellos?

No es enamoramiento. Es sumisión, es devoción, es entrega, esclavitud. Es admiración, sumisión, especialmente a uno en particular. Me explico: supe que Fedosy y yo éramos el uno para el otro la vez que se atrevió a desafiarme a duelo en las páginas de Facebook (ojo: odio Facebook, lo odio con todas mis fuerzas). Salió derrotado el pobre, huyó con el rabo -y no otra cosa- entre las piernas. Fedosy se inventó un personaje ficticio, grotesco, de pésimo gusto, homofóbico e inculto (¿un troll?). ¿Su nombre? Truman Parguirre. Un personaje que escribía cosas horribles como «¡cállate, mascota… maricón!». Truman era mi Némesis.

Naturalmente, capituló muy pronto, no le aguantó dos rounds a Kid Ovaldía. En el momento de su abordaje me enfurecí con él, lo insulté, lloré. Luego medité, analicé sus sentimientos, después le vi el lado bueno: «Ahh, no le soy indiferente a Fedosy, le afectan mis palabras, quizás le atraigo… tal vez le gusto». Me sentí halagado. Entonces lo perdoné. Lo perdoné mil veces. Le he enviado cientos de mensajes con emisarios y amigos comunes, le escribí una extensa carta que nunca respondió. Tal vez algún día Fedosy Santaella y yo nos entendamos y, en medio de un paréntesis a nuestras respectivas heterosexualidades, terminemos enrollados bajo las sábanas, en lo que sería un segundo round.

 

¿Por qué tuviste que acudir a Herralde para ser publicado? ¿Qué opinas del criterio de publicación de las editoriales venezolanas?

Jorge fue quien acudió a mí. Me visitó en Londres, cenamos perdices y me propuso publicar el manuscrito que le había enviado meses antes. Pero no creas que fue fácil. Tuve que esperar varios meses por la publicación. Jorge y yo tenemos muchos amigos comunes, ambos tenemos un linaje común, somos gentilhombres de noble raza y cosos amables, gente muy ocupada. Lo cierto es que tras acordar algunos términos económicos del contrato, de derechos y de distribución, le di el visto bueno a la publicación. Estoy más que contento con el trato que me ha dispensado Anagrama, al libro le ha ido muy bien, tanto en ventas como en crítica.

Claro, estoy abierto a que me publiquen en Venezuela. Amo con locura y frenesí a Ulises Milla (él lo sabe, además que he comprado todos los títulos de Ediciones PuntoCero). Ulises es un Hombre con H mayúscula. Tiene barbilla de caballero andante y sabe volver locas a todas las damas de su harén. Es, créelo, un galán. Yo lo quiero mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho y mucho.

Vale añadir que en Lima, por medio de Oblitas, la Presidencia de la República del Perú, publicó un poemario de mi autoría. Son catorces poemas bellísimos, soberbios, que hablan de otros mundo, de la muerte, de la existencia desdoblada. Muy Góngora, por cierto.
Rico.

 

¿Qué opinas de los concursos literarios venezolanos?

Odio los concursos. Los desprecio. Escupo en ellos. Me asquean. Los considero un ultraje. Siento lástima y repugnancia por los escritores de concursos. ¡Los odio! Kafka jamás envió «El proceso» a un concurso. No me imagino a Stendhal ansioso por saber si La Cartuja de Parma ganaba o no tres mil dolaritos de un concurso de una casa editorial de provincia. Mucho menos al Inca Garcilaso, Joyce o a Céline. Si no lo hicieron ellos, ciertamente no voy a hacerlo yo. Me respeto profundamente. No necesito de esos concursos, aunque tampoco niego que me encantaría ganar el de la Policlínica Metropolitana. Se me hace curioso que los doctores anden leyendo cuentos. Mi ginecóloga es una lectora consumada de novelas rosas inglesas.

 

¿Qué es lo que no entienden quienes te atacan o no te toman en serio?

Ignoro. No sabía que había gente que me atacaba o que no me tomaba en serio. Supongo que eso produce la envidia en las almas más débiles. En lo personal tengo demasiado dinero, trabajo, sexo, buena vida, cultura y experiencia como para andar pensando en eso. ¿La
respuesta a tu pregunta? No sé.

 

¿Qué es lo peor que te han dicho?

Feo, mal vestido, nuevo rico, gordo, infiel, traidor, pobretón, promiscuo. Me dolió mucho. Me lo dijo Eduardo Sánchez Rugeles, en correspondencia privada. Fue un melodrama trágico. Cortamos relaciones, ya no nos hablamos, ya nada nos une. Quedan los recuerdos… la piel, la carne, el sudor. Los olores. Nada más. Fue bonito mientras duró.

 

¿Eres capaz de tanto amor para tantos escritores o tienes tus favoritos?

No leo best sellers norteamericanos. Desprecio a los post-estructuralistas franceses, odio la trilogía Millennium, me repugnan las novelas de José Donoso y Carlos Fuentes, siento grima por la llamada Generación Nocilla, me ofende la poesía festiva, no puedo leer nada escrito por Jorge Volpi. Este último es horrible, por dentro y por fuera. Nunca jugaría tofio con Volpi.

Por supuesto tengo mis favoritos. Fuera de Fedosy Santaella, los de siempre, los que descansan en mi mesita de noche. Cito los primeros que me vienen a la cabeza: Homero, Cervantes, Shakespeare, Stendhal, Balzac, Hemingway, Kundera, Mann, Rabelais, Sartre, Quevedo, Bécquer, Lope de Vega, Monterroso Greene, Bronte, Shelley, Dr. Johnson, Dumas, Saramago, Camus, Borges, Joyce, Dickens, Byron, Swift, Poe, Kerouac, Austen, Carroll, Bolaño, Ortega y Gassett, Tolstoi, Rulfo, Stevenson, Fitzgerald, Vargas Llosa, Baricco, Auster, Dos Passos, Puig, Sor Juana Inés de la Cruz, Piglia, Bioy Casares, Poe, Amis, Moliére, Verlaine, Sade, Dostoevsky, Mallarmé, Sofocles, Maupassant, Sade, Gógol, Cabrera Infante, Apollinaire, Villoro, Dante, Huxley, Quiroga, Céline, Capote, Mishima, Chesterton, Woolf, Amado, Chateaubriand, Bukowski, Onetti, Calderón, Unamuno, Garcilaso, Boccaccio, Conrad, Lovecraft, Pacheco, Moliere, Calvino, Góngora, Hugo, Goethe, Flaubert, Baudelaire, Tabucchi, Eugenides, Rimbaud, Paz, Virgilio, Blake, James, Cortázar, Ovidio, Byron, Orwell, Proust, Eurípides, Melville, Chejov, Roth, Houellebecq, Voltaire, Eco, Wells, Elliot, Coetzee, Zolá, Lezama, Nabokov, Marías, García Márquez, Youcenar, Kipling, Hesse, Wilde, Faulkner, Sábato, Kafka y Rey Rosa, entre muchos otros.

En el baño leo alguna filosofía. Últimamente profeso amor por los alemanes, clásicos y modernos. Gottlieb, Kant, Heidegger, Schopenhauer, Husserl, Habermas, Husserl y mis predilectos para después del amor, Nietzsche y Wittgenstein. Rico.

 

¿Escribes poemas? ¿Podrías mostrarnos uno?

Un breve poema en prosa, de mi propia cosecha e inédito:

Fedosy, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Fe-do-sy: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Fe-do-sy.

Era Fe, sencillamente Fe, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Fedo con pantalones apretados, rico. Era Fedo en la Católica, de guayabera. Era Fefito cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Fedosy…

 

¿Qué sientes cuando ves las fotos y reseñas de los bautizos de libros caraqueños?

Por lo general, erecciones. Me fascinaría estar presente en casa bautizo, en cada brindis, en cada vernissage. Me encantaría invitarle un Martini Bianco a Luis Yslas -yo pago-, coquetearle, ponerlo nervioso (uno nunca sabe), pero por asuntos de trabajo y de paternidad responsable, me es imposible. La última vez que fui a Caracas, terminé mal. Viajé de Qatar a Caracas para acompañar a Ulises Milla en el lanzamiento de «Valle Zamuro», la novela de mi añorado Camilo Pino. Uf, fue terrible, no llegué a tiempo.

Ese día, hospedado en el Meliá Caracas, conocí y conquisté a una mujer. Yanitza, Yurdelis, Yomaira… no recuerdo. Yo pensé que nos besaríamos y que ella me serviría de compañía en el bautizo del libro. No fue así. Esa mujer me obligó a ir con ella a un motelucho de la Panamericana, con espejos en el techo, jacuzzis públicos y películas pornográficas dobladas al español. Espantoso. La mujer me obligó a hacerle sexo oral y a besarle sus pechos. Y eso no fue lo peor. Lo peor sucedió cuando su marido, un ex policía llamado Virgilio y sus secuaces llegaron a la habitación y me practicaron un secuestro express. Me pasearon por barriadas espantosas, me tocaron. Me sodomizaron entre tres. Tuve que pagarles una fortuna en euros por el rescate. Por tal motivo me fue imposible llegar al bautizo. Les quedé mal a Ulises y a Camilo. Sniff, sniff.

 

¿De qué va tu libro “Él y él bailan boleros tristes”?

«Él y él bailaban tangos tristes» (Anagrama, 2012). Es una historia semiautobiográfica. Tú sabes que los escritores somos como sanguijuelas, nos robamos historias propias y ajenas sin pedir permiso. La novela parte de una anécdota personal, no mía, sino de Marcelo, un ex amigo íntimo porteño. Un hombre mayor. Comienza con el encuentro de dos soldados, uno británico, el otro argentino, durante la guerra de las Malvinas (yo prefiero llamarles Falklands, si me permiten). Se enamoran, pero por convicciones patrioteras (él era pro Galtieri y él pro Thatcher), no pueden consumar su amor. En el fondo se escuchan tangos apasionados, hay anécdotas de bailes de tangos en Puerto Madero. Luego se produce un viaje por los cinco continentes, una viaje algo bolañesco, hasta caer en Londres. Hay una búsqueda, una fuga, una pérdida y una caída libre, en picada, sumamente lúdica. Por asuntos fortuitos que sólo corresponden al recorrido de la novela, estos dos soldados terminan contándome sus respectivas historia, a mí, el narrador. Y de ahí nace una amistad inquebrantable. La novela es la historia de esa amistad. Es un libro de corte heterosexual. Rico y duro.

 

Nos enteramos por Facebook que recientemente tuviste un hijo ¿Por qué decidiste llamarlo París Fedosy?

No es París, es Paris, sin acento. Paris Fedosy Ovaldía McMillan, mi primogénito. Su madre es una mujer, por supuesto. Bibliotecaria escocesa, cultísima. Nos conocimos en The London Library. Kathleen es muy madura, 49 años, protestante, austera, divorciada dos veces, madre otros tres hijos, militante del Partido Conservador y apasionada de la ornitología. Nos casamos sin estar claramente enamorados, lo admito, más bien unidos por las inquietudes intelectuales. Hicimos el amor más de una vez, claro. Hasta que quedó encinta. Decidimos tenerlo, al principio no quise, me resistí. Luego me di cuenta de mi error. Ser padre es lo más maravilloso que me ha pasado en la vida, además, claro está, de la publicación de mi novela en España.

 

Me preguntas por el nombre de mi hijo y yo asumo que crees que es un homenaje a Paris Hilton (la conozco, pero no es mi amiga; Eglantina sí lo es, y mucho). Nada más lejos de eso. Llamé a mi hijo Paris en honor a Homero. Soy un lector voraz de literatura antigua, la mitología griega me seduce. La conozco muy bien. Conozco Grecia como la palma de mi mano. En Míkonos, amé y fui amado. Rico. En fin, mi hijo se llama Paris por el maravilloso personaje mitológico a quien Homero describe como «el de la hermosa figura”. En cuanto a Fedosy, así lo bauticé en honor al único escritor venezolano inquietante, uno que ha llenado mis noches y mis vacíos y mi ropa interior y mis hormonas. Ojo soy heterosexual.

¿A quién te gustaría mandarle un mensaje? 

A Lala Canel: Lala, te extraño. Deja al Gavilán y vuelve a la poesía. Quiérete conmigo. Besémonos, por ti lo dejo todo. Por ti, me clavo doce puñales. A Dávide Sarabia Vásquez: Eres perfecto. Quiero ser tú, quiero tener tu pelvis. A todos los escritores que me huyen (Salvador Fleján, Alejandro Rebolledo, Rodrigo Calderón Blanco, Enza No-Me-Acuerdo-Su-Apellido, Eduardo Sánchez Rugeles, Sergio Dahbar): no me teman, soy una criatura dócil, amorosa, de sangre caliente, ámenme como yo los amo, coman de mí, vamos a dormir juntos, como hermanos. A Enrique Enríquez: Vuelve a tus orígenes, no seas taaaan egoísta contigo mismo. A Boris Izaguirre, Angel Sánchez, Totón Sánchez, Oscar Carvallo, Durant & Diego, Raenrra y Diego Rísquez: Siempre te espero con los brazos abiertos, como un amigo pródigo, como su maniquí, los quiero… de hombre a hombre. Rico. A Alí Cordero Casal: Eres un ser de luz, te admiro siempre, te quiero siempre. A Leonardo Nieves, Joaquín Ortega, Sergio Márquez, Guillermo Hung, Amada Granados: gracias, fanáticos míos, por pertenecer a mi banda, por existir, por ser de Ovaldistas. A Sean, Oblitas, Virku, Delamarche, Chow, Marcelo, Tom, Ernie, Ivan, Ramfis, Kike, Paolo, George, Abu, Abdel, Goyo, Manu, Mauro, Leo, Lobo, Winston: Jamás olvidaré el olor de sus pieles. A Kathleen: yo te pago la cirugía estética. A Paris Fedosy: Todo lo mío será tuyo. A Eli Bravo: Eli mío, soy heterosexual.

 

¿Por qué decidiste concederle tu primera entrevista a Panfletonegro?

Es mi primera entrevista en español. He dado entrevistas en francés, alemán e inglés, pero a publicaciones especializadas en finanzas. Soy asesor financiero, colocaciones, inversiones, derivados, stock market, etc. Trabajo con clientes en Europa Oriental y el Medio Oriente. Mi vida se divide, entonces, entre las finanzas y la poesía. Lo que me gusta de Panfletonegro, aparte de su nombre, es la libertad con que se dicen las cosas, sin las censuras, compromisos ni cobardías propias de eso diarios de alcantarilla donde abundan editores canallas, periodistas mal remunerados, reporteros palangristas. El tono pretendidamente crítico de sus firmas (ese chico de apellido Monsalve es una especie de imitador de Ovaldía, ¿no?) me encanta. Es superficial, frívolo, pero con pretensiones de medio serio. No es The Guardian pero igual estoy feliz de que mi primera entrevista como escritor haya sido con ustedes y no con ese paquidermo seudointelectual llamado Papel Literario. Rico. Rico.


64 Comentarios

  1. Dihganme que es joda y lo acepto.
    Y hay un problemita con el genero. En algunas partes dice que es hombre y en otras dice que es mujer. hasta ginecologo tiene.
    Como joda esta mas o menos.
    Ahora bien, si es en serio es minimo patetico.
    Leer no nos hace mas mas inteligente, hay muchas pronas que que se escudan en los «lecturas» para ocultar su pobreza intelectual. Si es real, conozco al tipo; son personas que quieren aparentar ser inteligentes o mas inteligentes de lo que en verdad son. Y para eso se escundan en lecturas de de novelas y cuentos. Y muchas personas se lo creen.
    La manera tan patetica que habla de su sus antepasados, habla de eso, como si fuese un perro de raza, pero eso en ningun momento habla de sus dotes intelectuales, le falta burdel evolucionista.
    ¡Por favor. lo suplico. Diganme que es joda!

  2. Luis, José Ovaldía es un troll grandes ligas, otro nivel (por estos lados deberían agarrar dato;) Ojalá se anime y empiece a escribir aquí

  3. Queridísimo xluis. Gracias por tus comentarios y por tu apoyo. Eres mi primer fan oficial desde la publicación el El y él bailan tangos tristes (Anagrama, 2012) y eso lo considero un gran honor y una gran responsabilidad. Me haces sentir humilde. Te digo desde ya que tienes razón: el lector siempre tiene la razón porque escribe cuando lee. Besos en la boca. Cheo

  4. El señor Panfletonegro realiza una extraordinaria entrevista, que hurga hasta lo indecible en la humanidad del señor Ovaldía. Se nos presenta descarnado y sincero, tal cual debe ser en la vida real. Esperamos por las reacciones de los notables escritores mencionados en el trabajo: seguramente serán enriquecedoras.

  5. Si es joda voy a estar muy triste porque fusilaron la vieja idea de un pana.
    En unos 10-15 años, que alguien se invente un concurso literario con el nombre de José Ovaldía y ya.

  6. Se aclara que esto no es joda. El cuestionario fue respondido por José Ovaldía. Saludos

  7. Obaldía: yo corregí el texto de tu novela y ni siquiera te dignas a referirte a mí, a darme algún mérito en público. ¿Crees que porque escribo en una revista de un centro comercial no hago literatura? ¿Crees que porque nunca he publicado un libro no valgo nada? Sí, trabajo como obrera en Israel porque me harté de Venezuela, pero sépase que voy a trabajar con una chaqueta diseñada por Ángel Sánchez. Está bien, de la colección que hizo para Beco, pero Sánchez al fin. Yo también vengo de una familia ilustre, a pesar de mi cara. Tengo algo que tú no tienes: nadie puede decirme “gorda”. No soporto más que me ignores, José Obaldía. ¿Quién te crees que eres?

  8. Bueno entonces el señor(a) Ovadia debe ser hermafrodita, eso no es raro, mas o menos alguien sufre algun grado de hermafroditismo en mas o menos 1:300 casi la misma proporcion que ver a un pelirojo.
    Es por esa razon por la cual tambien ve a un ginecologo.
    Coste que no discrimino a esas personas, mas bien sufren mucho por su condicion.
    No es por eso mis comentarios, pero es que parece tan de comiquitas, tan sobreactuado.
    Que en el hipotetico caso que exista, debe ser un tipo con cara de culo que no se quita la corbata ni para bañarse. Y saca sus frustraciones con la creacion de una personalidad de ficcion, la cual dice las cosas que el quisiera decir, pero no puede.
    Lo lamento Ovadia, si existes prefiero creer mi version a esa patetica mascara. Por favor no me saque de mi error, quiero tener fe en la humanidad

  9. El personaje me parece interesante. Me gustaría que tuviese una personalidad más original. Todavía se parece mucho a Boris Izaguirre. En todo caso, es el perfecto escritor venezolano en el exilio.

    A propósito, leyendo, empiezo a pensar en que, quizás, es hora de que me convierta en un troll. Es mucho mejor que jugar al pensador. Al menos voy a tener más seguidores en twitter.

    ¡Saludos a todos!

    pd. José Ovaldía nunca cambies

  10. Yo desde que leí este articulo estoy pensando en Boris Izaguirre. También he pensado que esto lo pudo escribir el espíritu de Gabriel Torrelles. Al menos yo siempre he dicho que panfletonegro es como un semanario Urbe pero dirigido a un publico adulto.

    ¿Que será de la vida de Stayfree???

  11. Coño, Ovaldía: eres mi héroe. No sólo por leerte a ese poco de autores venezolanos sin dormirte o morirte del aburrimiento, sino porque te exitan. ¿Cómo le haces? Yo te entiendo: la mitad de ellos han mejorado mi vida sexual muchísimo: pienso en su prosa estéril y su increíble habilidad de escribir el vacío cuando estoy muy exitado durante aquello que llaman el sexo. Mi ejecución se ha alargado (aunque otras cosas se medio encogen) gracias a muchos de los escritores que mencionas.

  12. Fanny, es cierto, te debo una disculpa, pero no quería hacerte responsable de mis errores. Te quiero. Te aprecio.
    Frank: homofóbico.
    xluis: gracias de nuevo por ser mi primer fan. Besos en la boca.
    Cristina: no he tenido el gusto de leer a Roberto Echeto todavía (muero por hacerlo), por eso no digo nada sobre él. Sería irresponsable. El único autor del que hablo sin haber leído es Fedosy, pero eso se entiende por mi atracción irracional a su nombre.

  13. Hola putazos … besos en la chocha.

    Como dirían en España… este pana es mas maricón que un palomo cojo… JAJAJA.

    PD: Besos en la chocha.

  14. Cuando comencé a leer no supe que pensar, aun así sentí la necesidad de salir a matar a alguien tan parecido a quien aquí se entrevista (por la falta de tenerlo al frente claro)

    Que diga éste “autor” pertenecer a un linaje de militares es como una patada a los huevos. Sobre todo en tiempos donde en Venezuela gobiernan milicos analfabetas. Por muchas razones (sobre todo históricas) los militares no son ni librepensadores, ni intelectuales. (Quizá Bolívar y ya de Bolívar en Venezuela estamos bien hartos)

    Al decir de los escritores nacionales: “Me atraen más sus atributos físicos que su trabajo” espero sea un chiste a clase B, de lo contario es una burla tan rara que alcanza un nivel de homosexualidad retrechera y de niña rabiosa mimada.

    Tu respuesta sobre editoriales y concursos literarios es muy lógica, y más si proviene de alguien que se jacta de poseer muchos recursos (sobre todo económicos) para poder costearse, por ejemplo un libro en una casa editorial de renombre.

    Tu poema es espantoso, más prosa debe haber en el serial numérico de un rifle de caza militar (Y de ambas cosas no creo que sepas mucho). Te falto apuntalar entre líneas algo así como: Mami a ti te quiero, mami a ti te adoro, mami yo soy tu tesoro.

    El nombre del libro es tan rebuscado y panfletario que da nauseas. Es un bis – solo. Él y él, es igual a dos tipos iguales. Tango y triste, es igual a una sola cosa, un solo sentimiento. Titulo aburrido, de una novela aburrida. ¿Por qué decir? Es una novela heterosexual cuando en su sólo título cabe una docena de chistes homofóbicos, y rematas diciendo es rico y duro. Me pregunto… ¿Dónde escuchaste rico y duro?… ¿En el motel de la panamericana?

    Éxitos y estrellato en la farándula media te esperan niña, de eso no hay dudas. Ups no eres niña llevas nombre de niño y afirmas y reafirmas ser heterosexual, rico. Rico.

  15. Pero a quién le puede importar si José (me permitirá que lo llame Cheo) existe o no, si es inventado o real, si es un Troll o un futuro Nobel de Literatura si, indudablemente lleva la vida que todos quisiéramos llevar, lee todo lo que quisiéramos leer, tiene el dinero que quisiéramos tener, viaja a dónde quisiéramos viajar y disfruta del sexo como quisiéramos disfrutar. ¡Es un héroe!

  16. «Coño, Ovaldía: eres mi héroe. No sólo por leerte a ese poco de autores venezolanos sin dormirte o morirte del aburrimiento».

    Que no los lee, tronko, que no te enteras…

  17. Joselo en ácido, Umberto Buonocuore redux! Natalio Vega contigo chico, quitate el zapato ponte la etiqueta, Irrecuperable. Saludos!

  18. Alejo. Gracias por tu apoyo. Te cuento:
    Borges era de linaje de militares.
    La homosexualidad no es un insulto. Es una inclinación. Tu homofobia, en cambio, es una aberración ética. Las niñas rabiosas mimadas son los mejores personajes de la literatura: Madame Bovary, Ana Karenina.
    Sobre mi poema. Quizás tengas razón. Aunque si supieras un poquito de literatura del siglo XX quizás lo verías de otro modo. Pero está bien, no te tiene que gustar.
    El título lo discutí mucho con Jorge Herralde. Me dijo en privado que era uno de los mejores que había escuchado en su vida. Supongo que no sabes quién es Herralde, y la verdad, en materia de gustos… de modo que está bien que no te guste.

    Rico y duro no se escuchan, se sienten. Algo te gusta que repites ambas palabra. Pienso en ti y pienso: rico y duro.

    Gracias de nuevo por tu apoyo. No sería nadie sin mis fans.

    Besos en la boca.

  19. @Dieter Perdomo, si Urbe fuera MTV Panfleto Negro sería VH1 y tendríamos un reality llamado José Ovaldía’s Drag Race, ambientado en la Avenida Libertador

  20. Ovaldía…

    La homofobia es mucho de lo que tú dices, pero es lo que más apremian las familias de “linaje” militar. Ahora bien, el porcentaje de homosexuales en casa militar es más alto de lo previsto, claro por los machos machotes padres y abuelos de uniforme. No me imagino tu niñez rodeados de esos viejos oleos con rancios hombres uniformados, sentados mirando inquisitivamente a su mujer y a su esclavo pintor.

    Borges es otra historia, otra cultura. Esos milicos eran otros milicos, sureños. Los tuyos son de grillete y garrote a lo caribeño. Sobre las niñas mimadas, veo que te quedas en la simple seducción del personaje y no en la relevancia de su entorno, en lo oculto y a la vez explícito de sus acciones. El porqué de sus conductas. Tolstoi critica la clase aristocrática rusa, Flaubert cuestiona la sociedad burguesa (A la cual pareces creer que perteneces y te urge aferrarte ficticiamente y a empujones) Caracas está llena de esas niñas, París está llena de esas niñas, Londres y hasta Lima, está llena de esas niñas mimadas; seudo aristocráticas que no cuajan, que aman sus vidas pero a la vez les molesta su estatus; drogas, sexo, ego y vacío en mundo, y una sociedad paupérrima y distópica. Eso sí es literatura del siglo XX o XXI o del siglo que quieras demostrar en que estas y dices conocer como a ti mismo.

    Eso sí es una novela, no un anécdota de dos militares anónimos en un conflicto aburrido de los años ochenta.

    Por Herralde no dudo que con un poco de pasta en mano, pueda decirte lo que quieras oír, editor es editor.

    Para concluir y puedas ir a ver tus novelas de venevisión. No soy tu fans, eres un reducto de troller. En definitiva, y después de tu respuesta me divertí enormemente. Sabiendo que en el mundo hay muchas persona que logran cosas importantes, y otras no tan importantes. Como la de quitarnos un poco de nuestro tiempo. Tu ofensa de la noche es esa de que te apoyo, de que sin mí no eres nadie.

    No comprare tu libro ni que porque las Malvinas se llamen de nuevo como tal.

  21. Ale: Gracias por tu constante apoyo.
    A mí la homofobia me parece una aberración ética. Nunca te la perdonaré. Sniff, sniff.

    En cuanto a los argumentos de tu último mensaje, traté de responderlos pero me di cuenda de que no los entendía. Es que no se entienden.

    Por cierto, me encantaría conocer tu verdadera personalidad. Suenas a Fedosy.

    Ojalá seas Fedosy!!!

    Fedosy, te perdono.

    Si no lo eres disculpa, pero ya en el pasado ha asumido otras personalidades homofóbicas para pelearse conmigo. Rico.

    Cuéntame, ?quién eres, cuál es tu obra, a qué te dedicas?

    De nuevo, gracias por tu apoyo.

    Besos, en la boca.

  22. WTF? o mejor dicho ¿Que carajos es esto?

    Creo que prefiero los «artículos de izquierda caviar» de Revelado y Rebelado a esta locura, aunque debo admitir que esta vaina me ha hecho reír bastante pero es como leer algo de «Todo en Domingo» o «Estampas».

    En fin, yo me voy por la teoría de Xluis, esto tiene que ser una joda y como tal me hizo reír.

  23. Estoy seguro de que esto no hace falta para muchos, pero como mucha gente come cuento y se cree cualquier pendejada que aparece en la web, o cualquier pendejada que aparezca sobre un papel, valga poner aquí un enlace a las páginas de Anagrama y su listado de los autores cuyos nombres empiezan por O, donde no hay ningún Ovaldía:
    http://www.anagrama-ed.es/autores/o

    Estoy con xluis y su comentario en la entrada de Sergio M. Toditos nos vamos a morir tarde o temprano; muchas estupideces nos quieren llamar la atención y robarnos tiempo, pero hay muchas cosas provechosas o placenteras o importantes en las cuales invertir el tiempo como para perderlo en tonterías.

  24. No vale, people need to chillax, por supuesto que libro no existe jajajjajajajjajajaja

  25. Ovadia revisa tu respuesta en Prodavinci te conseguí dos gazapos en tu respuesta al articulo de Charles Dickens

  26. No entiendo. El señor Abadía me prometió enviarme uno. Me daba como pena ponerlo en la biblioteca, porque tengo amigos muy conservadores, pero iba a forrarlo con papel contact negro. ¿Es mentira? No vuelvo a creer en la humanidad.

  27. El libro no está en catálogo todavía. Jorge prepara un lanzamiento especial. Están todos invitados.

    Xluis, gracias por prestarme tanta atención. Por cierto, tus correcciones están plagadas de errores sumamente divertidos, por ejemplo, dices que Virgilio es posterior a San Agustín, que Homero escribió «la Atlántida» y que el protagonista del Satiricón es un niño (lo cual te convierte en pederasta, porque un niño, por definición no puede estar desarrollado sexualmente).

    Igual te agradezco tu apoyo.

    Besos a todos.

  28. No Ovadia dije que San agustin es antes (ANTES) que virgilio. Y por lo tanto tu referencia es falsa.
    Y Lo del niño es cierto DEBERIAS de leer el libro, los romanos no tenian el concepto de pediatria, y menos en esa etapa de decadencia. ¿No te parece mas sano leer las obras esas obras?
    Es ciero que tuve un ¿pas deux? con homero ¿Acaso nadie lo ha tenido?
    Y mas con lo enfermo que estoy. Como oscar wilde en la carcel de Reading dirias tu. Sin embargo ese pequeño error no quita el lomito de argumento La Atlandita e una ciudad protagonista Y ciertamente me equivoque fue Platon, pero eso de todas maneras invalida tu argumento.
    ¿O no?
    O es que ahora me vas a decir que mi argumento no sirve debido a que no puse una coma o un acento?
    Y aprende a leer, dije ANTES que Virgilio.
    Las cosas que tengo pasar con estos pretensiosos

  29. Y si te la quieres tirar de culto conmigo estas PELADISIMO, te puedo abochornar en cualquier campo. Cualquiera. Menos en ortografia y redaccion ¿quieres hablar de funciones holomorfas con numeros imaginarios? Vamos a darle

  30. Eres muy divertido:
    «Los romanos no tenían concepto de pediatría». Cuas, cuas, cuas,»pediatría».

    «Dije que San agustin es antes (ANTES) que virgilio». Pues te equivocas, bello, por cuatrocientos años. A ver, te explico: Antes es lo contrario de después. Get it? Es fácil. Antes, después. Antes, Virgilio, después, Agustín.

    La Atlántida de Homero como pas deux. Cuas, cuas, cuas. Demasiado divertido. Aunque debo conceder que por lo menos aceptas tu error. Un beso por eso, en la boca.

    La Atlántida de Platón no es un libro. Platón tiene una referencia (breve, por demás) dentro de uno de sus diálogos filosóficos y la Atlántida, por cierto, no es una ciudad, sino una isla.

    ?Te gusta Dickens? A mi sí. Hablemos de Dickens. Rico.

    «Pretensioso» Cuas, cuas, cuas.

  31. Hola Chorizo, gracias por tu apoyo. Me encanta tu nombre. Rico, duro, gordo y rojo.

  32. La poesía, decía Pavese, es el arte de darle su verdadero nombre a las cosas. Tu nombre no sólo es relevante, sino poético, para cualquier discusión.
    Cuéntame, ?quién eres?

  33. Ovaldía… Bueno el que esté detrás de él.

    Tu personaje va bien, impreciso y todo. Pero puede generar más envía aun y más admiración (Según las partes)

    A todos… Síganle la corriente para que termine de cuajar ;) Me gusta esa palabra “Cuajar” Es un proceso donde la leche (Por lo general de animales) se pudre, para que luego se solidifique, y con esto se crean cosas exquisitas.

    Por lo que pienso, Ovaldía ya está podrido. Falta que pase a sólido.

  34. Fuego a la lata dice el panfleto! yo también estoy pendiente de estudiar todos los narradores venezolanos contemporáneos y siempre ando escribiendo por ahi cosas groceras que nadie quiere publicar, tengo un fanzine que se llama CROMALO y de Roberto Echeto puedo decir que es un lacreo y también que a pesar de que nombraste el mainstream (te faltarón algunos como Flejan, Sandoval, Israel Centeno por decir algunos) en venezuela hay un poco de gente menor de 25 años -como yo- escribiendo cosas sucias y violentas en todos los géneros, utilizando tecnicas que no le son propia a la escritura como el Mash Up. Te invito a revisarlos pero te advierto, no será fácil encontrarlos, no hay bautizos con hombres de chaqueta y zapatos de vestir. Para seguir la pista de esta proto-narrativa que esta naciendo tienes que aprender a rastrear, a encontrar textos en las calles sin portada y sin páginas escritos con el malestar de una noche de abusos y corregido con spray de otro color.
    Te invito a seguir erotizandote con nuestro español de revolú que ta hablando ahora un bandón de gente activa con escoñetar el Castellano Estandar. Na’ Guebonah lo deseo

  35. «Siento lástima y repugnancia por los escritores de concursos. ¡Los odio!» kafka no, pero Bolaño se la pasaba metido en esa vaina.

    Discurso falaz el tuyo, papaito. De la misma estirpe de todos los demás.

    L•

  36. ignoro si el tipo es real, pero es súper divertido. una critica mordaz e inteligente a la literatura de salón, si la literatura de salón acá, fuese como realmente deberia ser.
    y me acordé de Cástor Carmona en la todo en domingo, fijate como son las cosas.

    Rico.

  37. ¿Quién es y dónde anda nuestra Gossip Girl? Love, y besos en las bocas a todos y todas.

  38. Primero pensé que el tipo era como el Stayfree, o Torrelles en el viejo Urbe… Pero no. Esos tenían su originalidad. Este no pasa de ser un «irreverente» al Izaguirre style. Pero está flojito…

  39. José, me caes demasiado bien. Eres la/el Diosa Canales de las letras venezolanas. Rico, rico, rico.

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