Bounce yo´ head

Us3 & DJ First Rate

El 3 de marzo de 2002 fue fatídico desde el comienzo. Pero a la vez, una demostración de que se puede disfrutar las cosas que salen mal. Empezó, como todos los días del tiempo, a medianoche, celebrando mi cumpleaños con una fiesta aburrida y vecinos molestos golpeando las paredes. Primer revés: decidí que nos íbamos a otro lado y los que estaban aburridos se fueron. Quizás sólo se quedaron los fieles a la causa. Total que la fiesta se convirtió en 4 panas echados en el suelo, oyendo música, acabando con los pasapalos y las cervezas, lo cual es enteramente disfrutable.

Pero la cosa siguió mal: ese domingo me desperté a la hora en que debía estar en el programa de radio, debido a un sueño engañoso en el que la hora permanecía invariable en la media hora anterior al borde. Sin embargo, el programa quedó bien aún cuando mi tono de voz evidenciaba pedaleo a velocidad poco acostumbrada.

Decidí ir temprano a Bruselas. Ver una expo, comer, caminar; jugueteo previo al concierto de Us3. Y dejé la cartera en mi casa. Sólo tenía mi cámara, mi libreta, la entrada y el pasaje de tren. Así que, sin dinero ni para ir al baño, vagué. Primero, con ideas pesimistas sobre el frío o el estado de mis rodillas, decidí caminar hacia el Palacio de Justicia. Su dominio absoluto sobre Bruselas lo convierte, más que en un mirador, en una máquina de paz. Tampoco había visto antes el Palacio Real y tuve que reconocer, entre el sightseeing y lo humano de la gente, que no conocía Bruselas.

Se hizo la hora mientras descansaba el la Gran Plaza y me acerqué al Ancienne Belgique, que junto al Paradiso de Amsterdam conforma la totalidad de los clubes legendarios de los países bajos.

DJ First Rate, el telonero, es un tipo hábil. Soul y R&B con buena evolución y sin abusar del scratch, lo cual se agradece cuando, después de tanto DJ, uno extraña las canciones que fluían de una a otra sin estridencias. La sala se iba llenando poco a poco, de gente, de ruido y humo. Entonces tomó el micrófono: “Can I do some scratching?”. Raspó los platos hasta con la espalda e hizo vainas que jamás, quizás por innecesarias, le había visto hacer a nadie. Utilizó música que ya antes habían utilizado los Bboys (en la versión en vivo de Root down que rodó con el disco del Tibetan Freedom Concert) y Prodigy (en Full Throttle, si mal no recuerdo). Cerró su set de poco más de 30 minutos con el Sure Shot de los Beasties intacto. Lo dejó rodar mientras recogía sus discos.

Us3, la banda de Geoff Wilkinson no escapaba del sino de un dia misterioso. Cuatro temas, veinte minutos y ya habían presentado a los integrantes sin mayor brillo. El bajista se quejaba constantemente por los monitores. El DJ First Rate, con intervenciones limpias, era ahora libre para hacer maromas. Wilkinson se limita a poner las pistas en un podio desde el que parece decir “aquí el que manda es el de anaranjado”.

La alineación es casi por completo distinta a la que en 1993 protagonizó el revival de Blue Note Records que hoy lideriza St. Germain, la misma que sampleó a Herbie Hancock para el ya clásico Cantaloop/Flip Fantasia. Incluso el espíritu back-to-the-roots de los inicios parece extinto cuando casi una hora de concierto parece un programa mas de MTV en hora de rating, de esos que ponen un video de Usher, uno de Destiny’s Child y otro de algun rapero falso, como formula infalible para la felicidad de los shareholders. El bounce yo´ head se extiende hasta los versitos que popularizó ¿quién? ¿Ice cube? Que van del “everybody in the house let me hear ya make some no-oise (no-oise)” al “come on move yo´ hips like this” golpeando gravemente el “hips”.

Pero basta con reparar los monitores del bajista para que se haga New York en los años treinta: durante varios temas que incluyen, no por casualidad, al Cantaloop, aumenta la proporción de emocionantes monólogos de saxo, duelos entre una trompeta y una voz femenina que se disputan el tono más alto, una monotonía complicada en el bajo que de vez en cuando se permite una variación brillante o First Rate raspando con la nariz. Y Wilkinson en el centro sólo apunta a quien recién finaliza un solo y parece aburrido en su empíreo de “genio creador”.

Yo pondría un baterista. Yo me haría a un lado. Yo, de ser Wilkinson, produciría el grupo, o aprendería a tocar algo. No me aparecería de anaranjado, a presionar play y pause en la batería electrónica. Y le pondría más jazz que pop al crossover. Pero yo sólo echo los cuentos de los conciertos que tengo la suerte de ver cada cierto tiempo.

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Dato del mes

El dato del mes son dos temas, uno viejito y otro mas reciente, que involucran a los Dub Pistols. El primero es Cyclone, tema que la cosmobaby hizo rodar hasta el hastío hace unos años. Rap sobre un sample de los Skatalites. Una pieza. El segundo es un duelo entre Molotov y los susodichos Dub Pistols que abre la banda sonora de Y tu mamá también. El tema es Here comes the mayo, con un ligero vinculo sonoro con el Jump Around de House of pain, para seguir en la nota del bounce yo´ head.

-O