1968

Se asocia la década de los sesenta con revolución, liberación sexual, minifaldas y feminismo. Y al mes de mayo con el día de la madre, el mes de la Virgen o el mes dedicado a la diosa Maya. Pero cuando unimos al año 1968 y el mes de mayo, es necesario remontarse a Francia y pensar en crisis. Los franceses son un pueblo de una muy larga tradición. En aquel entonces se unieron obreros y estudiantes politizados en una protesta que hizo salir a la calle a más de veinte mil personas y en la cual se llegaron a contar nueve millones de personas en huelga.

Mai 68, fue un movimiento que desconcertó a la sociedad francesa. Se gestó dentro de la universidad con estudiantes de alta formación intelectual y que tenían una profunda preparación filosófica. Se venía sintiendo una disconformidad que fue entrando en efervescencia hasta llegar a convertirse en un movimiento radical en el que todos los estudiantes se unieron. La situación comenzó con una serie de discursos que fueron exacerbando los ánimos y con panfletos que eran repartidos en los recintos universitarios.

El principal líder estudiantil del movimiento, Daniel Cohn-Bendit, generalmente era quien presidía las asambleas de L’Odéon, en las que se hablaba de una serie de reformas necesarias. Se buscaba acabar con el conservadurismo de las autoridades francesas.

Tomando en cuenta que los profesores impartían las clases magistralmente y los alumnos no tenían acceso a hablar con ellos, y que los pensa eran totalmente de naturaleza conservadora, se buscaba la reforma estudiantil y la juventud terminó por quitarse las ataduras.

De igual manera, se buscaba la reivindicación en el sector laboral y fue en este momento cuando se unieron estudiantes y obreros en las protestas y se logró paralizar por completo a la ciudad de Paris y a casi toda Francia. Se repetían los principios de la revolución francesa: Liberté, Egalité, Fraternité. Lo que se buscaba era un cambio radical, una nueva sociedad y una reforma de los sistemas.

El general De Gaulle, a pesar de ser el salvador de los franceses cuando fue llamado para buscar la unidad nacional y fundar la 5ª república luego de la segunda guerra mundial, era una persona autoritaria y de mentalidad muy conservadora.


El centro del movimiento fue el Quartier Latin, en el cual se sucedieron todas las barricadas.

Los estudiantes participaban activamente y tenían agitadores bien preparados. Las batallas campales entre manifestantes y policías se daban principalmente de noche. Los protagonistas del asunto arrancaban el empedrado de las calles bajo la mirada atónita de los turistas, quienes refugiados en los bistrôts del boulevard Saint Germain, veían volar las primeras piedras de la revolución. Aquello pretendía ser una especie de neorevolución francesa que no llegó a ser tal pero que sí logró la mayoría de las reformas que eran reclamadas. Fue una lucha en la que no se derramó sangre pero que, por la situación de incertidumbre, logró atemorizar a la sociedad francesa.

Los estudiantes extranjeros que iban de mirones, eran deportados inmediatamente. No había gasolina, escaseaban los alimentos y los teléfonos tampoco funcionaban. Muchos lograron comunicarse con su patria de origen enviando cartas a través de personas que pasaban la frontera.

A finales de Mayo, sindicatos, organizaciones empresariales y gobierno, firmaron los acuerdos de Grenelle, en los cuales se acordaba la aprobación de un salario mínimo y el reconocimiento de ciertos derechos sindicales.

El General De Gaulle convocó a referendum y triunfaron los gaullistas. Los grupos de extrema izquierda fueron disueltos por decreto, los estudiantes regresaron a las aulas y, poco a poco, todo fue volviendo a la normalidad.


Este movimiento masivo, tuvo bastante éxito desde el punto de vista educativo. En realidad puede tomarse como una lección tanto para las autoridades educativas francesas, como para los estudiantes. A los unos, en cuanto se modificó en cierta manera el modelo existente de enseñanza retórica. Y a los otros para que reconociesen que Francia es un país de una muy larga tradición, lo cual hace inevitable que la sociedad sea bastante conservadora.

La Sorbonne comenzó a descentralizarse y se logró disminuir el autoritarismo en la enseñanza.

En el plano económico, se provocó la primera devaluación de la moneda francesa desde 1958, marcando el comienzo de la declinación de la economía de este país.

En cuanto a la sociedad, en ella surgió un pensamiento muy renovador en el cual se aceptó la democratización de las relaciones sociales y generacionales.

Para finalizar esta breve crónica, es necesario decir que los eventos de mayo del 68 influyeron principalmente sobre el plano moral e intelectual, generando un pensamiento nuevo, lo cual ha logrado cambiar también, patrones de comportamiento en estudiantes del mundo entero.
Los estudiantes extranjeros que vivieron aquella situación, en especial los latinoamericanos, se encontraban asombrados por no haber vivido nunca algo así en sus países de origen. Experimentaron el comienzo de un despertar, en el cual los mexicanos fueron los pioneros en liderizar las protestas estudiantiles de Tlatelolco ese mismo año.




Dany Le Rouge

Imagínense a una muchacha atractiva, liberada sexualmente, en pantalones acampanados y feminista. Ahora ubíquenla una tarde de mayo con una pancarta en la mano y gritando Libérez nos camarades. Ciertamente, ella podría ser la petite amie de Daniel Cohn-Bendit el día en que éste hizo que sus compañeros estudiantes tomaran La Sorbonne y llegara la policía para detenerlos. Ella seguramente estudia sociología y está enamorada de él porque él sí es capaz de decir apasionada y espontáneamente que todo lo que afirma es el pensamiento de la mayoría de los estudiantes. La represión policíaca ha detonado el estallido de una revolución en la que estudiantes y obreros gritan a viva voz: alto a la represión, libertad, democracia, viva la unión de obreros y estudiantes. Nuestra joven está dispuesta a pasar la noche formando las barricadas en el boulevard Saint Michel mientras sus compañeros le informan que por la radio se ha dicho que el rector recibirá a Dany en su despacho. Hablando en nombre de todos, Dany, antes de negociar, exige la liberación de los prisioneros, la reapertura de La Sorbonne y la retirada de la policía del Barrio Latino. Entonces la chica, que bien podría tener el cabello largo y castaño y llamarse Monique, se dirige con sus camaradas al comienzo de la manifestación que esta vez partirá desde la plaza Denfert Rochereau hasta l’Étoile. El tiempo pasa y ya es 20 de mayo. Francia está paralizada y cuenta con nueve millones de huelguistas. La Renault y la Citröen estan en paro general. Escasea la gasolina y el suministro eléctrico y a Daniel, que ha ido a Alemania, se le prohibe la entrada a Francia. Esto provoca la furia de Monique, que junto a sus colegas, comienza una nueva serie de manifestaciones. El estallido social es de tal magnitud que el General De Gaulle disuelve la Asamblea Nacional y convoca a referendum, luego de lo cual se da la apertura de negociaciones entre el gobierno y los sindicatos. El gobierno sale airoso en las elecciones y las bombas de gasolina son reabastecidas. Ese mayo fue intenso para Monique, quien después de treinta años del mayo francés no volvió a ver a Daniel Cohn-Bendit pero siempre mantuvo bien guardado, como un recuerdo de su época de estudiante en la que ella junto a sus compañeros manifestantes lograron que se disminuyera el autoritarismo en el sistema educativo, que se reconocieran los derechos de la mujer y que se democratizaran las relaciones sociales, parte del tesoro-armamento que constituyeron los afiches elaborados en el Atelier Populaire los cuales fueron empleados por los estudiantes en su lucha contra el poder establecido.

   

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