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Adrina: sinfonía de flores cruzadas

 

El juguete que es la palabra

Me miran los ojos el cielo
Despertar sin vértebras sin estructura
La piel está en su eternidad
Se suaviza hasta perderse en la memoria
Existía no existía
-Emilio Adolfo Westphalen

La palabra juega
Para sí misma
Como juegan
En sus juegos
Las bestias sin palabras

En la ruta del pájaro
Que siempre es él
Como pájaro ajeno a la palabra

Entonces la palabra
Se revuelca de memoria

Como se revuelcan los que acaban
Olvidando las palabras

En el poema del viejo cantor
El eternamente joven
-Que ya parece despistado-

En la imprecación
Se transforma
Un llamado sencillo
Que no perdona el olvido
Que no ahoga las lágrimas
En una despedida sorda y ciega
Ya para entonces Muda
Como la misma palabra
La que se aleja
De la bestia
De su juego
Del miedo de ser
Olvidada

Ella misma se inventa en la guerra
Ella misma es el invento que juega

Tan vieja
Como la misma palabra -palabra-
Como la misma guerra -guerra-
Como el mismo hombre -hombre-
Como la misma bestia -bestia-

Y los niños también juegan
-Los niños juegan a la guerra-
Con sus juguetes
Petálicos, fálicos...
De hombres
Hacen la guerra
Donde juegan
Con sus juguetes
Metálicos, matálicos...

Y donde la guerra fue juego
Ahora ya es el juguete
Del niño viejo
Aquel que quiere inventar la última palabra
Fin.


















En la piedra de Antínfeliz

tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces
la asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen
-Blanca Varela


Tú que estás en adlátere esta de piedra negra
Dime ¿en dónde está en estas la amargada flor?

Hasta la voz desgarrada en ella
La propia historia violada de piedra
La antínfeliz del cetro apárido anfibiológico

Ya ajena en la piedra gozosa y azul
Que es como algún epitafio en piro

Encadenado el ordinario fruto
Regado cuando se llega del abismo
Bosque lejano donde se ha habitado un sitio
Del propio y erótico estado
Salvaje a sí la gran piedra

Se agarra del tártaro en río inflado
Que es como el ajeno mar donde se vuelven preciosas
Las vidas eternas de los insólidos cantos

De pieles azucenas en ya 28 rosas
Redondas y perversas en la vieja costa

La antara y la quena morada del campo impropio
-Hacia el viento del sur establecido-
La corona del curador de llamas sapientes
Los años de junio diario

Escalando la montaña rítmica del mundo nuevo
En la cima de Los Andes -esos centrales-
Así de antiguas eras

Ya féminas desnudas al an-verso
Entrando tormento lento y sordo
Como la primavera del norte en aquellos
Los hombres del hielo

Entonces los escultores bagres del erostratismo
Alejado mundo rámico entre apología y fama bélica

Un hiper-potencial de ión oxigenado
Cavo y descubro la sepia del monte
El color del neohombre vate
De su extraño destino políglota
Actuar de la boca del papel flotante

Ya en el impacífico mar de la lerda alegría
Toda en esta
La que está colgando del mismo suelo



















El sueño de Notumba

Poesía, no quiero este camino
que me lleva a pisar sangre en el prado
cuando la luna dice que es rocío
y cuando mi alma jura que es espanto.
-César Calvo


Los alargados ojos del tiempo
En presentes se han roto

Ya lejos en las crestas
Las hojas malas del sexo
De zombis las otras maravillas del celo

Cuando volteo y miro en mis manos
El aceite vaciado de paupérrimos velos
La parcela de un otoño soñando la abusada vida

Arcimboldo la espesa flor a llanura antigua en Vallejo

La tumba que es más vida
Enlazada la muerte más muerta de viajero ferial

De los ingentes ojos celestes del ave
Hasta Guayasamín
Llevando alforjas de chuño vacíos
Lo neutro del seno corrido
Entonces el lejano planeta sin hombres
De desiertos tan vastos
De acero rosado

El diamante que es
Como agua seriada
De chancaca las nuevas lenguas infieles
De las fiestas del chivo bañadas las lunas de negro
Cuando solo en los soles
Me he visto envestido
A lo largo de un juego escondiendo desnudos
Como ahora cuando descubro dormido
En mis ojos cuando te escucho
Encerrado el gemido

Del antro ya escollo hierático
El sueño del tiempo bebiendo
Las treinta batallas mundiales de Adán
-Lastre de cosas que en viajes ya viejos se posan-
Suspendido en el centro del centro girando

El piano del mágico abrazo marrón
Detenido
Del sueño en ausentes bisontes
Con Ximena
La tórtola atada a la advenediza América

Perversos seduciendo a la estrella más virgen
La que en vez de bajar en presente
¡Se quiere apoderar de mi cuerpo!



















Facción de imperdido al arte

Las aguas ferrosas que calentaban tu cuerpo
tenían colores de serpiente plana,
y la tierra se había descocido en sus espacios,
y llevábamos nuestra infancia
como un estandarte sin sombras
-Rodolfo Hinostroza


Para una falsa Afrodita me pintaré
Maniatado
Y todavía a tres guardianes portentos
Eyacularé las cuatro veces seguidas

Acaso entregado con rampas de 73 metros al suelo
-Para cuando me vea estará enamorada-
La asentada parcela que me toca recibir de tus ojos

Eso con lo que el violín se ha tocado
El eterno

Entonces ellos eunucos escarbando hallarán
Las onduladas praderas inventadas por mí
Los nombres lejanos en la mantis re-religiosa
De otra aventura cruzando en Macondo

A la estación espacial peruana

In-honor motores baquianos
Donde estuve al clamor por mi padre
El gran Velázquez del cuadro
Los inacabados cielos
Actuando en una cinta lila de Borges

Espero indumentarias de rojo con negro
-Mejor Rojo y Negro-
Actuar de nexos brutales

El actual paraíso en mí como único hombre de esta pampa
Como jamás un único nunca imperdido



















Acople de las otras verdades

todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan
-Javier Heraud


Arranco lindas drogas de la doga
Para drogarme batracio

Penetro úlcera negra
Y muerdo el dormir en sombra

Cojo el barril inventando hacia mis alas
La navaja de goma

Me extingo en los nombres las vidas hermosas de Poe

Rastreo la ojiva en el seno de mi madre
Harto me entierro de blanco
Y volteo para morir delicado

Digo familia y destruyo las dos cosas
Por trece que tememos

Otros serán los que hallen con Debussy los
Reflejos del agua
Los 666 res 333 don 796 868 mis
866 547 war 652 257 das
0 cero 0 231-Planetas perdidos

-Idéntico hay que estar para ser recordado todavía en hoy-
El mismo
Sin mañana
H-h-UAO-INoKae escrito se verá en mi tumba de barro
Con una piedra

-Ya sé en mi vida parecen todos un error-

Salomón Valderrama Cruz en sus vidas
Las otras que siempre fueron ya que esta única vez que no serán
Verdades las otras también...



















Ya son como 20 de veinte guernicas

Dejo mi sombra,
una afilada aguja que hiere la calle
y con tristes ojos examina los muros,
-Sebastián Salazar Bondy


Arrebatos de mí están componiendo los comparados filósofos
La diáfana vena del ser impotente

En números 20 veinte a 20 en veinte y 20 de veinte de otra ya
Incontable economía del cielo

Al arrebato en concretados ángeles marrones
Los siervos del feudo
Esperando a la concertación del dios

Todo-potente de sangre comida papel y agua
Mucha de excesos de agua
En principia
La navegación de la lágrima
Sin rumbos
Trazando escarpadas costumbres disímiles

El juego de sangre
-Tú me arrojas por la borda y yo hago que me caigo-
Para volver y tirar al yo otra vez
Delante de ti en mi secreto regreso
A-debajo en la ráfaga de cólera
Extrañando el oprobio de cuantos futuristas claman

La época culterana en mi adagio
La peyorativa del sexo en concreto

En las manos izquierdas las banderas abyectas
Del otro país vecino
En mi hermano mentado lo dejo para diez años más
Estar esperando a Ecuador en Chile y a Brasil en Bolivia
Para entenderlo y no matarnos
Escondiendo las 20 000 dagas guernicas



















Del nacimiento de un habitante de Rago

hay algunos que manejan todo,
que escriben
que hablan hermosamente,
y nosotros rojos de vergüenza
tan sólo deseamos desaparecer
-Carlos Germán Belli


Me vengo corriendo desde Chilia
Con un guardadito en mi pozo de esponja solitaria

Y como de nuevo en el ayer de mi nombre apegado a Canchán
Cuando he llegado a una fuente esmeril
Mi nombre de La Alborada extendida

Del huerto en que soñándome a bajado conmigo
La zarza envuelta en mi garganta
Como pañuelo para bailar de alegrías antiguas
Las alegrías modernas
El trazo denso de mi necesidad
Vida de pasajero apegado a la palma
De los brutos montes tupidos en tres

Donde en secreto habita mi novia
De sencilla mirada en la palabra playa que vuela
Desde mi boca a la suya en mi boca mojada

-Por eso digo que siempre te estuve buscando en Rago-
Al pie de mi casa en el río...
Cuando aún me llamaban árbol-cedro

Plegado a una nube de un marrón refulgente
Esperándome siempre al compás de mi huayno
Ya huaylas indómito
Ahora que me he mostrado ya no solo
La piel de un zorzal mágico color del añil

Cuando he escuchado mi historia en una fiesta de Jucusbamba
La atípica campana paterna que me alumbra de-nuevo
El siglo XXI del arte atrapado
Un extraño museo de pilares cubistas
-La revolución de los indios-

Una cancha de sesenta por cien
De los 20 años escondidos en repetición de la radio
De la luna que ahora ya ve como a dos en su épica sed

-Yo tomé el micro que me llevó derechito para Arequipa-
Y a pesar de que nunca llegué
Yo siempre estuve con -el Cienciano Papá-

Mi brecha caliente en mi barro sagrado está
Hoy cuando en la tele he visto otra vez al Campeón
Arcilla del centro del Sol otra vez libertado
Esculpida y renacida se verá mi roca intocable
Hoy que recuerdo que siempre pude ser yo ¡solamente yo!



















Las flores negras

Rosa de rosa, idéntica y sensible;
a tu ejemplo, profano y mudadero,
el poeta hace la rosa que es terrible.
-Martín Adán


La flor amarga que es figura esbelta
Está pariendo a su hijo el esperpento
Aquel que erigirá en el propio llanto
La flor que será la materia muerta

En el viaje infinito que es la vida
De ave negra hacia su agujero blanco
Que está suspendido al viajero manco
El creador de flores y de vida

Protector de los valles siderales
El juez de las estaciones. Naciente
Invierno que eres padre de las flores

Las muertas en el pecho crepitante
Del juntador de naves y de piedras
Aquel que será madre de las hidras



















El neonato F
(de ENCRUCIJADA)

Me llaman F
y las máquinas me crían
en el planeta no nombrado he nacido
recuerdo
que a través de mí
millones de hombres han vivido
en lo que queda de mi sangre
los residuos de humanidad
sólo una letra soy
y en individualidad
-no existo-
mas el rastro de un código extraño
me abre las puertas de las galaxias
no sé si seré
hembra o macho
sólo sé que hoy apenas nací
y ya camino ya corro
ya hablo ya recuerdo
en la memoria
que me han dado yo he sido un extraño



















Pasando a ser historia
(de ANEMÓMETRO)

Pobre de nosotros
Los coleccionistas
Todo lo que fue pasado
Hoy es sólo un adorno

Intolerable

Me pregunto si las cajas de los muertos
En el aire
Serán mañana unos adornos
Y me pregunto sino somos
El adorno de una mesa
Una quinta pata
Un mantel
Un cenicero
O el globo azul del que vive alejado
Más allá de todos los linderos

El pensamiento


(Me pongo triste al ver el ave
Disecada
En un recuerdo)



















De Lampa para El Porvenir

Ignoro otra mirada que no sea como un vuelo
reposado y profundo, ignoro otro paso lejano,
ola que fuese más clara que la vida en mi pecho.
-Javier Sologuren


Yo siempre he estado en el mundo
Ahora que me puedo acordar de mi futuro de mi presente
Y sin pronunciarlo en lo que me antecedió

En mi volquete sellados están
Mis siete años felices
Con juguetes bañados de un cariñoso océano verde
Donde salta la vida
Y se bañan las aves brillantes

En ventanales de eternos crepúsculos
Viajeros
Mis ojos cambiantes
En mí

Ave de verano pintado en invierno
Como recogido en el otoño perdido de setiembres
Que a veces muy pocas me han hecho llorar

Solitario en mi cuna de barro
El abismo que me insita también a volar

Un cernícalo de refracción sedosa
Rodeado al ataque en las cimas
Del cojo ratón estaré
Maltratado con una copa de puro alcohol
Al olvidar mi tristeza
Al recordar mi futuro los colores violeta
De mis (s)alas de estar
Siempre tan solo
Como siempre parece que estaré aquí
En mis cuadros de colores

Donde el trazo de loco rememora
En mi muerte el siglo XIX
Cuando no me llamaba Vincent van Gogh
Sino ahora cuando estoy solitario en el Perú

Dejo a mis amigos querer y amar lo que ya no se puede
Así como un único Víctor Humareda

En mi camioncito vestido
Del color que yo quiero
Ahora que se me permite poder
-Lo que quiero es volar-

¡Pero de Lampa para El Porvenir!

Salomón Valderrama Cruz nace un día de abril de 1979. Allá por el norte del
Perú, en Chilia, un escarpado distrito del Departamento de La Libertad.
Donde vive hasta 1986, año en que con su familia viaja rumbo a Lima. Ciudad
en donde concluirá sus estudios primarios en el Colegio Nacional Rómulo
Adrián Córdoba Huamán y realizará los secundarios en la Gran Unidad Escolar
Víctor Andrés Belaúnde y en el Colegio de Educación Particular Santa María
de Matellini. A su vez realizará estudios en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos y Universidad Nacional Federico Villarreal.