Verónica

Ojos verde miel, cabello corto, tieso y castaño. Hablaba mucho y muy duro, a veces llegando al borde del cacareo. Era tan desenvuelta que a la primera impresión creí que me llevaba por lo menos cinco años, esto me hizo perder un poco de interés en ella pues me la imaginé casada y con un hijo pequeño, como todas las mujeres desenvueltas como ella debían ser. Luego durante la conversación me enteré que en realidad ella había nacido tres años después que yo. Comenzó a interesarme. No es que no me atraigan las mujeres mayores que yo, pero sin duda tienen cierta cualidad de inalcanzables que yo no encuentro en mis menores. Tenía una habilidad asombrosa de pensar mientras veía fijamente hacia una dirección, de forma que el sol delineara el perfil de su rostro y cambiara el color de sus ojos.

-Daniel Pratt
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Escritores prolificos con obras multi-megabyte que tipean dormidos y pasan todo el día mandando correos a todas las páginas literarias en la web, sin un mínimo respeto a la singularidad de sus ideas. Como si no supiésemos ya que escriben mucho, como si no estuviésemos cansados ya de su obra.

-Alejandro Graziani
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