El poema objeto o la tercera dimensión de la poesía

-Franklin Fernández
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La doble identidad.

No es muy común que se admita, en el transcurso de la historia, la vinculación y unificación directa o indirecta entre los lenguajes artísticos y literarios. Aún, cuando un número importante de ensayistas, artistas y poetas, apoyan y confirman, tal vinculación.

Tan pronto como un creador rompe con las convenciones tradicionales de la plástica o la poesía, nos plantean el dilema de la confraternidad existente entre las artes.

Antes de comenzar, quisiera aclarar que desde mi punto de vista, tanto el artista como el poeta son en esencialidad lo mismo. Ambos se expresan con lenguajes no tan distintos, sobre una misma realidad: una realidad idéntica.

No en vano, Octavio Paz lo reafirma en “El Arco y la Lira”, cuando dice: “Ser un gran pintor quiere decir ser un gran poeta: alguien que trasciende los límites de su lenguaje”. “El artista es creador de imágenes: poeta”.

No por casualidad, el artista y el poeta se enfrentan ante un soporte en blanco -tela, pared, papel- sobre el cual dibujan, pintan o escriben. Lo alimentan mediante signos que transmiten una intención muy emotiva o concreta, asignándole un valor al soporte donde se realiza la obra.

Ese valor implícito, tanto en el soporte intervenido como en el que no, no describe sino muestra. Se contempla o se lee. Sea escritura, sea pintura, sea escultura. Tanto el lector como el espectador lo comprenden a su modo. Se contemplan o se leen diferentes lenguajes, pero se siente esencialmente lo mismo. La palabra canta, no sólo en el oído que la escucha, sino en el ojo que la mira. La poesía, sea cual sea su forma de manifestarse en el mundo, principalmente nos entra por los ojos y después por los oídos. Aunque, a veces, “oímos mentalmente lo que vemos”.

Como conclusión diría que todos somos en el fondo poetas, porque la poesía es la esencia de las cosas. La plástica tiene mucho que ver con la poesía. El gran poeta argentino Antonio Porchia, testimoniaba: “Las demás artes, si son artes, son poesía”. La unión de las artes puede ser una de las formas de comunión del gran arte. La búsqueda de un lenguaje universal que este por encima de los idiomas. Una de las formas posibles para unificar, cultural y socialmente al hombre.

A partir del dadaísmo y el surrealismo, con André Bretón al frente, las vanguardias buscaron satisfacer la más lúcida y ambiciosa de las ideas contemporáneas: “transformar la vida en poesía”. Para lograrlo, el hombre deberá recurrir a las transgresiones formales más insólitas y a una decisiva revolución mental, espiritual y social.



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Franklin José Fernández García nació en Caracas el 12 de abril de 1973, pero desde hace más de una década reside en Pariaguán, estado Anzoátegui. Actualmente es tesista del Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón, donde prepara un extenso trabajo investigativo llamado El Poema-objeto: la escritura de lo visual, la plasticidad de lo escrito. Participó en el taller de poesía del CELARG (Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos) en el año 1999; también en la exposición colectiva Travesías (2000) en el museo Jacobo Borges de la ciudad de Caracas. Sus poemas-objeto le hicieron ganador del 6to Salón de Jóvenes Artistas, realizado en el Estado Anzoátegui, en diciembre de 2001, algunos de los cuales fueron publicados en el número 12 de Panfleto Negro (haga clic aquí).