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El Dios Inevitable

Es cierto. Dios me miente. Por las noches viene a mí diciendo: "Hombre, solo tú eres soberano de cada reino, bajo tu signo se levantan todos los imperios, ¿Pero para qué derribar cada muro, si solo es para construir nuevas sepulturas?".

Dios me seduce, al oído me susurra: "No tengas miedo, porque en tus manos descansa la vida y la muerte, la razón y la brutalidad, por lo tanto, eres absoluto y todopoderoso" Y yo le creo.

¡Pero no, no puedo creer en ti!. Porque tú no eres, tú no existes. Lo que pasa es que de vez en cuando me fallan las fuerzas, me atrapa el miedo, y el silencio se atora en mi garganta. Es ahí, cuando parece que el final se acerca que grito con más fuerza tu nombre pero no contestas. Lógico. Porque tú no existes. Entonces mi cuerpo ya no descansa y sigo gritando, pidiéndote me des la fe, la voluntad de lograr pasar toda una noche sin creer en ti.

Y si no existes ¿por qué te pienso? ¿Y si no eres por qué repito que te amo? ¿Qué me lleva a suplicar a un Dios que no me puede salvar? Un Dios que cuando lo invoco no responde.

Mis enemigos se burlan de mí, son como animales subiéndose a mi cama cuando no puedo defenderme. Preguntan por ti y no sé que decirles. Por eso te pido una vez más que aparezcas, que les demuestres que no es verdad lo que ellos dicen: que tú no eres sublimación mía. Dios, tócalos a ellos como a mí me tocas. Explícales que tu ternura existe desde siempre, que en el principio cuando no había ni axiomas ni leyes sino puro abismo y oscuridad se cernía ya tu aliento sobre las aguas. Explícales que el alma vive inquieta hasta que descansa en ti y explícales también que tú no explicas nada, que el dolor, la miseria y el terror, no tienen explicación posible, que incluso tú, a veces, no sabes sino postrarte, besar la tierra, callar.

Por todo esto Dios. Tú que de verdad no eres y no existes, aunque necesitemos que seas y que existas, hazte imagen ahora, déjate ver. Tú que no existes, ten piedad, empieza a ser. Revélate ante nosotros, en un abrazo que nos violente, nos llene de deseo y belleza. Y que en esa unión seamos como una sola gran cabeza que se colma a sí misma.

Pero ven antes de que todo termine, justo antes de que la última esperanza desaparezca. Ven aunque creemos hoy que no creemos.

-Oscar Orellana Sanhueza
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Navegando en una despedida

Dulce mar, dulce al retumbar tu alma sobre mi piel; entrega tu sal, te daré mi sal, liberandome de este enjambre,muralla de mil sombras. Hora de partir;deseo salir de este cuerpo que me persigue en el lamento que confunde. El atardecer se emancipa,furia triste dobla mi voluntad. Señor, que me arrope la noche, fría y callada, y me ahoge, enriqueciendo esta soledad. Profunda soledad, negra soledad. Elevándome sobre tus alas, me enveneno en tu silencio. Se avecina, to do se avecina; la muerte y la vida, el amor y el odio, infierno y gloria. El eco de mi boca se envuelve mudo. Lamento desesperado; hora húmeda se desvanece y la extraña "luz" que se emancipa de la mirada se desaparece. Cesan las gaviotas en trayectoria por el mar. El cielo abre sus puertas y el universo ya no existe. Todo duerme, persiguiendo con melancolía, virtud opaca del alma. Tiesa, la noche, un tributo rinde para recordar, para algunos no, nada para pensar. La despedida les doy, la vida nunca pude destacar. El tiempo para; mi alma descalza, tranquilamente se hunde y escapa de la realidad.

-Nathalie Badillo
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El mismo mantel blanco-sucio

Ese armazón aún camina, recorre la misma sala del teatro en formas circulares.

Se deleita en las psiquis olvidadas, los cuerpos distantes, se alimenta de mi llanto.

La voces aun susurran y los aplausos retumban, esqueleto choto.
Esqueleto forro.

El se masturba pensando en ella, ella se acaricia en bajadas

Ambas manos recorren los caminos secretos detrás de "nuestro propio esqueleto"

Insaciable, adictiva, nauseabundamente sexopata, deliciosa amante "clavaras -todas- tus garras en mi espalda"; -caminas marcado

-Piero Di Giovanni
<[email protected]>





Me persigue

Tu voz me persigue como un fantasma resistiendo su partida al lugar que pertenece, tu mirada está en mi mente penetrante, amenazadora, amenazando enamorarme, cada palabra que dices estalla en mis oídos, turba mi mente, solo el roce de tus labios me asusta porque me veo atrapada entre cuatro paredes que no me dejan mas opciones que aceptarte, siento que mi razón se desvanece cuando estás tú, que mis ojos dejan de ver cuando te apareces frente a mí, que mis sentidos se resisten a funcionar si mis labios no tocan los tuyos, o mi cuerpo no siente tu presencia.

Siento tus labios y a pesar de que debería sentirlos como un mordisco a manzanas agrias y repugnantes, no lo siento así y solo deseo tus besos, a pesar de que la moral y los principios que tenemos nos traicionan, a pesar de que a cada paso que damos para acercarnos en vez de acercarnos uno al otro nos acercamos a un caos, a un desastre incontrolable. A pesar de todo eso sigues atrayéndome como un imán que me lleva hasta ti, por alguna razón que no entiendo.

 




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