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Crónicas de Esquinero: 3

-Adán Fulano
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    Por favor envíame el nombre de la esquina donde vives, quiero saber que personalidad te ampara desde antes de nacer, este mes no tengo esquinero y estoy triste, a pesar de mis amigos y esa gente que se dice familia hasta la muerte. Necesite la playa y no la tuve, eso pasa en Lisboa, en Madrid, en esos sitios que tu tanto has visitado y que uno desde aquí sabe que son para grandes poetas sin caribe, pero, que a uno no le llegue la sal desde Caracas, eso es un sarcasmo del mismísimo creador, nada promete mejorar cuando se esta vacío hasta en la conciencia, quizás eso es la libertad, yo amiga hermosa estoy preso, tengo un pensamiento recurrente.

    Como te decía, no veo claramente la esquina de este mes, es que ha pasado tanto, por primera vez maldije con el gusto diabólico del condenado a muerte, donde ya nada le importa y se comienza, menudamente como, a desvanecer en mierda encima de su fratricida y su cuita: el mundo. No soy mejor persona, de hecho sí tuviera que entregar un avance de las cosas que he mejorado, entregaría otra pagina en blanco porque solo he aprendido que la piedra pomex también te quita los restos de pegamento de las manos, con el único riesgo de quedarte un poco áspero, en conclusión, este mes estoy un poco áspero, de allí, seguramente, vengan estas peleas tan frecuentes con la gente de los servicios, el hombre del abasto, el mesero de las pizzas, la señora del café, en fin, amiga te extraño, sobre todo porque nunca te he besado y quisiera empezar de nuevo y olvidar que estoy saliéndome del mundo intempestivamente.

    He desarrollado una capacidad particular, lo cual no requiere un deducir especial, para buscar palabras raras y fíjate que intelectivamente busqué en el diccionario: meníngeo para expresar mi afecto por una parte de tu cuerpo hermoso y esa parte que me hacia adicto a tu meninge sedosa, pero resulte confundido, como todo aquello que piensa, gastando palabras que no me llevaran a nada y desperté, nada particular, solo tengo más ratos de ocio, de soledad y de ausencia, el asunto es que otra mujer abandona mi vida, porque le dije que la amaba y ella contesto no necesito tanto.

    Aún me causa confusión el hecho de que puedas vivir cerca de una esquina, en una esquina o tu edificio y sus tendederos estén explayados en el medio de una calle larga como la vida, como veraz he esquivado el asunto de no saber tu dirección porque en el fondo que dirección puede tener alguien que acaba de abandonarme en New York y ahora me lleva a Barcelona y hace años dejó Caracas, esto lo digo, porque es obvio que siempre he viajado contigo.

    No cuento mucho de mí porque no soy una buena historia, te podría decir que según mi hipocondría me explotó la tuberculosis, la arritmia y la angina, que vi a una muchacha que se merece un cuento pero ella no me vio por que estoy más invisible que aquella vez en que dormí junto a tus piernas en Manhattan, seguro no lo recuerdas, ya vez, he estado desapareciendo.



   




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