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I - (borroneos)


escribo

ahorco
la palabra

sombra de la sombra
sombra de mi sombra
sombra de mi-yo-de-mí

sublimo
realidad

escribo

   
     



No Develaré

Conozco los avatares del corazón,
sé como duelen,
como salpican gotas de eterna duda,
Conozco también las desventuras, la soledad, el infortunio.

Y aunque anidan las hondas premuras en mi ser,
de un canto, que jamás será consumido,
nunca estableceré finales auténticos,
no develaré mi secereto.

Sé como te extraño,
sé que no he podido comenzar de nuevo
por que sé también que para que algo comience, debe haber habido un final,
y no lo hubo, no lo ha habido, sigues aquí,
conozco los avatares de mi corazón

Tendrás final algun día?
o seguirá tu sombra oscura, persiguiendo mi entrepierna, mi sudor,
dejarás de perseguirme de una vez por todas,
o me mantendras exclava de tu piel,
maldito olor,
como te extraño,
y aunque este con otro,
y piense que lo amo,
nunca estableceré finales auténticos,
no develaré mi secreto.

   
 
 
 



 
 
 

Boca abierta,
Cuatro veces recién nacido,
Entraste luciendo tus labios nuevos,
Boté el cubierto,
Desnudo todo cabria en una sopa,
Me levante rápido,
Y la mesa no era tan plana,
El mundo no tan redondo,
Tu no tan imposible,

-Enio Escauriza
<[email protected]>

 



Desde que la vi
entrar al salón
lo supe:

Mi vida
caería
desmoronada
en sus uñas

Y ella,
sólo ella,
sería capaz
de reconstruirla.

(a su antojo)

-Carlos Rubín de Céliz
<[email protected]>

 
 







El callejón sin salida de la rosa


Los dolores invadieron tus sueños
Escucha pues al mar
Entre todo lo que ves.
Acuérdate de las regiones azules
Llenas de sol
Mientras las penas allí duermen
La mano en la mano
Las noches traerán pecados
Tus ojos beberán el cielo
No podrás soportar
El susurro de una desaparición
En el callejón sin salida de la Rosa.

Los poemas serán allí silenciosos
Las canciones te harán llorar
Los vasos se quebrarán en tus manos
No podrás pensar
Y entonces...has de saberlo
No podrás verme más
En el callejón sin salida de la Rosa.

-Uzeyir Lokman Cayci
<[email protected]>





Ser malquerida no va contigo

Nariz en perfil rectilíneo,
la sonrisa cómplice sin razón aparente,
brazos gruesos, evidencia de un futuro matriarcal
y ese chatear a las dos treinta de la madrugada
con amigas que no duermen nunca
con el borde de tus uñas pintado de blanco,
detectando una estampa de borracho
escrita al reverso.

Le das vuelta, sonríes de nuevo
y tu tierna inteligencia subyace en ojos tristes,
diamantes de seducción.

-Daniel Pratt
<[email protected]>

 
 






No es tu culpa
ese novio tuyo,
que no consume aire
ni ocupa espacio
cuya masa no se acelera,
hace años asumió
el papel de embajador
del vacío en la tierra.

-Daniel Pratt
<[email protected]>





Una perpetua musa
esperando, descalza, abierta a la nada.
Colgada de la lluvia
colmada de un humo lateral
como de velas muertas en un suelo áspero y mojado.

El vaso, estático frente al líquido amargo.
Acercas entonces tu cuerpo
dejando escuchar el sonido de los lápices en tu cuello.
Las manos abiertas, los libros en blanco,
sorbes tu propia saliva
Gritas en silencio.

Lejos, sin forma todavía
La ciudad despierta
y escama por escama
sientes el viento helado cortándote el rostro,
y, como perpetua musa,
desclaza, esperando abierta a la nada
recoges las astillas de tu rostro
y las guardas en el bolsillo.
Escribes tu nombre en los libros en blanco
Sorbes un líquido amargo
y te sientes existir.
Del otro bolsillo sacas una máscara.


-Andres Level
<[email protected]>

 




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