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Perdida toda memoria
de tu rostro y de tu cuerpo
recuerdo sin embargo
cuánto me gustaba que me vistieran bien
para ir a tu casa a conversar
cuando apenas estábamos aprendiendo
a hablar

-Pedro Alzuru

   
     



No creo en la posesión
creo en la pérdida
esa miel
             amarga

-Beatriz Alicia García
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Ofrendártelo Todo

Morir de pie descalzo tirado sobre la hierba no doblegada
por el huracán más iracundo. Descansar horizontalmente erguido.
En fin, correr dormido en línea entre tus sábanas albas
en las noches más frías del invierno.
Arrancarte los cabellos de raíz y quemarlos en una hoguera
de rosas rojas perfumadas malolientes.
Ofrendártelo todo.

Imprimir velocidad metafísica a los sentidos para odiarte
y amarte siempre, como nadie, más allá, más allá aún
del vaho untuoso de la habitud.
Más lejos todavía de mis mayores fuerzas infrahumanas
y sobrehumanas.
Ofrendártelo todo.
Todo es todo: vísceras, células, corazón, pulmones,
estómago, cerebro,
huesos
mis miedos
mis utopías
mi cesta de reciclaje.

Por el azul del arcoiris ascender a lo más alto
vestido de nácar y descender
oblícuo, aceleradamente, para ofrendártelo todo.
Llorar con desconsuelo de alegría. Reir sin mover un músculo.
Vivir de pie arrodillado blasfemando y orando,
glorificando y maldiciendo.
Ofrendártelo todo.
Todo es todo: serenidad, ira, complacencia, odio,
amor, pecado, paz,
desconsuelo
tus miedos
tus utopías
tu cesta de reciclaje.

En los túneles arcanos de tu alma, gritarte enmudecido hasta que la paloma
blanca emprenda el vuelo más abyecto. Delirar con cordura ejemplar
y devorarte los ojos en la noche más triste de amor abatido y despiadado.
Ofrendártelo todo.
Todo es todo: imaginación, pesadilla, paradoja, pensamiento, ilusión,
demencia
nuestros miedos
nuestras utopías
nuestra cesta de reciclaje.

-Antonio Alvarez Bürger
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Seres perfectos nos observan
y sé que no me queda mucho tiempo.
He sido infectada
con el virus de la palabra.

Sé que moriré perdida entre poemas
y los seres perfectos querrán violentar mi casa
apropiarse de las claves, destruir evidencias.

Si te acercas a la distancia de un beso
podré transmitirte lo que sé
y los códigos no serán descifrados.

-Ana Beatriz Corona Calcaño
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Me hiciste saber que
al regresar en la tarde del liceo
podía llegar a tu casa
A hacer juntos todo lo que hacían
tu hermana y su esposo
quienes llegaban del trabajo en la noche
hora en la que yo estaba entrando a mi casa
a ser niño de nuevo
después de haber sido tu esposo

-Pedro Alzuru





Por preferir
el amor

sin adjetivos sin trampas
sin excusas
sin nombre sin barreras
sin marido sin respuesta
sin motivo
desnudo

Vivo.

-Beatriz Alicia García
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Si Superman perdió sus poderes
por amor a Luisa Lane, entonces
¿Dónde está el palacio de hielo
en el que uno renuncia
al don de la palabra?

-Alejandro Graziani
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Como la mutilación del árbol de caucho
ando repitiéndome, así que, de nuevo:
quiero sostenerte en mis brazos
rozar vellos en un segundo
primer recorrido por tu piel
y rasguñar la corteza de tus muslos.
Como ves, el asunto es este:
insisto, te amo.

-Alejandro Graziani
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Imaginary Paintings

                                 para Yoko Ono

Hacer un puente
                entre la soledad más profunda
y los afectos

saber que no hay regreso
que los juegos acabaron

en mi alma cantan
                  momentos
                           irrepetibles

(me gustan porque son irrepetibles)

-Beatriz Alicia García
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Nostalgia eterna

Mientras la brisa me sacude en medio de la oscuridad
confío en la extraña mezcla de vivencias pasadas,
la inercia presente y las creaciones futuras...

Ya no tengo necesidad de rebatirme en medio de esta humanización
solo me dejo invadir por ese azul tuyo tan exquisito
que se apropia salvajemente de mi alter ego...

Como oponer resistencia? si te he estado esperando
en medio de esta nostalgia eterna, atemporal...

-espiral espiral
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Canción del plagio del espejo


Perdóname, tú,
que no te haya matado a tiempo,
en las noches de tu insomnio,
porque no se puede
plagiar la sombra, ni la lengua,
ni el prepucio, ni siquiera el semen
de la costilla derecha
donde duermo.

No se puede copiar la polilla de los puentes,
ni el avión qu'estalla a mitad del vuelo
de la media noche,
ni la media noche del cieno
do los peces te vulvan el corazón oscuramente.
No se puede plagiar tu jeringuilla
que clava la vena de Dios
en los trenes de las últimas horas,
o en los baños de París a media tarde...

¡Despierta, tú, oh, cretina del alma mía!

Levántate y lávate
entre las piernas tu día de fiesta,
porque una copa que parte el labio
no se puede plagiar, ni se puede soñar,
ni se amanece
en las discotecas de los zombis
que te miran al espejo.

No me preguntes más, quién soy,
ni cómo vivo,
porque si Angel Ceniza me llamo,
¿cómo plagiarás, tú,
¡oh hetera eterna!,
la pavesa que fui antes de ser yo mismo?
Es imposible ser sincero
y no matarte,
cuando rebuscas las sombras
de alto voltaje de mi alma nympha,
sedienta de Dios,
porque antes
que tú viajaras, viajaba yo
con el nombre de Yvánulises en el alma,
y sirenaba yo el límite del mar
en todas las lunas (ávidas) de monjas lilas,
o añejas, prehistóricas
que forman rosas de fuego
en las fronteras de tus labios.

No se puede plagiar el sieso de la muerte,
ni el ojo del agua del viento,
ni el ojo de las niñas,
abierta rosa al céfiro,
o rosa aberta al sátiro,
vulvas rotas, cosidas con hilo roto
(laberinto de Dios
do el Minotauro se masturba).
¿Cómo entonces plagiarás el semen
de la muerte ajena
en el púlpito de los sacerdotes suicidados?
¿Cómo plagiarás el zoospermo del fuego de Dios
cuando rezo a media noche alucinado
de ángeles y muertos y presencias?
¿Quién se ríe entonces de la amargura de mí mismo?
Levanta el zoquete, tonta, contra el viento de la luna
y reza duro hasta sudar tu sangre de periodo:
luna roja del alma en el dolor de mi estómago.
Y flagélate, cilíciate, clávate, agújate,
vídriate,
espéjate,
fálate,
látate,
aráñate,
desvírgate,
cástrate,
víbrate,
carímbate
descúlate, látete y grápate
una vez más hermosa,
eternamente,
pero no puedes tocar con manos falsas
los poemas sagrados de la muerte.

Perdóname por no haberte asesinado a tiempo,
pero las rosas delicadas,
del cielo que me sueña,
ojo mío que me mira en la belleza
me ha seducido fatal
en la mujer perfecta que no existe.
¡Oh, io navego como una sombra
contra el cielo¡
Una sombra añeja, jorobada, sedienta,
que debió matarte
con las agujas mohosas con que me limpio
el orificio del pene
do Venus se contempla aún
darianamente
en tu belleza.

Perdona, tú, sedienta,
los peces que navegan en las rosas.

-Yván Silén:
<[email protected]>
11 de febrero del 2002
Nueva York






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