La Política como Experiencia Urbana

-Bárbara Fuenmayor S.
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En una ciudad donde el espacio peatonal oscila entre 0.60 y 1.50 metros, en la cual sus habitantes se han resignado a compartirlo e incluso cederlo totalmente a la actividad comercial informal ‘legitimada’; transitar la principal arteria vial –cuatro canales en cada dirección- constituye una experiencia vinculante con el sentido ciudadano. Sentido éste que se refiere lo mismo a los derechos políticos de la persona que a la condición de habitante. Entendiendo que “la relación entre hombre y espacio es el Habitar, ...el fundamento del ser1.

“... Es
Transitar para drenar...
Es hacerle saber a la calle de tu presencia.
Es sacar los sueños a pasear.
Ejercitar la sangre.
Entre buhoneros, avenidas, calles, bulevares y templos comerciales.
Este ser vivo que es la calle padece de várices y l@ vamos a tratar.
Están bloqueando sus arterias.
Florecerán pezones, juglares, peregrinos, cojones, amores, pasiones, guerreros de paz.
(...)
Seres Universales borrando fronteras,
quebrando prejuicios, legalizando calle, tallando visiones, bailando sucesos, recitando plaquetas, grabando reflexiones, develando sensaciones, ejerciendo ciudadanía, construyendo armonía, malabareando proyectos...”

ReDeLaCalle
1era Karavana Extrema Cultural de Aventura. Diciembre 2002


Tal como lo expone el grupo de intelectuales, profesionales del Urbanismo, la Arquitectura y demás ciudadanos que conforman la Gente que Construye; las masivas movilizaciones en dilatadas y recurrentes caminatas “han convertido calles, plazas, avenidas y hasta autopistas en tribunas de pensamiento y territorios de encuentro para la celebración de una conciencia cívica2. Se trata de un proceso al que innegablemente asistimos todos en el actual panorama y que por demás exige una toma de posición ante el debate y ante el modo de inserción en el mismo. Para quien camina desde su hogar hacia una manifestación de calle, se aproxima en vehículos automotores o de tracción, transporte público, es invitado desde el interior del país o simplemente lo observa desde su vivienda o como miembro de la calle al margen de la participación; la vivencia espacial y su percepción son disímiles y con ellas su conducta.

El acto de cubrir las Estatuas ilustres de Caracas y otras ciudades del interior del país con máscaras anti-gas revela un acercamiento y reconocimiento a los monumentos y espacios públicos de las urbes. En consecuencia, su ulterior gesto de apropiación, al nivel de elegir incluso hospedarse en ellos. Estas intervenciones en espacios urbanos rescatan la participación e identidad de sus habitantes como valores imprescindibles en la concreción del tejido social.

Por otra parte, la violencia civil contra y entre manifestaciones políticas de calles refleja en su mayoría, más allá de la intolerancia e irrespeto a la divergencia, una respuesta al sentimiento de amenaza a la integridad ciudadana –nuevamente expresada en su doble acepción; y particularmente frente a la delimitación territorial que recientemente se desdibuja dentro de una organización social, políticamente cambiante.


Ante una cotidianidad interrumpida, de agendas trastornadas e itinerarios variables tanto como inciertos, cabe retomar el planteamiento de Sert hacia la ciudad funcional:
“El tiempo libre que nos da la máquina no solamente libera al hombre moderno para los deportes y excursiones de fin de semana: también lo libera para una más completa participación en actividades políticas y culturales, mientras que éstas estén planificadas adecuadamente y relacionadas con el resto de su existencia”3. Ahora bien, en un lapso temporal donde ese ‘resto de la existencia’ es monopolizada por la noción política, requiere que la creatividad liberada en la búsqueda de vías de escape al tedio, hastío, ansias y temores que embargan a la población no se transforme en paranoia colectiva y medidas de defenso-agresión en un asombroso despliegue de ‘organización y solidaridad vecinal’. Muy por el contrario permitirle sanas maneras de expresión y vivencia de nuestro territorio y sus demostraciones culturales, en las cuales recobra importancia el espacio público urbano-rural. Tal es el caso de parques, plazas, paseos, jardines, plazoletas, bulevares, que pueden ser reconquistados en la medida que sus habitantes opten por rescatar su pertenencia.


En el marco de la participación y encuentros ciudadanos, Otrova Gomas nos narra un “Concierto de la Av. Urdaneta” que evidencia la ineludible interrelación entre los individuos y demás entes sociales que conforman una ciudad:

“....ayer tuvo lugar en la sala al aire libre del centro de Caracas el Concierto para Tráfico Congestionado N° 5 para mil quinientos carros andando, cornetas, seis autobuses, dos manifestantes, mil buhoneros, una ambulancia y dos patrullas de policía. (...) El candor de las cornetas desesperadas de un autobús apartando a unos peatones imprudentes dio inicio a la entrada total de la orquesta en un estallido generalizado de desesperación, (...) Un pianíssimo de buhoneros amenazando a los peatones que les tropezaban los corotos hizo resaltar las dotes del policía director, (...) Un fortíssimo de cornetas, timbres de heladeros, frenazos y baladas de buhoneros y el coro de los manifestantes, hizo vibrar el teatro al aire libre, (...) Finalmente, en un andante molto vigoroso, centenares de conductores, peatones y buhoneros repitieron la misma melodía inicial, cada uno a su estilo, hasta que el sonido de tres motocicletas y el canto repetitivo de las dos patrullas al fondo hizo finalizar la bella jornada musical.”

.....Porque Ciudad es música, poesía, teatro ..concierto, desconcierto y aroma.. ¿o acaso alguien no se ha percatado que hasta el olor de nuestra ciudad ha cambiado? ...


Resulta imperativo por sobre el desenlace de las circunstancias inmediatas actuales, la continuidad de la creciente evolución de una conciencia ciudadana; en tanto de ella derive la participación socio-política que nos involucra directamente en el desenvolvimiento de la sociedad y más aún, en el desarrollo de la ciudad misma, en la cual, ya sea como habitantes o bien como profesionales al servicio de la urbe, tenemos la responsabilidad de modelar y consolidar.

Sólo cuando seamos capaces de habitar podremos construir”. Sentenciaría Heidegger.






Referencias

  1. Martín Heidegger, Construire Abitare Pensare (Bauen Wohnen Denken) en Saggi e Discorsi, Mursia, Milano. Editore ADV, Lugano 1993. Traducción: Fabiola López Durán.
  2. Gente que Construye, “Manifiesto por una Ciudad Para Todos”, Caracas 09 Enero 2003. /Subrayado de la autora.
  3. SERT, Joseph Louis, citado en HERNÁNDEZ, Sarah. Artículo: “La ideología Americana y el CIAM de Posguerra”, 1995. /Subrayado de la autora.