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El chavismo en un teclado (o el cómo se pierde una amistad por intereses políticos)

 

     «¡Ya va! Estoy confundida ¿Tu estas a favor del facista mama guevo que anda en carro al lado de una escuela de niños? No me asustes…
Esto es impresionante… Tu minoria capitalista o mejor dicho tu minoria pobretona con aires de millonario en la concentración de la avenida bolivar me dieron pena… Solo habia racistas, clasistas, con complejos de ricos, dan ganas de reir… Ahhh y te recomiendo que vengas al pais para que veas que lo que dicen es mentira. Caracas esta hermosa. Mirala y luego opinas…
…Y disculpa si mis palabras te ofenden. Adios. Pero la falta de solidaridad y de la humildad de mis conocidos me da grima…»

Vaya. A ver, ¿qué hora es?  Las dos y catorce de la madrugada.  ¿No es muy tarde –o muy temprano–, para estar tan virulento?, ¿para pisotear de esa forma el legado de Cervantes y Bello?  Ni-un-acento…  ¡Caramba!  «Mama guevo»…  «Facista».  Nuevo movimiento nacionalista y totalitario creado por una persona que no entiende ni el latín, ni el italiano…

¿Qué?  Lo siento mi amor, mi teléfono no deja de mandarme alertas.  Sí, sé que es muy tarde, que mañana es un día laboral…  Uh-hmmm: «debo dejar de ser una lisiada tecnológica y aprender a bloquear todas las alertas del Facebook»…  Ajá: «del Facebook en época preelectoral».

Ah, vamos Irina.  Cierra la puerta, enciende la luz y estrújate los ojos.  ¿Por qué no vas a la cocina a prepararte un té de manzanilla con cáscaras de naranja; ése que a ti tanto te gusta?, para que por lo menos puedas leer los ¿dos?, ¿tres?, no, cuatro correos que te mandaron con el cuerpo tibio y la mente despierta; ése montón de rosas y olivos escritos que seguramente están aguardando un clic para ser lanzados.

     «No te voy a bloquear… Si supieras la cantidad de enemigos que tengo agregados a mi Facebook y ni pendiente… Si entro o no a tu sitio, no lo hago o dejo de hacer porque sea importante o no… No hablo de política obsesivamente, aunque se que lo creeras asi porque no lo entiendes y esa es tu respuesta ante algo que no entenderas…

No te lo critico y si supieras hasta lo comprendo… Si defendiste a un gay deprabado cocainomano, aunque lo niegues… Y ahora te doy mi cortito análisis… Para mi tu rabia a Chavez… Si rabia, tus palabras denotan rabia (creo que la obsesion viene por otro lado), en vista de que una parte de tu familia es chavista y esa es tu manera de demostrale el rechazo que tienes hacia ellos…

Y se que no entenderas esto, pero las personas humildes, que somos solidarias no nos mueve la obsesion sino la cosnciencia política… Gracias a dios hoy en dia estoy consolidada con un hombre inteligente al lado que es mi pareja, tengo mi propio apartamento, dos buenos empleos, y en espera de que me den mi titulo… Asi que te recomiendo que esa percepción que tienes de mi la borres y te busques otra. Un abrazo que estes bien. Ahh y no te voy a borrar, ni bloquear, porque estoy haciendo cosas mas productivas».

Como diría una de mis tías católicas de Maracay: «¡por los clavos de Cristo!».  ¿Quién fue la dulzura que me escribió todo esto?  A ver, ¿quién fue la persona que, menos mal no es psicótica, ni sufre de impulsos incontrolables, pensamientos desorganizados, la «solidaria» con todo el mundo menos conmigo?

    Rummm, rummm.  Cursor arriba, cursor arriba, cursor arri…

Firma: «Mengana de tal».

Pupilas dilatadas.  Taza que se coloca de pronto sobre el escritorio.  Puño sosteniendo la carga del mentón.

Mengana de tal, diecinueve años de afectos.  Mengana de tal, conjunto de short y camisa de lino amarillo que le sonríe benévola, con sus dientes blanquitos, a la jovencita de 16 años y pocas carnes que entró a la clase de Metodología I como oyente.  La que de verdad deseaba saber si quería vivir de la Comunicación Social.  Mengana de tal, aura de mamá gansa, mete a la pollita bajo su ala y le muestra lo que es echarse a parpar música en Tierra de nadie.  «Welcome to the jungle, we got fun ‘n’ games / We got everything you want, honey we know the games».

Mengana de tal, de allí para acá tantas cosas, candidata a madrina de uno los muchachos que no quisiera tener.  «No, Iri –manos horrorizadas sobre la cabeza–.  ¿Te imaginas tú y yo llenas de carricitos?».  «No.  Me imagino vieja, rica y feliz, gastándome la plata en un bingo».

Risas.

«Te voy a dejar algo claro… Tu y tus sifrinos baratos, con complejos de billetuos… Estan votando porque: mis padres le quiten la comida diaria… Tus pobretones con complejos de millonarios están votando por el que me suban las tasas de intereses de mis tarjetas de credito, del credito de mi apartamento, de mi credito de automóvil, etc… Tu y tus miserables acomplejados porque no tienen un yate, etc, etc, están votando por el que muchos chavistas puedan suicidarse como lo esta haciendo la gente en España… Amiga, despierte no es un partido, no es un tipo que se cree rey de un pais, no amiga. El análisis no es tan simplista… El que vota por el tipo que tu estas defendiendo esta en contra de mis intereses de mi vida diaria… Ojala puedas entender esto y no haya hecho tanto efecto en ti la patética sociedad norteamericana… Adios… Y te aclaro, no es la mejor amiga con ideología que se va a volver contra ti… Gracias a dios la ideología es la que ha formado mi caracter… Que lastima que otras no tengan ninguna ideologia».

Dedos sobre los labios.  Mirada de asombro.  ¿Cómo llegamos a esto?, ¿cómo puede estar decidida a convertirse, a convertirme en un cliché histórico?…  Tanta educación para venir a repetir el arrepentimiento que hizo famoso a otros siglos, a otras tierras.

No, por favor, no lo hagas Mengana de tal.  Nuestras consciencias pasarán a ser migas de vergüenza de aquí a unos cuantos años.  Esto es un lujo que no se le otorga al ego de ningún politiquero.

Irina, reacciona, haz algo.  Escríbele algo.  Sacúdela, pregúntale si cuando la vida –la ¿mala conocida?, no queda otra por conocer–, le depare una caída, ¿Chávez va a estar allí para decirle «¡a la mierda todo!  A esa roncha tuya la vamos a invitar a pasear y a comer, ya que a ti no te gusta beber»?  ¿Si Capriles estará a mi lado cuando yo sí acepte cambiar la cena por una botella de un buen ron?

Intenta hallar a tu amiga, ésa que seguro está por ahí, en los puntos suspensivos o en alguna coma…  Bueno, tampoco te engañes, en esta caravana de insultos, tu Mengana de tal no está ni en la virgulilla de alguna eñe; pero debe estar afuera, por algún lado.  No estamos hablando de poca cosa, sino de 19 años de amistad.  Eso es un hombre o una mujer que ya hace la carretilla, toma, vota y ya puede manejar.

Explícale que está cayendo en una psicosis preelectoral, que no es de sensatos dejarse llevar así por un impulso, uno que al parecer no tolera el derecho de otros a tener una opinión opuesta.

Anda.  Escríbele algo.  Intenta a toda costa que Chávez y su famoso dedo obeso metido en la llaga de la exclusión y los complejos personales, no logre oprimir tu vida sentimental.

«Disculpa que sea tan clara, pero siempre lo he sido y si veo mas alla de los que los demás no ven no puedo quedarme en silencio…
Muy sentidas tus palabras de tu ultimo párrafo, se que es asi, y también de mi parte tengo mucho que agradecer… La amistad… Pero la verdad es que no puedo callar ante las injusticias y me pareció injusto que estuvieras contandole votos a ese marico, y no por marico, sino por deprabado y que pretende conducir los destinos de este pais… Me parecio injusto que te enternecieran esa mugre de mierdas que, aunque hay muchos negros, y de todos los colores, ven con asco algún otro negro o negra pobre… Hablo de tu minoria de inveciles que siguen al marico cocainómano… No tu Irina, una tipa inteligente… Entendia que no te guste Chavez, ya sea porque te parece tierruo; o porque te parece que es un dictador y un corrupto (discrepo de eso), pero ese ha sido el único presidente que ha hecho mucho por el pueblo , ojo no justifico el robo, pero nunca voy a dejar de ver lo que ha hecho y es muchisimooooo… Entiendo que no te pueda gustar chavez pero no entiendo que estuvieras cuidandole los votos a ese cabron… Eso si me decepciono… Disculpa pero soy sincera…»

Dicen que la madurez es la capacidad de mantenerse humilde durante el éxito y digno ante la derrota.  Ay Mengana de tal, qué decepción.  El miedo a perder todo lo que has logrado con favores políticos te ha enceguecido como al toro.  Clavas las pezuñas contra el teclado, una, dos veces, como si fuera la arena de la Plaza «César Girón»; me brames a mí –la única amiga que te quedaba, como muchas veces me repetiste–, y me apuntas tus cuernos, como si mi derecho a discrepar encarnara la capa más el estoque.

Ahora entiendo aquella confesión: «Iri, gané tantos dólares viajando con Chávez que me volví una compradora compulsiva.  Tengo dos neveras, dos cocinas, dos televisores…»  «Te informo estoy en la lista de espera que creó Juan Barreto para darle apartamentos expropiados a los periodistas oficialistas que los necesiten (…)  También tengo la opción de comprar el lugar que estoy alquilando, porque Chávez cambió la Ley de Arrendamiento y ahora obliga a los propietarios a vender después de un año de alquiler». Y yo ahí, escuchando cómo «dólares, dólares, expropiado, expropiado, obliga, obliga, obliga» rebotaban como balones dentro de mi cabeza.  El róbale a otro sus años de trabajo, de esfuerzo, de hacer las cosas bien y dámelo a mí, que nada he ahorrado y que todo lo he derrochado, pero que siempre votaré por ti.

Yo tragando grueso.  Haciendo una de esas caligrafías mentales de cuadernos doble línea: «es tu amiga.  No la juzgues, por favor.  Es tu amiga.  No la juzgues, por favor.  No la…  Por favor.  Por favor.  Por favor».

Arquitos temblorosos en las comisuras de los labios: «Mengana de tal, ¿viste Sex and the City?, ¿la película?  Yo la odié, sentí que perdió la travesura de la serie.  ¿Y a ti qué te pareció?».

Me gritas vacía, poco humilde, persona incapaz de sentir empatía, solidaridad, de tener rabia porque mis problemas familiares los reflejo en Chávez y, de apoyar entre otras muchas cosas a racistas que no les gusta la gente negra, y más si esta es pobre; también me llamas enemiga.  Lo disparatado Mengana es que a la vez corroboras que lo único significativo son los lucros de tu vida diaria: los bajos y complacientes intereses de tus tarjetas (plural) de crédito, los de tu carro y apartamento, además de mantener tus dos empleos progobierno.

Mi querida Mengana, lamentándolo mucho, tus embestidas no te dejan ver que fracasas en tu intento ingenuo de imponerme el movimiento romántico chavista, porque peor embajadora éste no pudo tener.  Tu dogma, Mengana mía, no es otro que la adquisición de bienes capitalistas a través de un gobierno corrupto, militar y comunista.  Así te empeñes en pronunciar la palabra «pueblo» y con ello le pongas bolsitas de té negro a la mente para desinflamar un poquito la consciencia.  Dime, ¿cuántos años tienes estudiando Comunicación Social?  ¿Es de altruistas retener durante dos décadas un cupo universitario que pudo servirle de boleto al progreso a veinte estudiantes de bajos recursos?  ¿Cuántas veces expresaste en estos mensajes, sin rubor, tu homofobia?  ¿Y ¿cómo le puedes pegar a otros la calcomanía «racista», si tú siendo negra, ves en todo lo blanco lo bello?: «Iri, fui a La Habana.  ¡Los hombres allá están buenísimos!, no como dice mucha gente que lo que hay es puros negros.  Yo sólo vi tipos altos, blancos, y más de un rubio».

Lo intenté Mengana, en dos días de correos lo intenté, pero la exhibición de un trastorno obsesivo-compulsivo en forma de múltiples, insultos, amenazas en cada una de mis direcciones electrónicas, me informaron que resolviste convertirte en mensajería basura, no solicitada.

Mengana, me despido de ti, triste, intentando asimilar todo este sinsentido.  Aceptando que la divulgación del tarjetón electoral donde le explicaba a la gente cómo votar por su candidato sin pisar cepos, ocasionó la desaparición de ese tarajallo de 19 años que era nuestra amistad.  Tú bien sabes, tú que me has visto marchar desde los 16 años en contra de todos los malos gobiernos, que siempre le he tenido miedo a la sumisión mental que instaura el culto a la personalidad, y sin embargo aquí te tengo, quitándome a la fuerza tu cornamenta por cumplir con nuestro deber como periodistas: informarle a la población sobre la creación de una resolución antidemocrática, de esas que multiplican votos nulos para falsear la voluntad de tu pueblo.

Mi frase sabia en el paredón de racquetbol de la UCV: te convertiste, me convertiste en la migaja de una vergüenza futura, en la línea de un párrafo de un penoso capítulo de la historia venezolana.  Te dejo doblegada, temiendo todos los días perder uno de tus trabajos, con una jefa reclamándote el no haberle amarrado los zapatos a Hugo Chávez cuando se les desataron en una gira internacional; sin descifrar cómo puedes sacrificar tus seres queridos por algo así. Me despido muy, pero muy dolida Mengana ex mía, convirtiéndote ya mismo en recuerdo.

Imagen: Photo-Transformation, de Lucas Samaras. 
Texto publicado en http://capinmelao.blogspot.com

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