Esa va a ser mi consigna ahora: estar en ese renglón poco llamativo de las encuestas de «No sabe/no responde». Más por no querer responder que por no saber. No quiero comulgar más con las divisiones, los enfrentamientos, las opiniones lo que hacen es separar, dañar, romper. De ahora en adelante, a cualquier interrogante que me hagan con respecto a un tema polémico (política, religión, ideología) mi respuesta será «no sé» o el silencio. Me tiene realmente agotado estas confrontaciones políticas de los últimos días, como busco la paz prefiero estar en silencio, así me llamen pusilánime, tibio o gris. Yo me dedicaré a lo que debería hacer: tratar de hacer el bien, no hacer el mal y purificar mi corazón, lo demás es accesorio.
Como este post lo publiqué en mi perfil de facebook, agrego un comentario de un amigo, que completa muy bien lo que quiero decir:
El silencio cargado de integridad, de verdad, de amor, de perspicacia es certero, ¡¡estruendoso!!… y vigoroso… Nada pusilánime. Es una forma de comunicación que requiere coraje y sabiduría, y que por cierto no está muy de moda, porque la mayoría de los que creen saber, en su ignorancia, sólo ostentan opiniones parciales, y percepciones distorsionadas que para imponerse se basan en la agresividad, nunca en el argumento respetuoso y bien razonado. Se puede ser apasionado del silencio.