Mis recuerdos son vagos, mi madre con una malla azul, sobre una estera, poniéndome de cabeza. Quizá tenía unos cinco años cuando eso, probablemente mis primeras incursiones en el Yoga.
Ya un poco más grande, veía al Yoga como algo raro, donde se ponía...
¿Por qué no creo en los guapos del teclado?
Fácil, el mío, porque yo fui uno en el pasado, cuando escribía con otro nombre, disparaba a mansalva y me escondía en la comodidad del anonimato.
Así libraba batallas desiguales, donde unos daban la cara y yo...
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