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DESautorizados (2010)

NOTA: en esta reseña se revela la trama de la pelicula


Como José Ramón Novoa en Un Lugar Lejano (2009) (Sicarios 1994, Garimpeiros 2000, El Don 2006) , Elia Schneider (Huelepega 2000, Punto y raya 2004) intenta marcar distancia con el cine latinoamericano de violencia y denuncia social para dirigir una aventura más personal. DESautorizados es una película, -iba a decir historia, pero no quiero- sobre la creación narrativa, a la vez que un experimento del narrador uruguayo Fernando Butazzoni, autor del cuento en el que esta basada Un Lugar Lejano y coescritor de los guiones de ambas películas.

La narradora (Elia Schneider) tiene como personaje a Elias (Eric Wildpret), un escritor bloqueado que no puede darle forma ni a su trabajo ni a su vida, y la única forma de ponerlo a trabajar es quitándole la libertad encerrándolo bajo la vigilancia de los gendarmes cubaniodes del importador de prótesis Bruno Da Mata (Rafael Uribe), protector de Andy (Albi De Abreu), actor principal de la obra de Elias y primer interesado de que el escritor termine su trabajo. Elias escribe de acuerdo a los requerimientos del mecenas una historia colorida y feliz, como consecuencia los personajes se le rebelan. Nina (Samantha Dagnino), se queja del nuevo curso de la obra y confronta a su autor y a la actriz que la representa en defensa de su amor (Juan Carlos Alarcón) borrado del cuento. Vincent (Eric Wildpret) alterego fasistoide del escritor ha salido del drama para formar parte del grupo de gendarmes de Da Mata y Elias lo golpea en la cara. A la final Elias es redimido por todos los fantasmas chamuscados de su bibioteca y sus escritos, quemados en un ritual que lo lleva al suicido y lo despierta en un nuevo e incoherente amanecer donde se encuentra con su autora Schneider quien lo espera riéndose de nosotros, sí de los espectadores del film en una sala vacía, que hicimos varias colas, gastamos en entrada, cotufa, estacionamiento y de paso nos calamos esta larga tontería.

Porque es una tontería? Bueno lo de siempre, los diálogos son muy tontos, no solo las partes que la narradora nos dice que van a ser tontos sino todos señora narradora, el de Dagnino con Dad Dager es el rey de los tontos, la edición de la imagen es casi insoportable, colores kitch que recuerdan a iconos kitch como Sr Presidente (2006) o 13 Segundos (2007), el kapow bang plam de las peleas es demasiado tonto, las canciones del trio con pelucas de nifu-nifa tontas espantosas, los personajes, todos los personajes que al final nos tira encima a manera de expiación de semana santa, sra narradora, todos son muy tontos y lo peor es que no hay risas, ni continuidad, ni los cuatro peos del cubano gigante. Autoayuda para retardados mentales la del uruguayo este, que en una de intensidad nos quiere aplicar otra de Verfremdungseffekt y la única “reacción critica” del publico que puede lograr es que le tire las cotufas en la cara al pobre guevón que te despide con el pipote de basura al final de las escaleras.

Se salva la acuación de la debutante Samantha Dagnino en su papel de tonta galatea y como siempre la de Eric Wildpret que interpreta a los pseudointelectuales patéticos al pelo. Se salvan las referencias al teatro vacío, premonición acertadísima sobre el destino de la cinta intertextual. Se salvan las partes que sugieren que el tema de la película es la autocensura de los realizadores que se abstienen de escribir historias de realidad y critica social en busca de presupuestos del gobierno que no le interesa que se hable de secuestros express, huelepegas, delicuentes ni cangrejos, lamentablemente esto nunca se sustenta.

Es interesante ver una pieza de cine experimental en cartelera, experiencia que parece posible solo si se trata de producción nacional, en ese sentido Schneider cumple con llenar un “vacio” en una cartelera reservada solo para el cine espectacular de Hollywood.

Lamentablemente DESautorizados no satisface las expectativas del publico afectado por ese “vacio”, ya que conserva todos los defectos del cine hollywoodense y deja por fuera cualquiera de sus meritos técnicos. Lo peor de la película es que trata de ofrecernos una alternativa fresca, innovadora, irreverente y la narradora organiza el discurso con una voz en off de lo más tradicional, trillada, repetitiva y sumisa; dándole palo cochinero al fallido “experimento”.

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