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La Caída de la “movida” electrónica en CCS

En los noventa, la música electrónica era sinónimo de ilegalidad, desafío a la norma, promesa de cambio, underground y hasta resistencia cultural de cara a la hegemonía del merengue y la salsa erótica en radio, prensa y televisión. O escuchabas la Lluvia de Eddy Santiago por Sábado Sensacional o tripeabas en el Túnel con el techno de Jhonny Ferreira, bajo la compañía incondicional de sus groupies de Plaza Las Américas, al calor de los perfomances de Stayfree con la Biby. Odiábamos a Diveana, adorábamos el acid house de “Party Junior”. Así de simple.

20 años después, la situación es completamente diferente.Atrás quedó la época del ecstasy, el desgobierno, el mercado negro, el negocio clandestino y el descontrol de la movida puki puki.

Sin querer queriendo, Carlos Flores lo anticipo en su crónica despiadada sobre el rave de Patanemo(el principio del fin y el réquiem por el sueño de mi generación).La “Temporada Caníbal” había llegado a su fatídico desenlace.

A partir de ahí, ya nada sería lo mismo ante la inevitable decadencia del credo neohippie en boga: el famoso P.L.U.R.( Peace, Love, Unity and Respect) profesado por la feligresía y el apostolado de semejante religión pagana.

Desde entonces, la escena alternativa de la noche “trance” sucumbe y cede al chantaje del esnobismo desesperado,el fashionismo farandulero, la echonería de la crónica social, el materialismo histérico, la corrección política y el show bussines de la ambición corporativa en la llamada ciudad de lo glam.Una verdadera impostura, un increíble teatro del absurdo digno de ser amenizado por la diyei del momento: Titina Penzini, ayer dama de alcurnia, hoy emblema de la curiosa domesticación ,asimilación y reivindicación del oficio del pinchadisco, aunque ella de scratchs y de mezcladoras sepa bien poco. Por fortuna, dicen sus amigos, cuenta con la asesoría de David Rondón, quien tampoco convence a la crítica especializada, salvo a la promovida por la revista “La Dosis”.

En cualquier caso, los dos son la punta de un iceberg bipolar a cuyo derretimiento y deconstrucción nos abocaremos en las próximas líneas. Bienvenidos a la segunda parte del Titanic, con Leonardo Di Caprio y Kate Winslet, a bordo de una embarcación rumbera en vías de encallar. Un barco borracho de gloria destinado a naufragar con la depresión. Una burbuja a toda marcha y a toda vela. Conozcamos al resto de sus tripulantes encargados de hacer sonar sus instrumentos con fuerza, para disimular mejor el hundimiento general. Poseidón allá vamos.

Mujeres y niños primero

En apariencia, el buque se maneja solo y nadie lo dirige. En realidad, sus capitanes de “Mar y Tierra” permanecen ocultos como los señores de las sombras, los vampiros y los titiriteros de un espectáculo infantil de desvelo. No revelaremos nombres, para evitar daños colaterales y represalias mayores, pero muchos de ellos oscilan entre la cuarta y la quinta, el PSUV y la oposición, cual ejercito de camaleones disfrazados de corderitos empresariales.

A corto plazo, su proyecto es conquistar espacios,mantenerse a flote y sobrevivir al colapso, a costillas de la imagen de sus marionetas de lujo. Es decir, del look y de la fotopose de las megadivas de la función;meros señuelos de la pesca de arrastre en el mar de la felicidad, donde se reserva el derecho de admisión y obligan a la concurrencia a tomar vodka siberiana a la temperatura tropical y playera de cualquier local de moda(por ejemplo, Barra Bar).

Tamaña contradicción es directamente proporcional a la estatura moral de las carnadas en juego, las bautizadas y mal llamadas por el gremio con el calificativo pretencioso de “selectoras”. Puras y simples consecuencias de la crisis, pompas de jabón a precio de saldo y demás yerbas prefabricadas en laboratorios de diseño, tras el declive del suceso de las minitecas, luego de la reducción de personal a través del simulacro del discplay con su respectivo hombre orquesta, y después de la larga desinversión sufrida por el sector, a raíz del viernes negro. En dos platos, el caldo de cultivo afiliado al empobrecimiento de la oferta y la demanda en el mercado de Le Club, 205, Discovery,Sake y Sawu( alias Pavu).

De allí la necesidad de recurrir y acudir a la operación de salvamento garantizada por el combo económico de las “Fantastics Biches”, “Las Chesse Tris” y compañía. A continuación procederemos a desnudarlas en vivo, junto con sus compañeros de pasarela y de reparto.Prepárense para disfrutar del último sucedáneo del Miss y el Mister Venezuela.En una noche tan linda como ésta, cualquiera de nosotras y nosotros podríamos ocupar el puesto de Trujillo. Incluso Osmel Souza.

La nueva gala de la belleza

Incorporación es el proceso según el cual un grupo, subcultura o formación discusiva que un tiempo existió fuera de la cultura hegemónica y en oposición a ésta(la formación discursiva dominante), es absorbida por dicha cultura y queda neutralizada, pasando a formar parte de aquello a lo que antes se oponía.

-Jeremy Gilbert
Cultura y política de la música dance.


Para entender el estado de las cosas y la gravedad del asunto, apenas basta con extraer, fuera de contexto, un par de sumarios redactados a los trancazos por los editores de la página Sinflash.com:

El martes 17 de marzo Privé ofreció una rumba súper chic donde las mezclas electrónicas hicieron de las suyas en lo que denominaron “Models & Music”, y donde las Dj’s MEG y Angélik ofrecieron lo mejor de sus repertorios.

El pasado 30 de abril se llevó a cabo la primera edición del ‘Celebrity Sessions’ los cuales son un nuevo concepto de eventos donde diversas figuras públicas se convertirán en Dj’s por una noche. En esta primera ocasión, el turno fue para el modelo-animador Ernesto Calzadilla.

Y la lista pica y se extiende a la zaga de Mariela Celis, Camila Canabal , Patricia Fuenmayor y Osman Aray. Lógicamente, la farándula ataca al medio y el medio ataca a la farándula por razones de índole pragmática, al margen del arte, la experimentación, el ensayo y la investigación. En su lugar, impera el reinado de la banalidad egocéntrica impulsada por el Ipod, la improvisación, la desinformación, el autodidactismo desafortunado y la frivolidad característica de la plantilla de invitados a la Guerra de los Sexos.

Pronto, Chiqui, Viviana y Daniel se sumaran a la cruzada por destruir el legado de los padres fundadores del género en Londres, Nueva York, Chicago, París, Buenos Aires y Caracas.

En paralelo, el mainstream criollo fagocita el desarrollo del espectro alternativo, al firmarle un cheque en blanco a cambio de su alma, de su integridad, de sus principios y de su espíritu independiente.

Por ende, la norma consiste en venderle el alma al diablo, por unas cuantas monedas, para alcanzar el sueño y la fantasía nacional de Latin American Idol. Es el empeño de buscar los quince minutos de fama al precio de la traición de Judas y al costo de trabajar como mercenarios al servicio de las experiencias rojas, blancas y negras patrocinadas por tus marcas favoritas.

Por defecto, la publicidad y la propaganda condicionan la evolución del fenómeno, transformándolo en un apéndice del relacionismo público, la seducción por el encanto de lo cool y el lanzamiento de campañas de persuasión oculta, a la luz de la programación sofisticada de la quinta Los Chorros, nuevo templo del trasnocho a ritmo del sampleo inofensivo y asimilado de costumbre.

Nadie quiere desafinar. El miedo, la inseguridad y la complacencia imponen la regla de etiqueta. El excesivo afán en la escogencia del vestuario, la formalización de la irreverencia y el cuidado metrosexual en los detalles, marcan las pautas conservadoras de urbanidad y comportamiento.

Olvídense de la época de bailar sudados sin camisa, con una botellita de agua, a la espera de la llegada del sol. Lo actual y lo vigente es exhibirse con gusto y de punta en blanco a la usanza de Kanye West, Timbalad y Justin Timberlake, a base de bufandas, lentes oscuros, pantalones ajustados de colores y botines ochentosos de la Nike.Se trata de embelesar a la audiencia con el lenguaje del éxito y la retórica de la demagogia populista auspiciada por la cadena MTV, a efecto de promover el consumo y adormecer el incentivo propio de la juventud. De igual modo, los rebeldes sin causa de myspace prestan su físico y su repertorio,para legitimar el establishment y el régimen de los logos, en la creencia de aproximarse a los linderos de sus referentes auditivos, de Justice a Daft Punk.

Legiones y legiones de imitadores de sonidos procesados y looks abandonados en el extranjero, surgen a destiempo y sin identidad a la sombra del narcisismo digital de Facebook, con la disposición de venderse rápido al peor postor. Los niños terribles de ayer son los especuladores obedientes de hoy.

Paradójicamente, dicho conformismo se alimenta del deseo hedonista de romper con los atavismos, acabar con los trapos, echarse tragos y salir de conga a probar suerte. El problema llega cuando descubres la realidad detrás de tu ilusión de desahogo y esparcimiento libre.

En adelante, comienzas a recordar los ecos de The Matrix,1984, El Mago de Oz, El Mundo Feliz y de las distopías totalitarias de un futuro demasiado cercano a nuestro circo de variedades. El presente perfecto, de ludismo y evasión, para consagrar en el poder al gran hermano de Miraflores. Aunque usted no lo crea, Hugo Rafael también sueña con un rebaño de ovejas electrónicas. Buenas noches y dulces pesadillas.

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