Esa noche me pregunto.
¿Estoy solo?
¡No!
Me respondo.
Hay una gota cayendo desde algún incierto lugar,
El chillido estrafalario de un Pavo Real hasta mímica distancia,
El esbelto olor de arepas en un budare sin denotación.
Y follando entre mis nalgas
El zumbido núbil,
La llegado de un extraño, extranjero o desaparecido.
Empiezo aclarando que no soy para nada experto en la materia y que, como casi todos, fui bautizado sin que se me preguntara si estaba de acuerdo. Pataleé, lloré, opuse resistencia; pero al final terminé sumergido de todas todas en el agua “bendita”. Es...
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio asumiremos que está de acuerdo.Estoy de acuerdo