Si no hay denuncia, el delito no existe: Sobre Gabriela Ramírez y la sociedad desorganizada.

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LA OPOSICIÓN SE MANIFIESTA Y TODOS RECHAZAN LA VIOLENCIA EN VENEZUELA

Realizando un bosquejo mental de la situación del país tomando en cuenta todo lo ya conocido, vivido y debatido durante estos 15 años de “revolución” y especialmente las características del entorno guarimbero de los últimos 20 días, podría decir que el venezolano –tanto chavista como opositor- carece aún de una madurez política en la praxis de la democracia. En otras palabras, no sabemos con qué se come esto.

Me explico. Venezuela es un país cuyos regulares y medianamente responsables votantes están polarizados en proporciones casi exactas. Están los socialistas, que apoyaron a Chávez y ahora apoyan a Maduro (en parte, los números lo demuestran) y la oposición. Esta última carece de líderes estables y contiene dentro de sí múltiples corrientes y opiniones diferentes. Pero fuera de estos radicalismos, de esta necesidad imperativa de tomar partido por alguno de los dos bandos existe el venezolano común –no utilizaré el argumento clasista de “el venezolano de a pie”-, el ciudadano trabajador, sea cual sea su status social. Este es el venezolano que afirma que si no trabaja no come, pero bien puede dejar de comer literalmente o no. Es gente que le afectan los problemas del país igual que a todos pero no sale a guarimbear porque está dentro de su zona de confort y no quiere salir.

Cuando líneas arriba me refería a la ignorancia del concepto de la democracia quise decir que a pesar de todos los atropellos, de que Chávez estaba acostumbrado –mal acostumbrado- a expropiar edificios, proclamar leyes y elegir funcionarios con una voz de mando militar, a dedo, la oposición se sumergió en su descontento cómodo sin hacer nada realmente inteligente para combatir un sistema cuya fachada es democrática. Ahora tenemos un presidente que nos hace sentir pena, primero por él, por su nivel intelectual tan bajo y segundo por nosotros, porque ese pintoresco personaje es el Primer Mandatario de la República y estamos bajo sus órdenes. ¿Qué hace la oposición? Explota en violencia –la mala manera, la mal educada- porque este peo ya no se aguanta. La oposición siempre ha pagado los platos rotos de sus enemigos, por supuesto, pero también los suyos.

Así llevamos estos 15 años de sufrimiento causado por nuestros adversarios políticos y por nosotros mismos, solo porque no hemos aprendido a utilizar inteligentemente los mecanismos de organización social que nos brinda la constitución. Captemos algo: Los chavistas no se sienten oprimidos porque gran parte de ellos quieren que se sigan implementando estas políticas en el país y se mueven para hacerlo. Ellos están organizados más allá de sus convicciones. Y con decir que están organizados no me refiero a que todos se pusieron de acuerdo para marchar con el logo del Psuv pintado en la mejilla. De verdad hay gente en la base del chavismo que ha trabajado por el barrio sin creer en los burócratas de su gobierno. Que su lógica comunista haga muy endebles sus proyectos es otra cosa, pero el trabajo existe y los pasos se han dado.

Paréntesis

Sé muy bien que aquí no hay instituciones independientes de los intereses del partido de gobierno. Incluso el CNE es complaciente con el gobierno en todo momento. Sin embargo, me parece importante hacer un comentario en defensa de la Defensora del Pueblo. En esta rueda de prensa sobre la actuación de la Defensoría del Pueblo durante los últimos días, Gabriela Ramírez hizo una aclaración sobre los términos jurídicos de tortura y uso excesivo de fuerza, diferenciándolos en que la tortura consiste en un fuerte daño a la integridad física o psicológica hecha a una persona “para obtener una confesión” (sic), mientras que el uso excesivo de fuerza ocurre por ejemplo, cuando un Guardia Nacional hace uso desproporcionado de la fuerza física para aprehender a algún manifestante, como ha sido lo normal durante estos días. Incluso se ha causado la muerte a algunos manifestantes por la brutalidad desatada en las filas de la GN. Todo esto causó un revuelo bastante molesto en las redes sociales porque se malinterpretaron sus palabras, pero a conveniencia de la lucha opositora.

Quiero aclarar que no estoy reivindicando a Gabriela Ramírez de ninguna forma y mucho menos a la GN -ellos tienen mi absoluto desprecio y asco-. Me gustaría pensar que Gabriela tiene nobles intenciones de ayudar a todos los denunciantes de los abusos, aunque seguramente tiene su faceta de boliburguesa también.

Es fundamental la no confusión en los términos. La Defensoría del Pueblo y los organismos de seguridad del Estado no están en el deber constitucional o legal de atender casos que no son denunciados. Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y la Defensora del Pueblo pueden estar viendo los vídeos donde sus esbirros reprimen brutalmente a la población, a lo mejor hasta se ríen y comen cotufas, pero no están en obligación de administrar justicia hasta que tengan el documento de denuncia en sus manos. Crimen que no se denuncia, no existe para el gobierno.

Esa es la razón de las tasas de criminalidad y homicidios tan inciertas que maneja el gobierno, porque ellos manejan las cifras oficiales de los organismos públicos. Ellos y nosotros sabemos que se cometen más delitos de los que se cuentan, pero ellos tienen cubiertas las espaldas porque las denuncias no existen. Venezuela carece de una cultura política suficientemente avanzada para denunciar el delito y esto es un grave error que contribuye con la inseguridad. Somos una sociedad de cómplices, unos más silenciosos que otros.

A lo que quería llegar

Con toda esta reflexión, puedo saber que las guarimbas no llegan a nada. No las justifico pero tampoco niego que hay un pueblo verdaderamente arrecho; lo que sucede es que no hallan cómo manifestar su descontento sino con violencia. La misma violencia de la que somos víctimas diariamente.

El 20 de febrero se publicó en Gaceta Oficial N.-40.360 un proyecto de Ley contra los tatuajes en algunas zonas del cuerpo lo que movilizó a toda la comunidad tattoo de Venezuela a enviar correos al despacho del Ministerio del Poder Popular para la Salud y a concertar reuniones con las autoridades. Ellos le manifestaron su descontento con el proyecto de Ley e inmediatamente se retiraron las intenciones de aprobarla. Para hacer esto, nadie se preguntó de qué bando estaba, solo se dieron cuenta como comunidad que estando todos tatuados este proyecto de Ley discriminatorio los afectaba a todos por igual. La oposición tiene que reencontrarse con urgencia y hacer un ejercicio para proponer las soluciones más sensatas a la crisis del país. Tiene que aprender a movilizarse con las ventajas que este sistema aún nos da y con los buenos ejemplos de otros sectores del país que están intentando hacer política sin partidismo.

1 Comentario

  1. Lo del tatuaje fue una distraccion y de verdad no me imagino una discusion seria y coherente al respecto. A no ser que haya sido propuesta por un grupo de religiosos conservadores, que no creo.

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