El Cementerio de los Elefantes o por quién doblan las campanas

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elefante

 

De acuerdo con la mitología africana y el mito popular, el cementerio de elefantes era un mítico lugar ubicado en África en donde se creía que iban a pasar sus últimos días los elefantes moribundos.
Según esta leyenda, los elefantes ya sabiendo cercana su muerte se retiraban a un lugar secreto donde finalmente morían.
Hoy día apostamos a un mundo mejor y aún más que eso, apostamos a la supervivencia, la cual se extiende no solo al campo ambiental, sino económico, político y social. Vemos la ciudad acechada y controlada por el hampa común, por la organizada y la institucionalizada; la sequía nos abate; el abandono político y la corrupción; la ineficiencia de los servicios; la pérdida de valores; la destrucción de la familia, de la escuela, de la iglesia, del individuo. Un grupo rema hacia la derecha, otro hacia la izquierda y otro hace peso muerto, aún sabiendo que somos un mismo barco. Mientras que el grupo del Presidente se debate a muerte por la revolución, los otros se reagrupan para debatir cómo darle muerte al Presidente.
Mientras tanto, sufre el pobre, sufren los niños, sufre el país. Qué tenemos a fin de cuenta, una democracia en ruinas.
Dicen Oblitas y Kauth que “un buen contemplador de ruinas…lo que hace es quedarse atentamente quieto…aguardando una sensación que sale de tanto mirarlas”…”Una ruina es el recuerdo del olvido. Uno contempla cómo hay un futuro y cómo vuelve a perderse…Sin embargo, el contemplador de ruinas no suele marcharse de ahí descorazonado, sino motivado con nuevas ideas, nuevas ganas de hacer algo por su parte, algo así como volverse constructor de nuevas obras”.
Por eso, no solo basta con tañer la campana sino se cambia el badajo.
Muchos políticos de vieja data apuestan por instalarse, encarrillonarse o perpetuarse, más que por servir a la patria, por servirse ellos, por seguir siendo comensales.
¿Es lo que se viene practicando en Venezuela desde 1958 una verdadera democracia? ¿acaso no fue y sigue siendo una forma de tiranía de la mayoría? ¿no es verdad, que antes y ahora el parlamento sigue siendo una aristocracia?, ¿cuando, sino solo en campañas electorales, concejales, diputados, alcaldes y gobernadores han mostrado un interés real de acercarse al pueblo, de oler y tocar su sudor, de sentir su hambre, de oír su llanto?¿aceptarían todos los sectores del país trabajar por el salario mínimo?¿dónde está la voz del concejal, del diputado, del ministro diciéndole al Presidente o a la Presidenta de la Asamblea Nacional, modifiquemos el salario nacional para que todos comamos y vivamos igual?
No, no se trata de subir el salario mínimo, es bajar el máximo. ¿por qué no usar la distribución gaussiana para estimar los valores de los salarios alrededor de la media nacional, en lugar de hacerlo para evaluar al empleado público y privado?
No se trata de gobernar de espaldas al Pueblo, se trata de horizontalizar las relaciones.¿por qué no se les ocurre establecer canales directos para saber lo que piensa la gente?
No es ¡quítate tu pa´ponerme yo!, es vamos a trabajar juntos.¿POR QUÉ NO NOS OYEN?
Esta crítica no vale solo para los que están, sino también para los que estuvieron y quieren volverse a poner y a los que nunca han estado y quieren estar.
Esto es para rato. Mientras tanto, entiendan señores y señoras elefantes, más allá de sus avenencias y apetitos políticos, el pueblo, el pueblo, oígase bien, EL PUEBLO les está pidiendo que se enfilen hacia su lugar secreto.
Que para ser buena campana, se debe ser campana, tener un campanario y también buen campanero.

Nota: El articulo NO ES DE MI AUTORÍA, le pedí permiso a su autora la Prof. Carolina Prado Vale para su difusión, ya que me parece una maldad que no se divulgue algo que me parece tan bueno y tan vigente en los actuales momentos, para nosotros los Venezolanos.

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